Capítulo 5: Padre

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J a d e F e r r e r (presente)

Después de más de media hora de silencio sentada en un sillón de una sala bastante grande cerca de la entrada, mientras bebía una taza de te caliente el hombre que me dio él té y quien logro calmarme por fin hablo

-Bueno, ya que estas más calmada ¿Qué quieres que te diga primero? - dijo sonriendo mientras me observaba, la respuesta la supe al instante -tu nombre- dije sujetando la taza de té con ambas manos -mi nombre Amm ¿segura? - mostro una sonrisa completa después de decir aquello, a pesar de dudar insistí -s...si, segura-

-bueno, mi nombre es Félix Esteban Ferrer, para servirte- cuando lo dijo sentí como si un escalofrió recorriera todo mi cuerpo sin embargo la confianza que le tenía aun no desaparecía, ¿Ferrer? Ese es uno de mis apellidos... - ¿Qué más quieres saber? - continuo mientras cruzaba sus pies, lo primero que quería era asegurarme de que era un familiar mío, pero saber dónde me encontraba por alguna razón me intriga más-mm ¿Dónde estoy? Y me refiero a la localización y a la casa- dije dejando el te sobre la mesa e incorporándome un poco más seria -uff, pregunta fácil, estas en westland, un pequeño pueblo ubicado en Canadá, y bueno estas en mi casa la cual se encuentra a una hora del pueblo más cercano, y si sales te darás cuenta de que se encuentra adentrada en el bosque ¿algo más?- dijo bebiendo de una copa de vino que se encontraba cerca de él, ¿Canadá? Pensé ¿Cómo es posible que me encuentre en Canadá? Si mal no recuerdo, estaba con mi madre en España, aunque si soy sincera al verme en el espejo no me veo como recuerdo, lo más probable es que hayan pasado años desde ese ultimo recuerdo, calculo que por lo menos 3 o 2 sin embargo ¿Cómo es posible que haya olvidado 3 años de mi vida? Supongo que tendrá que ver con el golpe en mi cabeza...

-sí, tengo algo mas, dijiste que tu apellido era Ferrer, el mío también lo es ¿Qué eres de mí? ¿Cómo llegue aquí? ¿Por qué mis recuerdos son tan vagos? ¿Qué me paso en la cabeza?- hable tan rápido como pude y de un momento a otro me encontraba de pie enfrente de él esperando una respuesta -de acuerdo, pero siéntate y relájate ¿sí?- algo dentro de mí no quería hacerlo pero termine asintiendo y tome asiento -bien, no me odies, pero soy tu padre...- en ese entonces todo lo que creía conocer pareció no tener sentido, recuerdo muy pocas cosas de mi infancia pero lo poco que recuerdo es inolvidable, mi madre y yo nos fuimos de la casa de mi padre cuando tenía 5 años, mi madre se la paso el resto de mi vida diciéndome que mi padre era horrible y que jamás debíamos hablar de él cada vez que yo tocaba el tema, pero yo jamás le creí algo en mi mente de niña pequeña me decía que él era un buen hombre, lo sé y lo sabía porque no había ningún mal recuerdo de mi infancia en aquel entonces, excepto el recuerdo del día que nos fuimos de su casa, y evidentemente nos fuimos del país, recuerdo que mi hermano venia con nosotros pero por alguna razón tuvo que quedarse y tuvimos que irnos solas y empezar una nueva vida, no recordaba el lugar donde vivía mi padre hasta que hice memoria lo suficiente como para recordar que efectivamente era Canadá el lugar en el que el vivía de pronto empecé a alterarme de nuevo y el lo noto así que hablo de nuevo sin darme oportunidad a tener un colapso emocional

-escucha, tu madre... se alejó de mi cuando tenías 5 años, dijo que no quería que crecieras en un ambiente... como este, no se si lo recuerdes pero me dedico al narcotráfico y tu madre no soporto la idea de que sus hijos vivieran aquí así que te llevo con ella a España, sin embargo yo no sabía que estabas ahí hasta hace 2 años, cuando ella se fue contigo no me dijo a donde iría así que pase los próximos 16 años tratando de encontrarlas a ti y a tu madre y lo logre, tarde... pero lo logre así que contacte contigo te seguí hasta tu escuela y hable contigo, te dije exactamente lo mismo que te estoy diciendo ahora y tu reacción... bueno tu reacción fue muy agresiva... no querías saber nada de mi y eso me dolió, así que te dije que me dieras una oportunidad y vinieras conmigo a Canadá en las vacaciones, después de mucho insistir decidiste venir, y te gusto tanto este lugar que decidiste entrar a la universidad de westland para quedarte conmigo todo el tiempo que pudieras, tuviste amigos nuevos en el pueblo, te tatuaste... en pocas palabras te saliste un poco de control pero eras feliz como todo buen adolescente y bueno.. arriesgue tu vida a costa de una tontería y bueno... te golpeaste fuertemente la cabeza, te dispararon y casi te pierdo... pero afortunadamente estas aquí y estas bien, creí que jamás despertarías pero lo hiciste... sin embargo no me esperaba esto... pero no te preocupes haremos todo lo posible para curarte, prometo que jamás dejare que vuelva a pasarte nada malo- en algunas partes hacia pequeñas pausas pero continuaba hablando, al final se paró de su asiento y fue hacia mi mientras hablaba, termino abrazándome para decir las últimas palabras- "prometo que jamás dejare que vuelva a pasarte nada malo"- y así fue como sentí que el mundo a mi alrededor se paraba por completo, había partes en la historia que no comprendía, como el echo de que no menciono en ningún momento cual fue el motivo que arriesgo mi vida, quería preguntarle más detalles al respecto, pero creo que realmente no quiero saberlo, algo que no me tomo por sorpresa porque si recordaba era el echo de que era narcotraficante eso explicaba la cantidad de gente armada que había en el lugar, lo recordaba porque era otra de las cosas que mama trataba de hacerme recordar "-¡Es el peor narcotraficante de América, no quieres saber de el!-" decía, finalmente correspondí el abrazo -mi padre- pensé, recuerdo lo mucho que quería conocerlo cuando estaba en España, mama hablaba muy mal de el siempre, un narcotraficante alcohólico que era muy agresivo con ella, pero yo nunca creía esas historias sobre todo porque cuando las contaba nunca me veía a los ojos y eran historias muy cortas, el estar ahí recibiendo un abrazo de mi padre, ¡mi! Padre se sentía muy bien, me transmitía todo el amor que no me había transmitido en años, ¿Cómo podía creer que algo que se sentía tan bien fuera malo?


El telar del loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora