Capitulo 16: Lobo, lobo ¿estás ahí?

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J a d e F e r r e r R a n d l e r (presente)

Mirándome fijamente al espejo con una bata de baño puesta y una toalla cubriendo mi cabeza pierdo la noción del tiempo a mi alrededor, no me había detenido a pensar claramente hasta ese momento, me levante, me estire y me bañe como si esa fuera mi rutina diaria, como si este lugar fuera mi hogar, no fue hasta mirarme en el espejo cuando realmente me puse a pensar sobre todo lo que había pasado el día anterior y tengo claros mis objetivos para hoy, objetivo número uno, encontrar la casa donde vivía, llegar ahí probablemente me ayude a recordar más cosas, ayer al tocar la perilla pude recordar algo sobre mi hermano, también pude recordar algo en la tienda al encontrarme con Hugo.. se que lo conozco eso es evidente, pero ¿de donde...? Objetivo numero dos encontrar a ese chico nuevamente aunque con Nicolás detrás como una sanguijuela tendré que buscar la manera de que me deje en paz además la cara que puso ayer cuando le pregunte por mi hermano fue bastante alertadora, si no es el, tiene que conocerlo eso es obvio, objetivo número tres, Encontrar a la habitación de Nicolás en busca de algún tipo de ¿prueba?, Nicolás sabe más de lo que dice, aun no estoy segura si puedo confiar en él o en mi padre, Hablando de familia quizá si logro llamar a mama ella pueda decirme algo... -Jade, es hora de desayunar- me saco de mis pensamientos una voz femenina algo grave, no abrí la puerta solo respondí -Si, enseguida bajo-, fui a mi armario y me puse unas medias negras con una falda negra, un suéter de manga larga gris y una bufanda y abrigo rojos, en los pies unos botines negros, cepille mi cabello mientras veía a través de la ventana parecía que sería un día lluvioso y no cesaría pronto... cuando por fin termine salí de la alcoba camino a la cocina, la casa era muy grande, estoy segura que para alguien como yo que no la conoce, sería fácil perderse, sin embargo me guie por mi instinto y logre dar con la cocina finalmente, estaba en la primer planta cerca del salón principal, en ella se encontraban dos mujeres sirviendo 3 platos, se percataron de que acababa de entrar en la cocina pero no me hicieron mucho caso, cuando estaba decidida a hablarles una voz me interrumpió -Buenos días, ¿dormiste bien?- al voltear me encontré con Nicolás, nuevamente estaba sonriendo y tenía una manzana en su mano derecha que mordía constantemente, mire detenidamente su rostro antes de responder, el golpe ya casi no se veía pero aun así se notaba algo enrojecido – La verdad no... - le respondí mientras tomaba asiento en una de las sillas que estaban alrededor de la mesa -¿Y eso a que se debe?, ¿no te pudiste sacar de la mente la imagen de mi en toalla?- dijo mientras tomaba asiento a un lado mío, cuando termino dio una mordida lenta a su manzana mientras me miraba fijamente, a veces no tolero su manera tan eufórica de ser... -Si, seguramente fue eso, o quizá, no sé, el hecho de que no recuerdo ¿nada? - el solo se limitó a reír y con una mano me despeino el cabello -¿Es enserio?, ¿Enserio Nicolás? -respondí, mientras trataba de acomodarme el cabello -Sabes, sé que no me recuerdas lo suficiente, pero la mayoría del tiempo teníamos este tipo de discusiones, me alegra volver a tenerlas después de tanto tiempo...- lo miré algo asombrada y le respondí de inmediato - ¿tanto tiempo?, ¿no nos hablábamos seguido? Digo, tendría que haber venido en muchas ocasiones aunque no viviera aquí - se tomó un momento para masticar mientras me veía y después respondió -Si, en efecto, pero estabas en coma, ¡genio! - antes de poder responderle Félix entro interrumpiéndonos -Hola, chicos ¿Cómo va la mañana?- tomo asiento y Nicolás respondió -Podría ir mejor- dando la última mordida a su manzana, se paró dispuesto a irse -¿no vas a almorzar?- Félix se veía serio cuando le hablaba a Nicolás pero a la vez se notaba preocupado -Ya lo hice- sin voltear alzo su mano derecha y ladeo la cascara de manzana de un lado a otro, luego la lanzo hacia atrás encestándola en el bote de basura que estaba cerca de la barra en la cocina -¡sí!- grito volteando a ver el bote de basura y salió finalmente de la habitación -¿No crees que es raro?- dijo Félix mientras reía de la situación -Diría que es icónico...jajaja- las dos mujeres que estaban cocinando se acercaron, nos trajeron dos platos y nos sirvieron café, por fin nos dispusimos a desayunar... todo se sentía tan bien, el almuerzo, la compañía...por el momento solo me dispuse a disfrutar de ese momento antes de iniciar el tormentoso día que seguramente me esperaba.

El telar del loboUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum