Capitulo 13: Por favor confía...

5 0 0
                                    


J a d e F e r r e r (presente)

-¿Quién era el?- por fin me decidí a preguntar después de 15 minutos de completo silencio dentro del auto -¿Que te hace pensar que lo conozco?- respondió después de unos segundos sin despegar la vista del camino -Sabias su nombre Nicolás y nadie te lo dijo- sin contar obviamente que casi le dispara, voltee a verlo con cierta duda en mi mirada y sin siquiera verme pareció notarlo -Basta con decirte que no es para nada una buena persona, como notaste llevaba un arma- seguía sin querer quitar la vista del camino -Tu también llevabas una...- sin darme cuenta mi ceño estaba fruncido y voltee casi completamente esperando llamar su atención y que desviara al menos un segundo su mirada a la mía -¿Cres que tu padre querría hacerte daño?- -quizá el no.. pero..- -¿pero yo sí?- me interrumpió y por fin volteo para tener su mirada en la mía, no pude responderle nada solo agache la mirada y gire nuevamente hacia mi lugar -Escúchame Jade lo último que haría es lastimarte créeme, necesito que confíes en mí, sobre todo y todos en mi ¿puedes intentarlo?- hoy sin duda había sido el día más estresante de mi vida, tenía tantas dudas y tan pocas respuestas, estoy tan molesta conmigo misma por no poder recordar nada... no pude darle una respuesta clara solo asentí y me quede profundamente dormida en el asiento del copiloto, sin darme cuenta cuando desperté seguía en el auto de Nicolás, era de noche pero él no estaba dentro, dejo sus llaves así que las tome y Sali del auto, al parecer ya estábamos en casa así que camine hacia la entrada la cual estaba entreabierta se escuchaba una pequeña discusión pero casi no podía oír nada así que me acerque lentamente hasta que pude escuchar sin ser vista

-Lo único que estoy diciendo, es que no voy a hacer nada que les haga daño, eso era parte del trato desde un principio - esa parecía ser la voz de Nicolás, de tanto escucharlo el día de hoy, podía reconocerla perfectamente -¿Cuándo he respetado yo los tratos?- esa voz definitivamente era la de mi padre ¿Cómo podría olvidarme de su voz? -A demás no estás aquí para dar tu opinión, solo para seguir ordenes- cuando creí que la discusión había terminado y estaba lista para entrar, Nicolás grito bastante alto -¡Son mis amigos, Mierda! ¿no crees que tengo derecho de opinar?- -vuelves a gritarme de esa manera y te obligare a observar mientras les corto la garganta uno por uno ¿queda claro?- -Además, ¿Qué no te odiaban?- de pronto se escuchó un silencio incomodo antes de que Nicolás respondiera por última vez-No tanto como te odian tus hijos- de pronto se escuchó un golpe fuerte y todo el lugar quedo en completo silencio -vete- Nicolás salió de pronto de la sala principal y por inercia volteo a la puerta, su nariz sangraba y tenía la mejilla muy roja creí que me diría algo pero solo continuo su camino escaleras arriba como si no hubiera estado ahí, como si yo no existiera, todo estaba siendo demasiado confuso otra vez, no sabia si entrar o quedarme ahí parada en el marco de la puerta, después de unos minutos decidí entrar, cerré la puerta detrás mío y puse las llaves de Nicolás sobre una mesilla de estar, al ver el interior de la sala principal, Félix estaba ahí parado con las manos apoyadas en una mesa de mármol cerca de la cocina, después de unos segundos volteo -hola amor, ¿Qué tal las compras?- esas palabras, esa situación, me sonaban tan extrañas, como podía el sonar tan normal después de golpear a alguien sin aparente motivo -Si... encontré cosas muy bonitas ¿no te importa si voy a dormir? Me siento muy cansada y mi cabeza no para de dolerme- el me miraba con una ternura... incomparable como si fuera lo único en el mundo que realmente le importara -claro linda, descansa, por cierto Nicolás ya puso tus cosas en tu habitación, es en la que despertaste ¿recuerdas?- -si- la verdad no quería seguir ahí por mucho más tiempo, ni tenía las ganas de seguir hablando con él, de verdad necesitaba estar sola demasiado tiempo si era posible -bueno, entonces ve, buenas noches cielo- -Buenas noches papa...- hasta la palabra papa en mi boca sonaba tan difícil de creer, subí escaleras arriba y lentamente recorrí el pasillo camino a mi habitación, unos pasos antes de llegar podía verse entre abierta la habitación de Nicolás, me pare unos minutos a observar la abertura de la puerta, todo adentro se observaba oscuro como si no hubiera nadie, ¿me pregunto si estará bien? Sin darme cuenta acerque lentamente mi mano a la perilla de su habitación hasta que la tuve entre mi mano y de pronto una situación tan familiar resonó en mi mente por un minuto "-Jade, ¡te he dicho que no entres a mi cuarto!- - por favor, quiero jugar contigo y Nico- -Basta, ¡juega, afuera!-" un portazo sonó retumbante en mi mente antes de volver a la realidad

-¿jade?, ¿necesitas algo?- giro rápidamente a mis espaldas, es Nicolás, tiene puesta solo una toalla de la cintura para abajo y con otra toalla secaba su pelo lentamente, su mejilla y nariz aún se ven algo rojos -perdón, solo quería saber si estabas bien- antes de responder esbozo una sonrisa llamativa y dijo -No te preocupes, estoy bien- paso a entrar a su habitación pero yo aun no terminaba -¿Por qué te golpeo?- se paró un segundo en el marco de la puerta y poniendo la toalla con la que secaba su pelo en su hombro contesto -Necesitas dormir jade has tenido un día muy difícil, buenas noches- antes de darle oportunidad de cerrar la puerta, la detuve con mi mano y termine diciendo -¿Eres mi hermano?- de pronto la sonrisa en su rostro desapareció, fue la primera vez en todo el día que no lo veía reír aparte claro de la escenita en la tienda y el camino a casa -N...no jade, ¿Qué te hace pensar eso?- lo mire fijamente a los ojos y respondí -Se que tengo un hermano, pero no se su nombre y siento que te recuerdo ligeramente en mi infancia así que...- esta es la habitación de mi hermano lo supe desde el momento en que toque la perilla y si Nicolás era el dueño de aquella habitación el debía ser mi hermano, sin embargo si no lo era debía haber otro dueño... mi hermano... Nicolás no respondía solo me veía fijamente, note en su expresión dolor, dolor de verdad, como si luchara consigo mismo, como si estuviera cansado de fingir estar bien, dicen que la gente se vuelve más sincera en la noche, se muestran tal y como son y lo comprobé -Jade, perdón pero estoy muy cansado ¿te parece si hablamos mañana?- antes de darme oportunidad a reprochar, me dio un ligero empujón y cerró la puerta enfrente mío, no quise tocar la puerta aunque estuve a punto de hacerlo, me aleje de ella y camine rumbo a mi habitación, en cuanto entré, cerré la puerta detrás mío y me tire a la cama con la vista al techo, tengo que aceptar mi realidad, esta realidad, no conozco absolutamente nada de mi alrededor, perdí mi memoria y cabe la posibilidad de que me encuentre en el lugar equivocado con las personas equivocadas, a partir de mañana comenzare a buscar respuestas, o exigirlas en caso de no recibirlas... después de pensar un rato sobre mi situación me quede completamente dormida...


El telar del loboWhere stories live. Discover now