PECAR NO ESTÁ MAL

966 61 0
                                    

Persèfone

La habitación iluminada por la luz de las antorchas, las sábanas suaves de color rojo y el dios más imponente sobre mí.

Esos factores estaban a punto de ser parte de una noche sin precedentes. Se qué dije que nunca dejaría que mis impulsos me llevaran hasta Hades pero la culpa no solo era mía. Él aprovechaba cada momento para dejarme claras sus intenciones y yo no me quedaba quieta ante sus provocadoras invitaciones.

No me rendí ante él como estás pensando. Amanecer en la cama de alguien no te convierte en su posesión y cuando me prometí a mi misma que nunca sería objeto de nadie iba muy en serio.
Lo que tenía con Hades era atracción, nada más, debo reconocer que nunca había sentido algo así por nadie pero él no me amaba y aunque estaba algo confusa podía jurar que yo a él tampoco.

En el momento en el que le pedí que se apoderase de mí su sonrisa fue malévola y tardó a penas un segundo en posicionarse sobre mi cuerpo. Entrelazó sus manos con las mía poniéndolas sobre mi cabeza. La cama era cómoda y perfecta para la ocasión. Mi vestido suponía una molestia, Hades liberó una de sus manos y me lo arrancó. Quedé expuesta frente a él y eso me hizo pensar por un momento si hacer todo aquello era buena idea.

Las dudas desaparecieron cuando comenzó a besar mi cuello.
No entendía por qué si solo quería diversión se tomaba tantas molestias en ser dulce conmigo.

Fue bajando poco a poco dejando besos húmedos por donde pasaba. Llegó a mi parte sensible. Liberó su otra mano y las usó para separar un poco mis piernas, lamió de forma lenta, un calor increíble me recorrió. Succionó un poco y tras eso gemí por el placer que su boca me proporcionaba, agarré su cuello pidiendo más y él me dio lo que quería.

Se deshizo de la parte superior de su ropa dejándome su torso desnudo y marcado. Volvió a recurrir a los besos pero esta vez hacia arriba desde mi vientre hasta llegar hasta mi boca. Se paró a varios milímetros de mi boca y deslizó su mano hasta mi intimidad, introdujo dos dedos y cuando estaba a punto de gemir de nuevo me besó. Ya no era dulce ni tranquilo. Aumentó la velocidad de su mano y arquee la espalda por las sensaciones que eso provocaba. La boca de Hades no era suficiente para calmar mis ganas de gritar.

Me agarré a las sábanas tan fuerte como pude mientras él movía sus dedos aún más rápido.
Cerré los ojos esperando a que volviera a pasar lo mismo de antes, quería que la explosión de placer llegara.

— Mirame mientras te corres, quiero ver lo que mi cuerpo es capaz de hacerle al tuyo — sonaba increíblemente sexy. Abrí los ojos cuando agarrò mi mentón. Su mirada viajaba directamente a la mía y de no ser por todo lo que estaba sintiendo me habría perdido en ella.

El ansiado momento llegó. Mi cuerpo liberó un cosquilleo increíble provocado por Hades. Él miró los dedos que había usado y me invitó a probarlos.
Todo lo que estaba haciendo con él era nuevo y no habría cambiado nada.

Se incorporó bien sobre mi dejando caer el peso de su cuerpo sobre los dos brazos que colocó a ambos lados de mi cabeza. Su pelo oscuro y despeinado le daba un aspecto encantador y salvaje mientras que varios mechones de mi pelo pelirrojo estaban hechos un desastre.

Pensé que eso había sido todo e intenté levantarme por si esa posición le parecía incómoda pero acercó su cuerpo al mio haciendo que volviera a pegar la cabeza a la cama.

— Solo dejaré que te muevas si es para pegarte más a mí. — Me encantó escuchar eso. — Ahora vas a sentirme de verdad.

No recuerdo en qué momento desapareció la parte inferior de su prenda pero me daba igual. Su físico era perfecto y emanaba una energía que te hacía querer estar lo más cerca posible de él.

Noté algo rozando mi entrepierna y sabía que era. No tenía claro si estaba lista pero quería sentirlo.
Me torturó rozando lentamente su miembro contra mí entrada.

— Pidemelo — esa era su exigencia.

Miró mi rostro, él sabía que lo deseaba pero aún así quería oírlo.
Volvió a rozar está vez durante un poco más de tiempo.

— Hades... — dije mientras me agarraba a las sábanas.

— No se cuanto tiempo voy a poder contenerme Persèfone.

— Por favor Hades.

— ¿ Por favor qué ? — Me miraba fijamente.

— Te quiero sentir dentro de mi — eso le gustó.

— Dime que soy el único — eso se estaba alargando demasiado.

— Eres el único.

Me penetró muy fuerte. Dolió de forma increíble.

Él seguía mirándome y se dio cuenta. Sus movimientos empezaron lentos, cada vez que salía y volvía a entrar Hades maldecía.

— Se siente tan bien dentro de tu cuerpo — Él era capaz de más pero se contenía — el dolor desaparecía demasiado lento. Volvió a salir y en el momento en el que entró volvió a hablar en susurros — Joder Persèfone.

La expresión de dolor se iba suavizando lentamente. Él entraba y salía de mi increíblemente despacio.

— Incluso así te deseo más. Yo aquí disfrutando de ti y tú padeciendo por mi culpa.

— Sigue por favor — conseguí decir.

— Si empiezo no podré parar — me advirtió.

— No quiero que pares — le respondí.

Sonrió. Sus movimientos se volvieron más rápidos. Unas pequeñas punzadas me recorrían hasta que en un momento se volvieron placer. Cada vez que se introducía en mí lo hacía más hondo.
Me arrastró hasta el final de la cama. Él se puso en pie mientras yo seguía acostada. Agarrò mi cintura para poder introducirse por completo. Las estocadas eran fuertes y directas pero geniales. Gimió por el placer al igual que yo. Arquee le espalda mientras Hades seguía con sus movimientos.

Pasados unos minutos llegó la ola de calor y la sensación agradable que le indicó a Hades que ya era momento de parar. Abandonó mi cuerpo provocando una sensación de vacío en mí.

Echó la cabeza hacia atrás, sin duda ambos habíamos disfrutado. Tapè mi cuerpo con la sábana y él se acercó. Se puso de nuevo encima de mí y me besó lentamente.

Había sido increíble. Hades era experto y me había enseñado sus mejores tácticas. No tenía claro si esas eran su respuesta mejores tácticas pero no me importaba volver a probar para ver si se empleaba a fondo.

Estaba cansada no sólo por lo que acabábamos de hacer si no por todo en general. Desde que llegué no había dormido bien y tras algo esfuerzo físico necesitaba descansar.

— Recuerda bien este momento Persèfone porque a partir de ahora seré el único al que te entregarás.

Eso fue lo último que oí antes de quedarme dormida entre los brazos de Hades quien se había acostado detrás de mí y me rodeaba la cintura con un brazo.

________________________________________________________

Que buen puzle acaban de hacer. Sin duda una actividad muy divertida y creativa.

Vamos a decir que el puzle ha acabado bien y que tenemos que ver que pasa a partir de ahora porque todos los que conocemos el mito sabemos que Hades y Persèfone acaban juntos pero os aseguro que no lo tuvieron fácil. De hecho a Persèfone aún le quedan por descubrir varias cosas. El capítulo ha sido un poco corto porque es el primero de este tipo.

Debo admitir que tenía dudas sobre esta parte de la historia. No es lo que estoy acostumbrada a escribir pero creo que no ha quedado mal del todo.

Por cierto ya tenéis nuevo capítulo en mi nueva historia " Juguemos con fuego " disponible en mi perfil.

Sobre esta pareja lo mejor es que os quedéis con esta frase : quien cae una vez puede volver a hacerlo.

Besos dulces de parte de Candy 💋💋

Hades Y Perséfone Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang