ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇs

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No podía hacerlo... ¿Quién en su sano juicio podría pasar una cantidad indefinida de tiempo en el mismo edificio que Rey Palpatine? Sólo pensar en ello le daba escalofríos.

¿Cómo iban a sobrevivir?

—Sigues aquí —dijo Rey de mal humor al salir de su habitación y encontrar al chico acostado en el sofá viendo películas en su laptop.

Ben le puso pausa a su película y se giró para verla, sintiendo una leve curiosidad por aquella versión de la chica. Probablemente acababa de despertar y se dirigía a la cocina a desayunar. Su cabello estaba arreglado y no parecía tener el rostro demacrado.

El chico puso los ojos en blanco, decepcionado al no encontrar nada por lo cual molestarla en aquella ocasión. Ni siquiera su pijama se prestaba a ello, pues llevaba puesto un pants gris y una camiseta con el logotipo de una banda color negro.

—Buenos días a ti también —respondió finalmente, devolviendo su atención al portátil.

Ella lo miró con asco.

Abrió el refrigerador y sacó de los cajones varios frutos rojos y se preparó un bowl de avena para desayunar y se preparó un café.

Era temprano, tan sólo las nueve de la mañana; se había levantado a esa hora con la esperanza de que Ben se hubiera escapado durante la madrugada o que tan sólo siguiera profundamente dormido.

La chica tenía la costumbre de prepararse el desayuno y llevarlo a la sala para comer mientras veía la televisión. Aquel era uno de esos momentos del día en los que la pasaba completamente sola.

Alguna vez había fantaseado sobre despertar junto a alguien y desayunar juntos, pero con el tiempo fue creciendo y se dio cuenta de que debía dejar de soñar despierta. Al final del día, ella sólo se tenía a sí misma.

Tener a Finn y a Poe como acompañantes durante la comida unas cuantas veces a la semana era maravilloso; le gustaba la compañía de sus amigos a pesar de lo pesados que podían ser a veces. Pero los prefería mil veces antes que a Ben Solo.

Después de pensárselo durante un rato, tomó su desayuno y camino hacia la sala, dejando el plato en la mesita junto con su taza y tomó el control remoto para encender el televisor. Ben ni siquiera la miró y eso le provocó alivio.

Tal vez, sólo tal vez, si se ignoraban el uno al otro podrían sobrevivir aquello. La clave se encontraba en el menor contacto posible, y así todo estaría bien.

Ben mantenía la vista pegada en su laptop, pero no pudo evitar mirar de reojo a la chica mientras comía animadamente y trataba de contener la risa cada que hacían un chiste en el programa que estaba viendo. Llamó su atención verla actuar de manera tan natural, casi parecía que no era toda una bruja.

Cerró los ojos con fuerza y se volvió a concentrar en su película. No duró mucho, pues su estómago comenzó a hacer ruidos luego de un rato.

—No sabía que el estómago de alguien pudiera hacer ruidos tan fuertes —comentó Rey sin mirarlo. Él resopló.

—Disculpa, le pediré que baje el volumen.

La chica no respondió. Parecía absorta en sus pensamientos, o tal vez sólo estaba muy entretenida en su serie de televisión. Pero por dentro se encontraba en una discusión con ella misma.

Finalmente, suspiró.

—Tal vez te odie, y aunque sería algo gratificante, no creo que debas morir de hambre —dijo mirándolo, lo cual sorprendió al chico—. Puedes pasar a la cocina y prepararte algo... Sólo no me molestes.

LovesickWhere stories live. Discover now