ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄɪɴᴄᴏ

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—Claro que tendré cuidado, mamá, llevo guantes y cubrebocas —decía Ben por milésima vez al teléfono mientras se alistaba para salir a comprar despensa y algunas cosas para su estadía en el departamento de su peor enemiga, Rey Palpatine.

La chica lo observaba divertida desde la barra de la cocina. Habían decidido que por aquella ocasión él debía salir para aprovechar y comprarse sus cosas personales y necesarias, por lo que Rey fabricó unos cubrebocas con una vieja playera que ya no usaba y le dio un par de guantes que tenía para pintarse el cabello. Era algo improvisado pero servía.

Ben estaba a punto de irse cuando su celular sonó, por lo que llevaba la última media hora asegurándole a su madre que iba bastante protegido al supermercado. Después de decirle otras quinientas veces que tendría muchísimo cuidado, el chico por fin colgó la llamada, mirando a Rey con una expresión cansada; ella solo rió.

—Parece ser una señora muy agradable.

Él la miró, sintiendo ese comentario algo extraño viniendo de ella. Entre ellos, nunca había plática casual; eso no existía, solo existían discusiones e insultos. Le tomaría mucho acostumbrarse a aquel nuevo estilo de vida temporal en el que se encontraba, pero aun así, decidió no ignorar el comentario de la chica, incluso si se trataba solamente de una burla... lo cual era lo más probable.

—¿Mi madre? —ella asintió, apoyando su barbilla en su mano. Ben suspiró— Lo es... a veces un tanto sobre-protectora pero papá sabe manejarlo —rió para si mismo—. Más bien, me ayuda a manejarlo.

—Los escuché hablando por teléfono el otro día, ya sabes, cuando todo esto empezó —comentó tratando de no mirarlo directamente, no queriendo sonar muy entrometida—. Supongo que solo están preocupados... por ti y por ellos mismos, esto es nuevo para todos.

—Supongo que tienes razón —asintió, pensando qué responder. Entonces, algo se le ocurrió—. ¿Y tus padres? —Rey palideció— ¿También son sobre-protectores? No te he escuchado al teléfono asegurándoles que estás bien.

Ben reía, pero Rey comenzaba a sentirse incómoda. Debía terminar aquella conversación y cuidar más sus palabras frente a Ben... ¿cómo cambiaría el tema tan drásticamente? Sintió un nudo en el estómago, obligándola a cruzarse de brazos y tratar de aparentar normalidad y tranquilidad. Estaban en terreno peligroso; ella nunca hablaba de sus padres, incluso con Finn y Poe era reservada en el tema, y Ben Solo era la última persona con la que quería discutirlo.

—Tengo que ir al baño —se excusó, poniéndose de pie. Ben la miró extrañado—. Antes de que lo olvide, siéntete libre de comprar lo necesario para cualquier comida que prefieras... y por favor desinféctate cuando vuelvas.

Se alejó caminando a paso apurado hacia el baño, pero él ya no le dijo nada. Se acomodó bien el cubrebocas y se colocó los guantes, guardando una botella de gel antibacterial en un bolsillo de su chaqueta y salió del departamento, caminó hacia el ascensor y bajó, buscando su auto. Mientras tanto, iba pensando en el extraño comportamiento de la chica pero llegó a la conclusión de que era probablemente normal en ella. De todas formas... ¿por qué tanta duda? Su vida le importaba una mierda, a final de cuentas.

...

El agua de la regadera cayendo por su cuerpo le daba paz y tranquilidad. Por unos instantes, era como si todo fuera normal de nuevo; tomando un baño en su soledad, lista para un nuevo día en la universidad, tal vez comer con sus amigos y finalmente hacer tarea, ver algo en la televisión o jugar un videojuego, cenar e irse a dormir. No le molestaba mucho su estilo de vida, o al menos eso creía ella, pues había llevado esa vida por tantos años ya que estaba simplemente acostumbrada. Mantenerse ocupada durante el día también ayudaba mucho, por lo que a veces algo de ejercicio o yoga entraba a su rutina.

LovesickDonde viven las historias. Descúbrelo ahora