ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴅɪᴇᴄɪᴏᴄʜᴏ

295 61 31
                                    

El despertador de la chica sonó, pero ella tenía varias horas despiertas. No tenía ni la menor idea de cómo saldría su presentación, pero era muy tarde para cambiar de planes... ¿cierto? Finalmente se puso de pie y se metió a bañar; tal vez daría la presentación desde casa, pero una buena ducha la haría sentirse como si realmente fuera a ir a la universidad. Además, era parte del nuevo ritual diario que se había impuesto: levantarse, ducharse, desayunar y tratar de no llorar el resto del día. A penas era el primer día realizando dicha rutina, así que no había manera de comprobar su efectividad aún.

En la ducha, trató de no demorarse demasiado. Su cerebro solía inventarse escenarios y situaciones mientras se bañaba, pero en aquel momento lo evitó a toda costa. Lo que menos necesitaba era llegar tarde a la sesión virtual. Salió y tomó una blusa de tirantes blanca que iría bien con su saco color crema, pero después de buscarlo con desesperación, lo encontró junto a la caja de arena de cierto gato anaranjado. 

¡Bee bee! —exclamó, pero el animal no estaba cerca para escucharla.

Gruñó, y decidida a encontrar una solución, caminó hasta la habitación en la que Ben solía dormir. Se permitió apreciar el olor unos segundos antes de abrir el armario y sacar el saco negro que el chico había ido a comprar con el único fin de usarlo en la presentación de Holdo. El tamaño era algo grande para Rey, pero estaba de moda usar ropa varias tallas más grandes, ¿no? Era lo único que tenía a la mano, además, de cierta forma le reconfortaba pensar que era como tener a Ben cerca, pues su aroma estaba impregnado en la prenda. Se arremangó las mangas y fue a su cuarto a maquillarse un poco.

No tardó más de diez minutos, pero aún así no le quedaba tiempo para desayunar, por lo que decidió encender su portátil e ingresar a la sesión de Holdo. Aún no empezaba, pero faltaba poco, y podía ver cómo sus compañeros iban ingresando. De repente, la profesora apareció en la pantalla.

—Buenos días, chicos —saludó con una sonrisa—. Para aprovechar el tiempo, creo que sería mejor que comenzáramos de inmediato y por favor les pido que apaguen sus micrófonos, solamente enciendan las cámaras. Gracias.

Rey activó su cámara web y trató de no entrar en pánico. Con suerte, no sería la primera, y con muchísima más suerte, podría liberarse de hacer la presentación sola si le comentaba a la profesora la situación con Ben... sólo tendría que evitar hacer una escena. Mientras las lágrimas se mantuvieran dentro de sus ojos todo estaría genial. Finn y Poe sabían lo que había pasado, Phasma también, y eso la llevaba a asumir que probablemente Hux también, pero no era necesario que el resto del grupo se enterara de lo sucedido.

—Buenos días, profesora —saludó Poe, haciendo a la mujer sonreír—. A Finn y a mi nos gustaría comenzar primero, si no le molesta.

—Oh, para nada —respondió, la felicidad evidente en su voz—. ¡Adelante! Tienen toda nuestra atención.

—Gracias —Finn se aclaró la garganta y comenzó su clase.

A decir verdad, Rey estaba agradecida con los chicos. Los conocía y estaba segura de que se habían ofrecido voluntarios por ella, pero lo cierto era que no les prestó demasiada atención. Su mente se encontraba vagando, concentrándose en la presentación que daría, en el escrito de su tarea extra y en Ben. No podía dejar de pensar en él, y en lo mucho que quería que estuviera con ella en aquel momento.

De pronto sintió algo de frío. El aire condicionado de su departamento estaba siempre encendido (frío durante el verano y cálido durante el invierno), pero tal vez los nervios estaban haciéndole efecto. Agradeció llevar encima un saco tan grande, pues le brindaba algo de calor extra. Llevó sus manos a las bolsas, encontrando un papel doblado en una de ellas. 

LovesickWhere stories live. Discover now