ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴛʀᴇᴄᴇ

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Últimamente Rey tenía pesadillas, muchas pesadillas. Casi todas involucraban memorias del pasado, algunas tan viejas que pensaba que había olvidado casi por completo. Por más que intentaba relajarse antes de dormir le era imposible ahuyentar las imágenes de su cerebro. Concentrarse en las tareas ayudaba, pero cuando llegaba la noche, las pesadillas volvían. Ben notaba que algo le sucedía, pues de vez en cuando le preguntaba si se encontraba bien ya que la veía distraída. Siempre respondía que seguía cansada por la gripe, que así le sucedía siempre, y aunque no parecía que el chico le creía del todo, sólo asentía y continuaba con lo que estaban haciendo.

Tenía distintas pesadillas en una sola noche y eran suficiente para hacerla abrazarse a sí misma y llorar hasta lograr conciliar el sueño de nuevo. Fue en una ocasión que, en lugar de sentirse triste y asustada, una sensación de calma y protección la invadió; había soñado con su madre, y lejos de deprimirse, descubrió que le daba fuerza. La extrañaba, y nunca dejaría de hacerlo, pero sabía que debía dejar de vivir en el pasado. Ese era su peor defecto, estaba demasiado abrumada por lo que le había sucedido y eso le impedía disfrutar su presente. Después de ese sueño, el tema cambio un poco, y sus recuerdos fueron reemplazados por escenas más recientes involucrando a su compañero de cuarentena.

Soñar con Ben le recordaba su conversación sin terminar con Finn, y se recordó que era probable que Poe ya supiera de ello. Deseaba seguir hablándolo con sus amigos, esperaba que ayudaran a encontrar una respuesta a las sensaciones extrañas que se apoderaban de ella y que en su inconsciente se manifestaban. 

—Una cosa es terminar un semestre cualquiera, y otra es terminar el último semestre antes de la graduación —murmuró Ben pasándose las manos por el cabello—. ¿Cómo se supone que no reprobemos todas y cada una de las materias?

—¿Tan fácil te rindes, Solo? —Rey sonrió con burla.

—Nunca dije que me rendía —respondió a la defensiva, cruzándose de brazos.

—Sonaba a que estabas listo para rendirte —dijo sin levantar la vista—. Por mi está bien, un obstáculo menos.

A pesar de que ya no sentía la necesidad de gritarle cada vez que veía su rostro, Rey seguía con el objetivo de graduarse siendo la mejor de todos. Se había esforzado mucho para llegar hasta donde estaba, incluso había estado recibiendo ofertas de trabajo de otras universidades, esperándola para dar clases. Sus calificaciones eran impecables, y sin importar la cantidad de reprimendas que tenía por culpa de Ben, su currículo quedaba perfecto. Nada ni nadie, ni siquiera una pandemia a nivel mundial, se lo impediría. Ben Solo podía irse despidiendo de su primer lugar... ya era hora de que por fin aceptara que siempre había estado por debajo de ella. 

—Entonces por fin admites que si soy un digno obstáculo para ti —sonrió satisfecho.

Cambio de planes... el chico seguía siendo un idiota. Rey puso los ojos en blanco y continuó escribiendo furiosamente en su computadora. En tan solo minutos tendrían una videollamada con Holdo y ella les revisaría el proyecto por última vez antes de la presentación. Aún no lo acababan, pero estaban cerca... era como si tuvieran un borrador del verdadero trabajo final, pero el haber estado enferma si había sido un golpe duro para ambos a pesar de que Ben siguió trabajando por su cuenta.

La chica miró la hora y se mordió la parte interna de la mejilla.

—Tal vez logremos acabar antes de la hora —se encogió de hombros, mirando a su compañero.

Él negó con la cabeza.

—No creo, Rey. Lo mejor será entregarle lo que tenemos y trabajar en corregirlo para tenerlo listo —explicó, y después bajó la vista—. Además, aún tenemos que trabajar en la tarea extra que nos asignó.

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