ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴠᴇɪɴᴛɪᴅᴏs

296 50 23
                                    

—Extrañaba mucho esto.

—Yo te extrañaba a ti.

Ben y Rey se encontraban sentados en la bañera. Él estaba recargado en la orilla y ella recargada en su pecho mientras Ben le lavaba el cabello. Tenían ahí al menos una hora, y no pensaban salir pronto. Esa paz que sentían la habían perdido durante el tiempo que estuvieron alejados, por lo que ambos se permitieron simplemente existir uno junto al otro en la burbuja que habían creado para ellos mismos.

—¿Quién lo diría? —preguntó Ben, riendo con suavidad— Si le dijera a mi yo de antes que algún día estaría así contigo probablemente no me hubiera creído. 

Rey se giró hacia el chico, levantando una ceja.

—¿Es enserio, Solo? —cuestionó, sonriendo— Pensé que al menos habías tardado unos años en caer ante mis encantos.

—Ja, ja —dijo él sin mucha gracia, aunque moría por reír de verdad—. Sabes de lo que hablo, Rey.

La chica se acomodó para quedar frente a él, inclinándose un poco hacia delante y posando sus manos en las piernas de Ben, haciéndolo sonreír.

—Lo sé —respondió, suspirando—. Una parte de mi sigue sin entender del todo cómo sucedió esto... pero estoy feliz de que haya sido así. 

Ben depositó un suave y corto beso en sus labios.

—Yo igual.

—Eso es bueno.

Se quedaron así unos segundos, mirándose el uno al otro con sonrisas bobas en sus rostros. No fue hasta que Rey levantó una ceja y se mordió el labio, mirándolo de arriba a abajo.

—Okay, ¿qué estás planeando? —preguntó Ben, riendo.

La chica infló los cachetes y se reclinó en el borde de la bañera, cruzándose de brazos.

—Ya me siento lo suficientemente estúpida actuando como una niña enamorada, ¿también debes reírte de mi queriendo ser sensual? —atacó, levantando un poco la voz. No quería enojarse, no quería que la situación se fuera por ese camino, pero no podía evitarlo.

Era cierto, esos sentimientos eran realmente nuevos para ella. Ben despertaba en su ser sensaciones y emociones completamente nuevas e inexploradas, y estaba segura de que tarde o temprano haría algo estúpido para que todo se fuera a la mierda. El autosabotaje era una palabra muy bien conocida en su vocabulario, y estaba a punto de hacerlo una vez más; para su suerte, Ben lo sabía. No la culpaba, después de saber por todo lo que había pasado lo que menos quería era hacerla sentir abandonada de nuevo.

Rey ya no estaría sola nunca; no mientras él estuviera ahí para evitarlo.

—Hey, no me estaba burlando —murmuró, rozando con suavidad los brazos de la chica de arriba a bajo—. Pienso que eres tan sensual que me haces reír de los nervios, no sé que es lo que me espera contigo.

La chica bajó la mirada, sonriendo.

—Lo siento, creo que yo también estoy un poco nerviosa —murmuró, acercándose a él—. Es sólo que ha pasado mucho tiempo desde la última vez que estuvimos, pues, así... es extraño.

Ben palideció.

—¿Ya no sientes lo mismo? —preguntó, comenzando a retirar sus manos de los brazos de la chica.

—No, no, no —se apresuró a responder, sosteniendo sus manos con fuerza—. No me refiero a eso, ¡dije te amo! —rió, y el chico sonrió aliviado— Me refiero a que... tengo miedo de arruinarlo. Como si fuera algo muy frágil y pudiera romperlo fácilmente.

LovesickOnde histórias criam vida. Descubra agora