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Brandar estaba listo para salir a la batalla, Dhejah podía verlo perfectamente. Tenía esa cara que siempre ponía antes de cada misión: más serio de lo normal, los ojos verdes oscuros y concentrados en todos y en todo.

Ambos se habían puesto las capas Jedi, pero Dhejah sabía que la suya no duraría mucho puesta. Odiaba cómo la tela la entorpecía y limitaba sus movimientos. Dhejah disfrutaba de las acrobacias del combate que había perfeccionado con los años gracias a su conexión con la Fuerza. Disfrutaba de saltar de droide en droide, y la capa era un estorbo para eso.

Los dos Jedi se sujetaron bien a los manillares de la nave de asalto a tierra. Estaba llena de clones de la Legión 335, entre ellos Axton, el comandante marshal. Destacaba porque su armadura era la más pintada de gris oscuro, con una raya vertical que le atravesaba el casco, y las hombreras y el pecho decorados del mismo color. En la hombrera izquierda llevaba, grabado en blanco, el símbolo de la Compañía Tormenta: el rostro de un oso.

—¡Compañía Tormenta! —habló Dhejah. La luz roja de la nave que se tambaleaba la hacía ver más mortífera de lo normal—. ¡La misión es clara: destrozar a esos hojalatas y recuperar la luna! ¡Nos reuniremos con los otros dos generales antes de movernos entre estas montañas! ¿Alguna pregunta? —Nadie respondió. Dhejah se subió la capucha con la mano libre, y Brandar la imitó—. Que la Fuerza les acompañe, soldados.

Todos hicieron un saludo militar, y Dhejah miró por la rendija de la pared de la nave. Algunas de las cañoneras de la República ya habían aterrizado en esa explanada de piedra para poder librarse de los droides que estaban de patrulla. La información del Consejo era clara: la luna era pequeña, y los Separatistas habían resguardado a sus tropas en un templo abandonado tras las montañas de vertiginosos picos que había más allá de donde se encontraban. Dhejah las veía bien: grises, oscuras, insólitas. Los Separatistas también habían mandado droides a la zona exterior, probablemente como primera oposición a las tropas, y de ellos se iban a encargar ahora. Estaban a punto de aterrizar. Giró la cabeza levemente para mirar de reojo a Brandar y le dio un pequeño asentimiento con la cabeza.

En un segundo, sintió la nave bajo ella, aterrizando. Se repitió el Código en la cabeza. Las luces se volvieron verdes. Las puertas se abrieron. Axton lideró a los hombres fuera, y cuando los clones hubieron salido, ella y Brandar se precipitaron al exterior.

Los droides más cercanos ya les habían empezado a disparar. Los hombres de Skywalker y de Kenobi, que acababa de llegar con su crucero, ya se ocupaban de ellos. Dhejah asintió en dirección a Axton, y este se unió con sus hombres a la lucha. Brandar pasó a su lado, corriendo y lanzándose a la batalla con el sable láser verde desplegado y la capa ya perdida.

Dhejah se tragó una sonrisa y sacó su espada. La encendió, el sonido ya tan familiar como su luz azul.

Se lanzó hacia los droides sin más dilación. Se encargó de los más cercanos a sus hombres primero, dándoles tiempo para encontrar algún sitio donde apalancarse a disparar.

BLAME ━ Obi-Wan KenobiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora