Jugando Sucio |MiChaeng| [G!P]

Capítulo 44

—Suéltame.

—Ni hablar.

Mina intentó apartarla de un empujón. Chaeyoung la agarró todavía más fuerte por los brazos, cosa que sólo consiguió que Mina se retorciera aún con más ganas.

—¡Basta! —exclamó Chaeyoung.

—Pues suéltame.

—Ni lo sueñes.

Mina dejó de resistirse, pero sus ojos lanzaban puñales afilados.

—¿Cómo has conseguido burlar a los policías?

—Están en las escaleras. A uno le falta la gorra, la camisa y el arma —le informó Chaeyoung mientras se señalaba el cuerpo con la barbilla.

Las mangas de la camisa le quedaban unos centímetros más largas, los botones del pecho estaban mas flojos, a conciencia vio que el uniforme era de una talla más que Chaeyoung, pero el conjunto había conseguido engañar a Mina lo suficiente para que abriera la puerta. Chaeyoung confiaba en poder engañar a todos los que la vieran escoltándola con el fin de sacarla del edificio.

—No les he dado muy fuerte. Tardarán poco en recuperarse. Tengo que sacarte de aquí antes de que alguien se dé cuenta de que no están en sus puestos. —La apartó de la pared—. Ponte algo.

Ella hincó los talones e intentó liberar la mano de las garras de Chaeyoung.

—Gritaré hasta tirar el edificio abajo antes de irme a algún sitio contigo.

Volvió a agarrarla por los brazos.

—Yo no maté a tu marido, Mina.

Ella cerró los ojos y sacudió la cabeza; se negaba a oírla.

—Escúchame. Benedic apuñaló a Jackson, no yo.

Mina abrió los ojos como platos. Se quedó boquiabierta.

—Benedic jamás...

—Lo hizo. Y te describiré con detalle lo que pasó aquella noche. Más tarde. Ahora mismo, tenemos que largarnos de aquí. Por Dios, vístete de una vez —dijo con una amenaza, aprovechándose del evidente miedo de Mina.

Más adelante ya le pediría disculpas, pero ahora no tenía tiempo para formalidades.

Con frialdad, Mina le dijo:

—No puedo vestirme si no me sueltas.

Lentamente, Chaeyoung levantó las manos de sus hombros pero se mantuvo alerta, por si intentaba acercarse a la puerta. Mina la rodeó y se dirigió al vestidor. Sacó unas cuantas prendas de un cajón, las estudió, las cambió por otras.

Impaciente, Chaeyoung le arrebató las prendas de la mano y las arrojó encima de la cama, después tiró de la cinta de la bata que llevaba Mina para desatarla.

—Ponte eso, y date prisa.

Mina le dio la espalda y dejó que la bata se deslizara hasta el suelo. Estaba desnuda. Chaeyoung tenía que huir para salvar el pellejo, pero la visión consiguió que por un momento dejara de pensar en todo lo demás. Mina se puso la braga y se pasó una camiseta de manga corta por la cabeza. A continuación, anduvo hacia la puerta. Chaeyoung la agarró del brazo para detenerla.

—En el closet tengo un chándal.

El closet estaba al lado de la puerta de la habitación. Chaeyoung se acercó, deslizó la puerta corredera y rebuscó entre la ropa.

—Ése de ahí —dijo Mina.

—¿Esto?

Mina asintió. Chaeyoung lo descolgó de la percha y se lo lanzó.