Capítulo 47

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Después de varios minutos de silencio, Chaeyoung dijo:

—Tienes que creerme, por lo menos en parte, porque si no, no seguirías en este coche.

Mina se pasó los dedos por el cabello. Había estado intentando encontrar las palabras precisas que reflejaran las dudas que albergaba sin sonar desleal al marido que acababa de enterrar. Pero no estaba segura de si eso era posible.

—Jackson daba saltos de alegría con el tema del bebé —empezó a decir—, pero le supliqué que no te lo notificara hasta que tuviéramos la confirmación médica del embarazo.

—Me llamó justo después de que te dieran los resultados del análisis de sangre.

—Esa tarde admitió que había hablado contigo. Me pidió disculpas por no esperar hasta que yo llegara para llamarte, pero dijo que no podía aguantar más sin compartir la buena noticia. Me dijo que nos deseabas todo lo mejor, pero que lo que más te importaba era cobrar el dinero cuanto antes.

—Eso es mentira. Yo...

Mina levantó la mano.

—Deja que te lo cuente desde mi punto de vista. Luego puedes corregirme.

Chaeyoung asintió con la cabeza.

—Jackson y yo lo celebramos aquella noche. Le pidió a la señora Yubin que preparase una cena especial. Me obligó a comer una segunda ración de patatas, recordándome que tenía que comer por dos. No me quitaba ojo de encima. Me mandó que subiera por el ascensor en lugar de subir caminando como siempre. Insistía en que la escalera era peligrosa y podía caerme. Le dije que iba a volverme loca si se comportaba así durante los siguientes nueve meses. Pero fui comprensiva con su estado de ánimo. A decir verdad, los dos nos reímos de su exceso de protección. Cuando Benedic lo preparó para pasar la noche, fui a su dormitorio. Me dio la mano y me dijo lo mucho que me quería, me repitió lo emocionado que estaba por el bebé. Cosas así. —Se le sonrojaron las mejillas, porque le daba un poco de vergüenza—. Fue muy tierno y atento, y más afectuoso de lo que había sido en meses. Me quedé con él hasta que concilió el sueño.

Mina se dio perfecta cuenta de la silenciosa inmovilidad de Chaeyoung, de su mirada imperturbable.

—Teniendo en cuenta su comportamiento de aquella noche, no comprendí por qué insistió tanto en que viajara a Busan a la mañana siguiente. Era un viaje innecesario. El incidente podría haberse resuelto tranquilamente con ayuda del supervisor de la zona, y debería haber sido así. Era un insulto para él que Jackson me enviara para vigilar. Además, no era su modo habitual de proceder. No tenía ningún sentido que me mandara allí.

—Para mí sí tiene sentido.

A su pesar, Mina asintió.

—Habíamos resuelto el problema a media tarde. Podría haber cogido un vuelo más temprano de vuelta de Seúl, pero, sin consultármelo, Jackson me había organizado una cena con algunos de los responsables de la oficina de Busan. La velada se prolongó muchísimo. Llegué con el tiempo justo de coger el vuelo de las nueve de la noche, el último que había.

—No quería que regresaras antes de esa hora. Quería mantenerte al margen para que no te entrometieras. Para cuando tú regresaras, yo ya estaría muerta.

—Sigo sin poder creérmelo, Chaeyoung. De verdad, es que no puedo. A pesar de lo que tú pienses, no era un lunático. Admito que se había vuelto cada vez más obsesivo. Lo de hacer las cosas en series de tres, la limpieza... ¿Viste los frascos de desinfectante?

—Por todas partes.

—No toleraba ninguna mancha, nada fuera de su sitio, ningún detalle dejado al azar. Pero no me cabe en la cabeza que le mandase a Benedic que te matara con las manos desnudas.

Jugando Sucio |MiChaeng| [G!P]Where stories live. Discover now