TERMINADA.
JiMin ve el mundo con signo de peso, juzga y critica según la cuenta bancaria y marca de los zapatos, piensa que es el rey del mundo por ser hijo único de padres billonarios pero en verdad sólo es rey en su propia burbuja que no lo deja...
La madre de JiMin se dejó caer en frente de aquél hombre con algo de temor, tenía en su mayoría los signos y síntomas de estos pues sus piernas temblaban, las manos estaban frías a pesar de las serie de capas cubriendo su cuerpo o era capaz de sentir dolor por la forma en que su corazón chocaba tan duro contra su esternón y costillas.
-Estoy corto de tiempo, así que en lo que me termino el café me hablas, y espero que no sea para hacerme perder el tiempo.- Dejó saber el hombre frente a la dama, quien carecía de cabello, empatía y facciones agradables a la vista.
-No te preocupes que muchas ganas de estar frente a ti no tengo, será rápido.- Dijo esta mientras del bolsillo de su abrigo sacó una tarjeta de memoria pequeña, del bolsillo adverso, dejó ver entres su falanges un simple teléfono de fabrica e insertó la pequeña tarjeta dentro de este, tras unos segundos esta le mostró el unico archivo que tenía la galería, el cual era el video que grabó YoonGi, mostrándole el paradero de su esposo.
-Ahí está lo que nos pediste, mis niños... - Esta se quedó callada un segundo por la incomodidad de decirle "mis niños" recordar que el novio de su hijo era su hermano seguía siendo algo agobiante.- Ellos cumplieron con tu pedido, ahí está el paradero de mi esposo, te pido ahora que nos dejes tranquilos.
-Qué audacia... mujer coreana rompiendo las reglas patriarcales, delatando a su esposo, interesante.
-Que estupidez, deja a mis cabros tranquilos ¿Ah? ~ Ya tienes el paradero de ese señor, ve y arregla tus asuntos con él, no nos involucres, a él no le importamos, no tenemos nada que ver con ese hombre.
-¿Incluso si lo mato? - La mujer apretó los puños, bajando la mirada a la mesa y tragó saliva soltando el aire por su nariz.
-No serás capaz, te debe millones, hazlo trabajar contigo, no lo sé, no tiene de donde sacar plata, así que....
-¿Y si lo mato? - Esta alzó la cabeza viendo fijamente los ojos de aquél hombre, eran tan oscuros, parecían de tiburón y eso solo le daba más desconfianza aún, sin embargo esta no respondió ¿Le dolería perder al hombre que amaba? Aquél que luego de tener a JiMin la despreció, la violentaba cuando le reprochaba el tipo de enseñanza inhumana que este le brindaba a su hijo, las miles de cachetada que le daba, cuando la ahorcaba en arrebatos de rabia, las veces que le tiraba el whisky en la cara cuando le pedía que compartiera con JiMin, su pequeño bebé, su solcito de sonrisa preciosa, quien ahora estaba sufriendo y necesitaba los abrazos y palabras de su madre, ponerlo en balanza con ese hombre, era obvio quien ganaba en peso.
-Que sea lo que Dios quiera.- Dijo esta mientras le tiraba el teléfono al hombre con la información y evidencia del paradero de su esposo, tomando sus cosas le hizo una ligera reverencia para marcharse del lugar sin arrepentimiento alguno.
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