TERMINADA.
JiMin ve el mundo con signo de peso, juzga y critica según la cuenta bancaria y marca de los zapatos, piensa que es el rey del mundo por ser hijo único de padres billonarios pero en verdad sólo es rey en su propia burbuja que no lo deja...
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Narración JiMin
Ese día me levanté temprano solo por ansiedad, después de no poder conciliar el puto sueño, opté por levantarme, hacerme un café y tomarlo con toda la calma del mundo, mientras el gato frente a mí movía su cola de lado a lado viéndome fijamente.
-¿Debería ir? que perderé si voy, si voy y me rechaza, podré quizás seguir, dar por finalizado todo con él, pero si no... me quedo con el "y si hubiera" ¿no? - El gato me maulló, acostándose en la mesa mostrando su pancita, YoonGi me hacía lo mismo, osea, a su manera claro, aunque a veces en mi mente me lo imaginaba maullando cuando me perdía en sus ojos, así de profundo era. - Bien, iré.
Me vestí lo más simple posible sólo camisa negra y pantalones del mismo color, saqué mi billetera y salí sin más, si la pensaba mucho no iba avanzar nunca o le iba a dar muchas vueltas, si me arrepiento en el camino seguiré igual. Tomé la micro y metro, mis manos estaban frías y sudaban, no me dejaba los dedos tranquilos, mordiendolos cada tanto hasta sacarme las uñas de un mordisco llevando a pasar los costados de la uña y dejándolas sangrando, me bajé del metros dos veces antes de llegar para respirar y relajarme, sentía como se paraban los pelos de la ansiedad que sentía, tanto que hasta sentía nauseas, por lo que al volver a subirme al metro puse música fuerte y un juego para distraerse.
Una vez en la estación que debía llegar, caminé un par de cuadras, ya entrando en este ambiente que se me hace tan incómodo y pesado, hay pocas personas en la calle por que la mayoría van en auto, así que mi camino es expedito, y al llegar a la casa de YoonGi, vuelvo a sentir esa ansiedad abrumadora, no tan intensa como cuando le vine a pedir pololeo, esa vez era una emoción, ahora siento terror puro, vamos JiMin, solo entra, explicarle el malentendido de los hermanos, pídele perdón, reconoce tus errores, no le pidas ninguna oportunidad, solo haz lo que si o si debes, vamos, hueón.
Toco el timbre de la casa y me abre su nana, la saludó lo más sonriente posible.
-¿E-está YoonGi? - Apenas me sale la voz y paso casi ya como un tic mis manos por los pantalones, ella asiente y me hace pasar.
-Iré a avisarle al señor Cox.- Me dice ella con cierta emoción.- ¿Le ofrezco algo?
-N-No, estoy perfecto, muchas gracias.- No soy capaz de sentarme y me muevo nervioso por ese living que tan bien conozco. Escucho unos tacones sonar muy fuerte y me pongo rígido en mi puesto, viendo bajar a la elegante mamá de YoonGi.- Tía Victoria, buenos días.- Ella inclina sutilmente la cabeza ante mi, y pasa a sentarse en uno de los sillones, cruzando las piernas para verme fijamente.
-Escuché tu voz desde abajo, así que me sentaré aquí a escuchar lo que le tengas que decir a mi hijo, me merezco una explicación ¿No? se van un tiempo, YoonGi vuelve con el corazón roto y ahora se va a casar con mi sobrina.- Ella abre los brazos como diciendo "Y qué pasó aquí" yo me quedo callado apretando los puños entre sí.- Esperemos a mi hijo, si es que gusta recibirte claramente.- Yo asiento varias veces.- De lo contrario te pediré que te marches y no vuelvas a molestar a YoonGi.
