Capítulo 18

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-¿Qué pasó anoche?.- Creo que se merece mínimo una explicación. 

-Lo que oíste.-

-¿Unos simples besos?.- Mi mano sostenía un pedazo de hielo. 

-Sí, escucha no quiero herirte, tú mismo te diste cuenta de mis sentimientos por él.-

-Lo sé, lamento lo que pasó.-

-Eres un gran amigo y preferiría que fuera así.-

-Lo dices para estar con él sin remordimiento.-

-Tal vez.- Tenía que estar segura de que quería y mi corazón quería a Yoosung. -Tomate tu tiempo, si realmente quieres ser mi amigo lo entenderás.-

-Ese es el jodido punto no quiero ser tu amigo, lo dejé muy claro.- Tomó mis muñecas y me miró a los ojos. 

-Suéltame.- No lo hizo. -¡Suéltame ó soy capaz de sacarte a patadas!.-

Me soltó, se levantó de la silla, caminó hacia la puerta y como última vez me miró. 

-Dame tiempo.- Salió de mi apartamento. 

(¿Hice bien?, dejé ir a una gran persona por Yoosung)... 

La tarde la pasé junto a Yoosung, habíamos estudiado lo suficiente para el exámen de mañana. 

-Estoy cansado, quiero dormir.-

-Yo también.- Cerré el libro. 

-Las vacaciones de fin de año se acercan, ¿Qué harás?.-

-Es probable que lo pase junto a mi familia y tú?.-

-No deseo ver a mis padres, tal vez lo pasé con alguien de la RFA.-

-Creo que causaras problemas.-

-Jajaja lo sé, ¿Prefieres que vaya contigo?.- Sus mejillas estaban rojas. 

Me acerque a él. 

-Quiero, pero todos te conocerán y te harán sentir incómodo ¿Quieres eso?.-

Tomo mi mano, la besó. 

-No me importa, quiero estar contigo.-

-Yo también.- Me recosté en su hombro...

Los días siguientes estuvieron llenos de pruebas y exámenes, todavía tenía horror, habíamos degollado a otro conejo, Yoosung me consoló, por otro lado nuestra relación iba cada vez mejor, estaba demostrando que realmente le gustaba, llevaba mis cosas, me esperaba cuando salía tarde, salíamos y cuando podía me llevaba flores. 

He de aclarar que no nos habíamos vuelto a besar, era en serio el hecho de que cuando estuviéramos listos nos haríamos novios, con respecto a Michael no supe nada más de él. 

-¿Quieres cenar?.-

-Omelet.- Estábamos a punto de entrar a mi apartamento cuando Yoosung recibió una llamada. 

-Hola V, ¿Cómo... ¿Qué?, ¿hablas en serio?, ¿En qué hospital está?, si, te esperaremos en la puerta.-

Colgó la llamada, me miró preocupado. 

-¿Qué sucede?.-

-Es Mc, tuvo un accidente y está grave en el hospital.-

Comenzamos a correr, el señor V llegaría en cualquier momento por nosotros. 

-Tienes todo.-

-Sí.- Dije apresurada, tomamos el ascenso, al llegar el señor de ojos turquesa se encontraba esperándonos. 

Abrimos la puerta. 

-Señor Mako, al hospital general por favor.-

Durante el camino no podía dejar de pensar en el bebé. 

(Por favor, por favor que estén bien).

Mis manos temblaban, al llegar al hospital me detuve, la culpa me estaba matando. 

-Yoosung espera.- Lo detuve. 

-¿Qué sucede te sientes bien?.-

-Hay algo que tengo que contarte, antes de entrar al hospital.- Necesitaba decirle lo que sabía, las cosas podrían ponerse peor. 

-V, dentro de un rato te alcanzamos.- El señor V siguió su camino. -¿Dime qué sucede?.-

Mi mano apretó fuertemente su sucedadera. 

-Ella está embarazada.- Los ojos de Yoosung se abrieron como platos. 

Mis lágrimas comenzaron a salir. 

Me abrazó y yo se lo devolví. 

-No digas nada.-

Logramos alcanzar al señor V. 

-¡Jumin!, ¿cómo se encuentra?.-

-No lo sé, no han dado noticias sobre ella.- Me aferre de nuevo a la sudadera de Yoosung. 

-Señor Han, tenemos otros problema.- La señora Jaehee se acercó a su jefe. 

-¿Qué sucede?.-

-La repostería de Mc se incendió.- 

-¿Qué?.- El señor V, Yoosung y yo hablamos al mismo tiempo. 

-¡Maldición!.- El esposo de Mc se estaba desesperando. 

-Esto, es demasiada coincidencia ¿no?.- Todos miramos al señor V. 

-Asistente Kang, por favor encárgate de eso.- 

-Señora Jaehee, ¿puedo ir con usted?.- Dije sin pensarlo. 

-Si eso deseas esta bien.- Yoosung tomó mi mano y me miró. 

Me acerque a su oído. 

-Michael necesita apoyo ahorita, te prometo que estaré bien.- Lo mire y él afirmó con su cabeza, le di un beso en la mejilla y salimos del hospital con la esposa del señor Zen. 

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