Capítulo 29

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-Si no cambias esa cara antes de empezar la ceremonia lo estropearas todo.-

Por alguna extraño razón Seven se había pegado como una garrapata a mí. 

Cuando llegamos pidió tener una habitación a mi lado, en el avión fue igual, incluso en las comidas se sentaba a mi lado. 

-No tengo otra cara.- Hacia el nudo a mi corbata. 

-¡Vamos!, hoy estamos para celebrar, cambia esa cara, sé que quieres cambiar esa cara.- Por momentos me daba envidia que actuará alegremente, pero le daba la razón debía de controlar mis emociones por Mc y Jumin, hoy se merecían un día especial. 

-De acuerdo.-

La ceremonia se realizaría en la playa y la recepción en una habitación que la hicimos salón entre todos, excepto los novios. 

Mire hacia el atardecer, ¿acaso era el único que pensaba que esto era demasiado cursi?, no era el único, para Seven no solamente era cursi, era doloroso. 

El atardecer era de un naranja fuerte, destellos amarillos alrededor del sol y las aves volando libremente hacia el horizonte. 

-Les tengo tanta envidia.- Seven se colocaba a mí lado. 

-¿Lo dices por qué están volando a un lugar mejor que acá?.-

-No, lo digo porque son libres de toda preocupación.-

Iba a responder cuando la música anunciaba la entrada de la novia. 

Era como ver el amor desde otra perspectiva, ambos se miraban, ambos se sonrían y ambos aceptaban unirse por el resto de sus vida incluso después de la muerte. 

Fuegos artificiales estallaron al momento que la ceremonia concluyó. 

Rojo, amarillo, azul, morado, plata y dorado, la mayoría de esos colores eran los preferidos de Rei,  pero más el morado, siempre lo relacione por el color de mis ojos. 

-¿Acaso ella puede verlos?.-

-No, estamos demasiado lejos.- 

Mis pensamientos habían salido de mi boca, Seven me respondía...

-¿Dónde está Rei?, ¿por qué no vino contigo?.- Trataba de seguir el compás de la música, pero Mc se movía demasiado rápido. 

-Se quedó con su familia.- Dije para terminar de hablar de ella. 

-Es una lástima, quería verla y felicitarla, ahora que están juntos...-

-Mc estoy cansado. Si me disculpas iré a tomar algo.- Tome a Mc y se la regrese al ogro de su esposo, sentía como su mirada podía matarme.

La recepción terminó bastante bien, pude olvidarme de Rei cuando Zen se emborrachó y comenzó a dar un espectáculo de strip-tease, jamás había visto a Jaehee tan enojada y avergonzada en su vida, prácticamente sacó a rastras a Zen de la habitación, por otro lado los novios desaparecieron y los demás nos quedamos tomando. 

El señor CEO, el señor Kim, Seven y yo nos terminamos el licor fino de Jumin.

Amanecimos con tremenda jaqueca al día siguiente, bueno al menos yo, Seven y el señor CEO pudimos seguir durmiendo, pero al pobre del señor Kim su esposa lo tenía castigado, lo hizo trabajar en el viñedo. 

-Maldición jamás vuelvo a tomar así.-

Me tope con Seven en el pasillo, su rostro decía que no la estaba pasando mejor que yo. 

-Yo tampoco lo haré.- Dije, aunque no descarte la idea de que la bebida me hizo olvidar a Rei. 

-Hola muchachos.- Jumin estaba tan resplandeciente, como siempre. -Mc quiere que vayamos a nadar al otro lado de la isla, así que preparen sus cosas.-

-¿QUÉ?- Seven y yo gritamos al mismo tiempo. 

-Jajaja, el agua fría es buena para la resaca.- Sin decir más comenzó a alejarse. -Prepárense, salimos dentro de 20 minutos.-

Si estar en tierra la resaca era terrible estar por los cielos era un viaje cósmico, lo bueno era que no tardaríamos más de diez minutos. 

Al llegar nos alojaron en otra casa, solo que esta era más pequeña que la mansión, me tocó compartir habitación con Seven. 

-Maldición, dime que no solo yo tuve un viaje cósmico al subir a la avioneta.-

Solté una carcajada. 

-También lo tuve.-

Ambos cansados y todavía con resaca salimos de la habitación para dirigirnos a la cascada que tanto había mencionado Mc. 

-Odio el agua fría.-

-No eres el único.-

Nos encontrábamos en la orilla con Zen. Jaehee, Mc y Jumin nadaban en las aguas cristalinas. 

-¿Qué te dijo Jaehee?.- Seven miró a Zen y este nos miró asustado. 

-Qué sí volvía hacer algo así me pediría el divorcio y que jamás vería a nuestro hijo.-

(Aguarda, espera, ¿hijo?).

Seven y yo lo miramos con los ojos muy abiertos. 

-Felicidades.- Dijimos al unísono. 

-Gracias, ahora mi felicidad está completa.-

Ahora que escuchaba esa frase mire a Mc y Jumin, su felicidad era completa, todos estaban felices menos Seven y yo...

Lo que era un fin de semana entre amigos se convirtió en unas minis vacaciones, nos quedamos por otros tres días más en la isla. 

Todo resultó bastante bien para mí, olvidé a Rei por esos días y a cambio disfrute de mis amigos y de las deliciosas comidas. 

Tomaba el elevador hacia mi piso, ya era hora de regresar a mi apartamento, las clases iniciarían la próxima semana, debía de preparar todo. 

Camine junto con mi maleta, me detuve de golpe. 

Habían hombres saliendo del apartamento de Rei, salían con cajas, unas grandes y otras pequeñas. 

Un sudor frío nacía de mi frente. 

Mi corazón latía a un ritmo rápido, mis manos, ambas sudaban del nerviosismo. 

Y lo que finalmente no quería ver se colocó a delante de mí, Rei cargando una caja.

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