Capítulo 24

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(Lo sentimos está muerto), esa frase se quedó conmigo después de que la ambulancia llegara a mi casa. 

Mi madre seguía gritando que no se llevarán a papá, mi hermana Yona pedía que lo siguieran reviviendo, yo me quedé quieta a un lado del cuerpo de mi padre. 

No habían lágrimas, seguía sin creerlo. 

Las personas de la funeraria tuvieron que luchar contra mi hermana y mi madre para llevárselo y cremarlo. 

Tuve que acompañarlos a tramitar los papeles de su fallecimiento, mi madre no estaba en condiciones para hacerlo. 

Cuando termine el papeleo regrese a casa, mi madre y Yona dormían. 

Me tiré al sofá, no quería estar en mi cuarto, en unas cuantas horas debía de ir por las cenizas de mi padre. 

Mi teléfono seguía sonando, era Yoosung, no le había respondido desde hace un buen rato, no tenía ánimos para hablarle de lo sucedido. 

Resignada tomé el teléfono y lo apague. 

Cerré los ojos, los recuerdos de mi padre revivieron en mi mente. 

-¿Qué haré sin ti?.- Me senté, abrace mis piernas, hundí mi rostro en ellas, las lágrimas comenzaron a salir como cascadas...

En casa... las cenizas de papá se quedarán en casa, mamá no quiere separarse de ellas y menos Yona. 

Yo por mi parte sigo sin llorar en frente de ellas, pero a solas en mi cuarto dejo soltar mi soledad. 

Recibí una llamada del seguro, papá lo dejó a mi nombre, creo que fue sensato, sabía que mamá no tendría cabeza para nada.

Hice cálculos sobre el monto a recibir, nos ayudará por un tiempo, pero después estaremos por nuestra cuenta. 

La prioridad era que Yona terminará el instinto y una carrera, luego de eso ella deberá costearse la universidad. 

Yoosung sigue llamando, no he respondido en días, a estas alturas solamente me interesaba mi familia. 

-Yona debes de ir al instituto, ¡Despierta Yona!.- Había pasado una semana desde la muerte de papá, no debía presionarla, pero ya era demasiado, debía pensar en su futuro. -¡MALDICIÓN! YONA LEVÁNTATE DE UNA VEZ.-

-NO QUIERO, DÉJAME EN PAZ.- Con esas palabras me echó de su habitación. 

Suspiré.

-¿Desde cuándo yo soy la mamá de esta casa?.-

YOOSUNG 

-Seven por favor.-

-Yoosung, lo haré, deja de presionarme.-

-¿Pero cuándo?.- Hace más de una semana que no sabía nada de Rei, seguí llamando a su móvil, pero ella las rechazaba y como no tengo idea de donde queda su casa decidí presionar a Seven para que me ayudará. 

-Ahora mismo.- Me encontraba en C&R, en el departamento de la unidad de inteligencia. 

-¿Ya?.- 

-Unos segundos más.- Un punto rojo iluminó el computador de Seven. -Ahí está, es Seúl, mandaré las coordenadas a tu móvil.-

Mis manos comenzaron a sudar y mi corazón a latir, irá a verla y averiguar porque desapareció. 

-¡Gracias Seven!.-

-De nada, ve por ella muchacho.-

Salí corriendo hacia mí apartamento para hacer la maleta, aparte mi vuelo a Seúl para esa misma tarde. 

Mi teléfono cada vez me decía que estaba cortando distancia, tomé un taxi para llegar más rápido, la luz roja seguía parpadeando.

De un momento a otro dejó de parpadear quedándose inmóvil. 

-¡Es acá señor!.- Saque dinero y le pague. 

Baje mi maleta, la casa que veía era de dos niveles, con un pateó delantero, era sencilla.

Nerviosamente me acerqué a la puerta. 

Toqué el timbre. 

-¡YA VOY!.- Reconocía es voz, era la de Rei.

Abrió la puerta, se sorprendió de mirarme en la entrada.

-Hola.- Le dije un susurro. 

-¿Qué haces acá?.- Su expresión era de furia. 

-Vine a verte, no respondias mis llamadas.-

Suspiró, su expresión en el rostro era muy diferente a lo que estaba acostumbrado ver. 

-Yo no quiero verte.-

-¿Qué?.- 

-Será mejor que regreses Yoosung.-

-Pero Rei...-

Cerró la puerta en mi cara.

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