Capítulo 25

635 84 14
                                    

-¡REI! ¡ABRE LA PUERTA!, ¿QUÉ ESTÁ PASANDO?, NECESITO UNA EXPLICACIÓN.-

Me había dejado caer en la puerta, me dolía verlo acá, ¿por qué?, hubiera sido más fácil para mí desaparecer por completo.

-¡REI!.- Su furia se desquitaba con el timbre de la casa, mi hermana se acercó y me miró. 

-¿Quién es Rei?.- 

-¡REI!. CON UN DEMONIO, ME IRÉ AHORA, PERO VOLVERÉ, TE LO ASEGURO.-

El timbre dejó de pelear con su dedo. 

-¿Rei?.-

-No es nadie Yona, olvidalo.- De mala gana me levanté del suelo, me dirigí a mi habitación, quería llorar, pero no en frente de Yona...

Yoosung regresó por la tarde, le pedí a Yona que por favor lo echara de acá. 

A lo lejos oí que seguía gritando mi nombre a fuera de casa, no tuve más opción que enterrar mi cabeza en las almohadas. 

-No sé dará por vencido tan fácilmente.- (Lo conoces y hasta que no le des una explicación no dejará de pelear con el timbre).

-No quiero darle ninguna.- 

Mi teléfono sonó. 

Un mensaje de texto. 

YOOSUNG: ME QUEDARÉ AFUERA HASTA QUE QUIERAS HABLAR CONMIGO. 

-¡Maldición!.- Según las noticias esta noche neveria, mire en mi ventana, efectivamente una tormenta se aproximaba. 

Mi teléfono sonó de nuevo. 

YOOSUNG: ESTARÉ EN LA BANCA, POR SI DESEAS HABLAR, POR CIERTO NO ENCONTRÉ HOTEL. 

-¿QUÉ?.- No podía creer lo que leía, estaba afuera con todo y maleta. 

YOOSUNG 

Un persona me observaba detrás de las cortinas, no podía ser Rei, ya que era más pequeña de tamaño. 

Suspiré, no me movería de acá hasta hablar con ella. 

Le había mandado dos mensajes, de los cuales no respondió, grité como loco y primero me quedé afónico sin una respuesta. 

De pronto la puerta de la vivienda se abrió, era una mujer de pelo negro, con una taza en mano se acercó a mí. 

-Hola.-

¡Maldición es la madre de Rei!.

-Hola, buenas tardes.- Respondí tímidamente.

-¿Quién eres y por qué gritas el nombre de mi hija?.-

Me acercó la taza, se la recibí, era chocolate caliente. 

-Lo siento, soy Yoosung Kim y soy el...-

-¿Su amigo?.-

Negué con la cabeza. 

-De hecho soy su pretendiente.- No podía decirle que era su novio si no hacía una presentación formal sin Rei presente, pero tampoco mentiría sobre mis sentimientos. 

-Entiendo. ¿Llevas un buen rato acá?.-

-Como dos horas, busque hotel, pero no hay disponible.-

-Es época navideña, no encontrarás nada.-

-Eso no lo pensé.- Sonreí, la señora Tomoe me la devolvió. 

Ella se levantó del asiento y me miró.

-Vamos adentro, empezará a nevar.-

Le sonreí de nuevo, comencé a caminar atrás de ella. 

-Lamento que mi hija se comportará así, pero no ha sido nada fácil para nosotras.-

-¿Puedo saber que sucede?.-

La señora hizo una mueca en su rostro de tristeza. 

-Mi esposo falleció hace una semana de un paro cardíaco. 
Rei tenía una relación con su padre muy especial. 
Lo siento, es duro para las tres.-

Una señorita parecida a la señora salió de su escondite. 

-Yoosung, ella es Yona la hermana menor de Rei.-

-Hola, mucho gusto Yona.- Extendí mi mano, ella la aceptó.

-Estás congelado.-

-Encenderé la calefacción, pasa adelante.-

Entre a la sala de la casa, al entrar mis ojos se posaron en el altar, una fotografía del padre de Rei se encontraba junto a una urna de color café. 

El parecido en ellos era bastante, ambos de pelo castaño, de ojos color miel, de tez blanca. 

-Él era nuestro padre.- Yona se sentó a la par mía. 

-Lamento lo sucedido.-

-Descuida, trataremos de ser fuertes.-

La pequeña miraba la fotografía con tanto cariño, recordé a mis padres. 

-¿Qué irá a pasar ahora?, mamá no podrá hacerse cargo de nosotras por mucho tiempo.-

-Hey, no digas eso, ustedes podrán, son fuertes.-

Yona me miró con un brillo en los ojos. 

-Gracias.- Dijo en un susurro. 

-¿Quién te dejó entrar?.- Rei se aproximó rápidamente a mi. -Yona ¿tú lo dejaste entrar?.-

-Fui yo.- La señora Tomoe apareció en ese momento. 

-¿Por qué?, no lo quiero ver, se lo deje bien claro cuando le cerré la puerta.-

-¿Qué tú hiciste qué?. Rei, tu padre y yo no te educamos así, ¿qué pensará de ti?, eso lo decepcionará.-

-¡MI PADRE ESTÁ AHÍ HECHO CENIZAS!.-

Los tres la miramos, la madre de ella se acercó, levantó la mano y la estrelló en su mejilla. 

Las lágrimas comenzaron a salir en ambos rostros, madre e hija. 

-Discúlpate con Yoosung, vino de lejos para verte.-

-Señora, no hay necesidad.- Debía intervenir, no quería causar problemas. -Yo me iré, no se preocupe.-

-No Yoosung, tú no te mueves, eres mi invitado y a quien no le guste puede irse.-

BUSCÁNDOTE Donde viven las historias. Descúbrelo ahora