Capítulo 30

633 79 25
                                    

-Señorita Tomoe, sabe perfectamente que usted asumió un compromiso con nosotros, si usted renuncia a la beca jamás se le volverá a otorgar en esta prestigiosa universidad, por lo cual le solicitó que lo piense muy bien.-

-Señor Rector, sé que asumí un compromiso al momento de ganar ese concurso de ciencias, pero hoy la situación es demasiado fuerte a tal punto que debo de renunciar a ella, mi decisión es irrevocable, pido disculpas si tomé un lugar que a otra persona le correspondía y tampoco estoy solicitando que me la aplace hasta nuevo aviso, debo regresar a mi ciudad natal.-

El señor Rector suspiró. 

-Es una lástima señorita Tomoe.- Se cruzó de brazos. -Es lamentable que una persona con un gran futuro deba renunciar al estudio.-

Quería irme, no quería seguir escuchando que estaba renunciando a mi sueño. 

-Una vez más, mis más sinceras disculpas.-

Me despedí del rector. 

Antes de salir totalmente de la universidad la recorrí una última vez.

Los pasillos eran demasiado grandes cuando no habían estudiantes corriendo en ellos. 

La cafetería la cual estaba vacía en estos momentos podía comprar comida sin que me empujaran.

La biblioteca, donde estudiaba largas horas mientras que Yoosung dormía a mi lado. 

Pensar en él era un martirio, después de que envió ese último mensaje no volvió a contactarme, ¿por qué?. 

¿Por qué?, qué pregunta más estúpida, pero era la pregunta que rondaba en mi cabeza en todas estas largas noches desde que lo terminé. 

Por último pasé por los salones donde tomamos clases, me detuve donde vi esos ojos púrpura suaves por primera vez. 

Recordar su hermosa sonrisa y el como mi cerebro se hizo puré me hizo sonreír...

-Estas son las últimas.- Había contratado un camión de mudanza, debía de vaciar el apartamento hoy mismo, ya que los nuevos inquilinos se mudarían mañana. 

Terminaba de empacar la última caja, me asegure de no dejar nada. 

Mire una vez más el espacio vacío, tantos recuerdos que había hecho en este lugar, especialmente con Yoosung. 

-Eres una cobarde Rei.- Cuando entre de nuevo al edificio queria tocar su puerta y verlo, pero no me atreví, yo había terminado con él, lo mínimo que podía hacer era dejarlo en paz. 

Selle la caja, la tomé en mis brazos y salí de allí. 

Tope con alguien al momento de dar los primeros pasos afuera del apartamento. 

-Perdóneme no me fijé en mi camino.- Levanté la mirada, al ver esos ojos púrpuras me congele. 

Nos miramos a los ojos unos segundos, a pesar de que conocía perfectamente esos ojos para mí no eran los mismo, eran fríos. 

-Asegúrate de no dejar nada.- Dijo fríamente, se hizo a un lado y se alejó de mí. 

No puede evitarlo y dije su nombre. 

-Yoosung.- Me giré para verlo, él se detuvo, pero no se giró para mirarme. 

Nuevamente esa presión en mi pecho, ese dolor que no me dejaba respirar. 

Al oír que no decía nada él continuó con su camino. 

No podía dejar de mirar hacia la dirección de su apartamento hasta que el personal de la mudanza me habló. 

-Señorita, es hora de irnos.-

Lo mire, se supone que debía de irme junto con mis cosas, pero mis pies se habían clavado al piso. 

El señor me miraba extraño. 

-Usted sería tan amable de enviar a esta dirección mis cosas.- Anote en un papel la dirección de mi casa. 

-Señorita, pero usted debe...-

-Por favor, debo quedarme acá, surgió una emergencia.-

-De acuerdo- El hombre tomó la última caja, la que tenía en mis manos y se fue. 

Respire profundamente, ya que las lágrimas amenazaban con salir. 

-Deja de ser tan cobarde y despídete correctamente.-

Decidida camine hacia el apartamento, pero al llegar detuve mi mano para evitar tocarla. 

Mi pecho dolía, dolía mucho, así que con el dolor en él toque la puerta. 

Dos, tres, cuatro toques y no respondía. 

Seis, siete y ocho, ni una señal de vida. 

Mis lágrimas salieron. 

Nueve, diez, once, doce, trece, los pedazos en que se rompía mi corazón. 

Retrocedí, mis piernas iban a correr cuando la puerta se abrió. 

Yoosung me miró seriamente.

-¿Qué necesitas Rei?.-

La tristeza combinada con el dolor, la adrenalina y el deseo explotaron. 

-A ti necesito.-

Me tire a su cuello, mis piernas se aferraron a su cintura y mis labios comenzaron a comerse los suyos.

Dudó, unos segundos eternos en los que no me correspondía, forse a su boca para dejarme invadirlo con mi lengua. 

Cuando mordí su labio inferior dejó de sostenerme por la cintura y en cambio sus manos se aferraron a mí trasero. 

Con uno de mis pies empuje la puerta para cerrarla, me dirigió a su cama, me lanzó, luego se colocó arriba de mi, me aprisionó con su cuerpo. 

-Tienes tres segundos para salir de acá antes de que te arrepientas.-

-Uno, dos, tres.- Dije en un susurro, el más sexy que podía, no me moví y él tampoco. -Si he de marcharme quiero al menos pasar esta noche contigo.-

Yoosung me miró seriamente. 

-Pasarlo conmigo es no dejarte ir nunca.-

Esas palabras eran la promesa más hermosa que guardaría en mi corazón toda la vida. 

BUSCÁNDOTE Where stories live. Discover now