Capítulo 13. Tú

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25 de mayo de 2020

71º día de cuarentena

Aunque era cierto que durante la última semana no habían conseguido llegar a recuperar la conexión que habían tenido hacía apenas un mes, la verdad es que Alba se había organizado de forma que, aunque sólo fuese durante unos minutos, conseguía escaparse para llamar a la cantante cada día. Usaba los viajes de ida y vuelta a la comisaría o los momentos en los que Julia salía de casa a trabajar o a hacer la compra para esconderse con el móvil en alguna habitación.

Aquello no era lo ideal o, al menos no lo era en la cabeza de Natalia, pero lo cierto era que en aquellos breves momentos de conexión, nada parecía haber cambiado entre ellas. La morena, incluso, se permitía el lujo de provocar a la otra, que respondía en función del miedo a ser descubierta de ese día.

- ¿Qué?, ¿dónde te has escondido hoy? – bromeaba la cantante una tarde.

- Nat, por favor, no bromees con eso, que bastante mal me siento ya – protestaba la otra.

- Anoche soñé que tenía antojo de morcilla de cebolla y nos escapábamos a un pueblo de la sierra a buscar la mejor morcilla de España – cambia de tema rápidamente.

- ¿La mejor morcilla de España está en un pueblo de la sierra? – pregunta algo confusa.

- No lo sé, en mi sueño sí... - guarda silencio mientras piensa – en realidad, tampoco es que me encante muchísimo la morcilla...

- Madre mía, estás fatal – sonríe la otra algo más despreocupada.

- ¿Cuánto tenemos hoy? – pregunta la morena intentando organizar en su cabeza todos los temas que quería cubrir en aquella llamada.

- Pues... - de repente la idea de Natalia sacrificando cualquier plan que pudiese tener sólo para que ella pudiera llamarla unos minutos la hace sentir tremendamente culpable.

- He grabado una canción nueva esta mañana – la voz de la cantante, que intuye los derroteros por los que viajan sus pensamientos, la devuelve a la realidad – luego te mando el audio para que la escuches.

- Genial, ¿eso es lo que has estado haciendo hoy? – pregunta, decidida a no echar a perder aquel rato que la hacía sonreír el resto del día.

- Claro, eso y echarte de menos – bromea notando el cambio en el ánimo de la rubia.

- ¡Nat! – protesta entre carcajadas.

Conversaciones como aquella, en la que apenas intercambiaban cuatro frases, eran el principal aliciente para despertarse por la mañana para ambas, Natalia, cada vez más decidida a poner a su favor aquella situación que se le había vuelto en contra y Alba, aferrándose a la idea de que aquello era tan solo una distracción.

La semana en la que habían recuperado el contacto había pasado más rápida de lo habitual para las dos, sobre todo para Natalia, que se esforzaba por concentrar durante la jornada laboral de la rubia todas sus citas: reuniones virtuales con la discográfica, entrevistas con las radios, incluso las llamadas familiares.

- Nat, ehmm... tú... ¿tú podrías...? – Alba estaba encontrando serias dificultades para formular aquella pregunta.

- No, no te voy a mandar una foto desnuda – responde la otra.

- ¿Qué? – contesta contrariada.

- Bueno, al menos no te la voy a mandar hasta que no te vea en persona – sigue entre risas.

- Pero, ¿qué dices? – las carcajadas sacuden de pronto a la valenciana, que sigue sin entender cómo funciona la maravillosa mente de aquella mujer.

Confitadas | AlbaliaWhere stories live. Discover now