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Gerard se encontraba en su tina completamente desnudo, frotando una esponja sobre uno de sus brazos, no iba a poder quitar de su piel la sensación de haber besado a una persona que no era Dallon, pero al menos lo estaba intentando.

No quería hacerle daño, era lo último en lo que había pensado. Y era un poco molesto saber que no había sido una vez, o dos, sino que se besó con Frank mientras se divertían con los vestidos, cuando prepararon todo para comer, e incluso un pequeño beso de despedida se atrevió a darle.

Bien, estaba claro que le gustaba ese chico, no planeaba dudar de eso en ese momento, pero sabía que estaba haciendo las cosas mal. Tampoco quería detenerse, solo estaba jugando un poco con los tiempos, ¿qué diferencia había si de todas formas Dallon ni siquiera se encontraba en el mismo país que él?, podía terminar la relación cuando volviera a verlo y evitar contarle a Frank lo sucedido.

Quizá a Dallon ni siquiera le importaría, y se encontraba un poco cansado de recibir excusas como "vamos a tener que extender la gira un poco más", sabía que ser un cantante le consumía muchísimo de su tiempo, pero ¿y él en qué lugar quedaba?

Frank le estaba dando la atención que necesitaba, y no deseaba desperdiciarla.

Te amo—Gerard oyó las palabras a través de la línea telefónica, y soltó el lápiz que tenía en una de sus manos. Alzaba sus cejas con incredulidad, y miraba con molestia el diseño que había estado dibujando, era la única imagen que tenía en ese momento.

—Yo también te amo—murmuró suavemente en respuesta, y una risita de parte de Dallon inundó sus oídos mientras se despedía.

Había intentado relajarse luego de la ducha, pero no fue posible. Su novio lo había llamado para contarle cuánto público tenían y por supuesto el "tenemos ocupadas dos semanas más..."

Era de esperarse escucharlo, pero aún así sintió molestia y pena, tanta que las lágrimas resbalaron por sus mejillas y cayeron en su cuaderno de hojas lisas. Sabía que su novio lo apreciaba, no había ninguna manera de negar aquello, pero él mismo se sentía inseguro devolviendo las palabras cariñosas.

No quería que Dallon se sintiera mal, sabía que si terminaba con él por llamada telefónica sería desastroso, y simplemente arruinaría su gira, pero tampoco quería lastimar a Frank, y que creyera que era una cruel bestia si llegara a descubrirlo.

Intentaba convencerse con la idea de simplemente estar adelantando las cosas con el castaño, no tenía malas intenciones. Le gustaba otro hombre y no podía hacer demasiado al respecto, aún menos si ese hombre también gustaba de él.

Podría haber llamado a Lindsey, o a cualquier otra persona, hasta a su hermano para conversar un poco, pero sus dedos apretaron directamente el contacto de Frank.

Al terminar de hablar con él, sus pestañas aún continuaban un poco húmedas, pero casi ni había un rastro de que estuvo llorando. Arrancó la hoja de su cuaderno, la abolló y lanzó a la basura, no creía que ese diseño le trajera lindos recuerdos en el futuro.

***

—No es tan bonito como tu departamento, pero te puedo hacer un delicioso café—riendo le acercó una taza humeante al pelirrojo, llevaba un abrigo de cuero y según Frank eso se veía muy incómodo para estar allí.

  —No digas eso, me gusta—dió un corto sorbo y agregó—, el café y tu hogar—rió levemente y dejó la taza sobre la mesa, colocando sus manos sobre su regazo, acomodando su cuerpo en una pose derecha y elegante, con sus piernas cruzadas.

—¡Qué bien!, me agrada mucho que hayas venido, pensé que tenías mucho trabajo—comenzó una charla amena, tan solo para rellenar el silencio de su sala.

—Lo tengo, pero quería descansar un poco...—recordó de manera breve cómo le dijo a su asistente que pospusiera sus reuniones y así tener tiempo libre—, estas semanas estuve haciendo bocetos, escogiendo telas y... Supongo que ya sabes cómo es.

—Claro, todo tiene que ser perfecto—comprendió lo difícil que era coordinar y tomar la mayoría de las decisiones—, ¿y para qué marca trabajas?

Fendi, soy el nuevo director creativo...—la última palabra de su frase se volvió casi un susurro, porque Frank casi se ahoga con su café y comenzó a toser—, ¿estás bien?

El castaño tenía una expresión de sorpresa, él realmente había pensado que si bien Gerard era bastante famoso en el mundo de la moda, tal vez tendría una firma propia mediana o quizá su relevancia se concentraba en vestir celebridades, nunca se le cruzó por la mente que fuese tan importante, y allí notó que apenas sabía algo sobre el contrario.

—Sí, sí, ignórame—rió un poco y se quedó por un segundo pensando en aquello. Gerard hablaba bastante, su manera de expresarse era entretenida y fluida, pero entre todas las anécdotas y la interesante información que tenía para ofrecer en una conversación, nunca compartía demasiado su vida privada.

—No quiero ignorarte—continuaba sorbiendo de su café y sonriendo de vez en cuando, todas los comentarios que decía eran encantadores para Frank, parecía que estaba hechizado con cada una de las palabras.

El castaño le dedicó una mirada con las mejillas sonrojadas y se levantó de su asiento.

—Déjame colgar tu abrigo, ¿no estás incómodo?—Gerard se puso de pie, y antes de que él pudiera hacerlo, el castaño comenzó a deshacer los botones—, ¿es de cuero vegetal, no?

—No—Frank tenía sus cejas inclinadas, y cuando oyó esa respuesta quitó sus manos del abrigo, haciendo una expresión que demostraba un poco de molestia involuntaria—, es broma, no es cuero de animal—tomó las manos del contrario mientras reía.

—¿Estás seguro?—se mostró un poco receloso, ni siquiera le parecía una razón para reír, pero supuso que para Gerard no era un tema delicado, tal vez incluso utilizaba cuero en sus colecciones.

—Claro que sí, el único abrigo de piel que tengo fue porque mi madre me lo regaló—explicó, notando que Frank se había puesto un poco serio—, lo siento si te hice molestar.

—No, está bien, solo me sorprendí un poco—le quitó el abrigo por completo y lo dejó en el perchero junto a la entrada—, ya sabes que soy vegano—se acercó a él nuevamente y lo invitó a ir hasta el sofá, encendiendo la televisión y colocandola a un volumen bajo, para poder continuar hablando.

—Lo sé—asintió repetidas veces y apoyó su taza sobre la mesa pequeña frente al sillón, mordió de manera nerviosa su labio inferior—, ahora me siento mal por haber dicho eso—Frank rió suavemente, se veía divertido.

—Deja de preocuparte—acercó su cuerpo para estar aún más cercano del contrario—, está bien, sí te creo.

Gerard murmuró un "okay" y miró sus manos por un leve momento, alzando su rostro levemente y clavando su mirada en el contrario.

—¿Puedo besarte?

—Sí.

I really need you tonight. [Frerard]Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu