I really need you tonight. [Frerard]

x12x

Agradecía haber dejado sus maletas en casa de Lindsey, porque no tendría ninguna manera de justificarlas, aunque aquello era lo ultimo que le podía llegar a importar. Su respiración parecía haberse detenido, al igual que sus ojos en la revista sobre el sofá de su sala. 

Era una de esas revistas que solían adornar la sala de espera en cualquier salón de belleza, solo con la finalidad de entretener al lector con simples chismes baratos o entrevistas sin importancias. Pero aun así eran muy famosas, así que era bastante duro de observar, eso que podría observar cualquiera con la posibilidad de hacerlo. 

En la portada llena de títulos burlescos y llamativos, había una imagen de unos sujetos besándose, en la acera frente al edificio de Gerard y junto al mismísimo automóvil de Gerard, y tal vez esos sujetos podrían ser cualquier otros, sus caras eran difíciles de distinguir, pero una frase con una fuente gigante y de rojo brillante decía claramente "GERARD WAY Y... ¿SU NUEVO AMIGO?", era estúpidamente perfecto para insinuar que estaba engañando a su novio y al mismo tiempo cómico y atrayente, claro que lo ultimo se aplicaba para personas que no fueran el. 

Alzo su mirada titubeante, con la respiración entrecortada, recibiendo los ojos azules de Dallon sobre su cuerpo. Ni siquiera pudo sostener sus ojos fijos por un segundo, vago su mirar por toda la habitación, sin tener realmente algo que decir, no existía algo que pudiera hacer esa situación mas amena, era totalmente imposible. 

Gerard tenia una mezcla de pensamientos irreconocibles dando vueltas por su mente, su expresión estaba decaída, sus largas pestañas dejaban una sombra oscureciendo sus ojos, y sus dientes mordiendo su lengua le dolía, pero en ese momento no le importaba. Nada le importaba mas que intentar solucionar algo, quería intentar darle una explicación rápida y unas disculpas muy sinceras, para finalmente cerrar sus ojos, esperar un portazo y saber que Dallon se había ido, pero no fue así.

—¿En que estabas pensando, Gerard?—comenzó, Dallon ya sentía sus manos temblando a los lados de su cuerpo, había esperado tanto tiempo por finalmente llegar, y encontrar a su novio en la entrada de su departamento, quizás con algunas luces adornando la sala, o tal vez con algún dulce navideño, y abrazarlo y besarlo con cariño al tenerlo cerca, pero al llegar del aeropuerto, empujando su maleta, los mensajes de texto llovieron en su teléfono, y no paso mucho tiempo para que pudiera encontrar una tienda de revistas, y comprar exactamente esa que tenia a su novio besando a otra persona en la portada—, Al menos hubieras terminado conmigo.

—Sabes que me sentía solo, me dejaste aquí con todas tus cosas pero sin ti, necesitaba al menos un poco de cariño—ya había comenzado a llorar, era inevitable—, Frank apareció y yo fui muy débil... y te traicione—la ultima palabra ardió en su garganta, las frases se agolpaban detrás de su lengua pero ninguna le parecía suficientemente decente—, te traicione, lo siento tanto Dallon.

—Eres un idiota—el contrario murmuraba suaves y entrecortados "lo se"—, ¿hace cuanto lo estas haciendo? ¿hace cuanto me engañas con tus mensajes y tus llamadas?

—No lo se—por supuesto que lo sabia perfectamente, pero no deseaba decírselo, era innecesariamente doloroso saber que hace tantas semanas estaba siendo una basura—, no fue demasiado, yo realmente lo siento...

Dallon espero que continuara por algunos segundos, pero no lo hizo para nada. Era muy complicado de procesar. Cerro sus ojos levemente y se dirigió a la cocina, haciendo una taza humeante de café, en todo ese tiempo Gerard no se había movido ni un centímetro de donde estaba.

—Tengo que hablar contigo—murmuro el pelirrojo apretando entre sus dedos el abrigo que llevaba puesto. Sabia que el contrario planeaba dirigirse a la habitación de invitados, no tenia el valor de verlo directamente pero por el rabillo del ojo supo que su llamado no fue de gran importancia—, ¡Dallon! ¡tengo que... hablar contigo, ahora!

—Mañana.

—Es muy temprano para dormir—dio unos pasos inseguros, alzando una de sus manos en un ademan para intentar detenerlo—, hablemos sobre esto, estoy dispuesto a hacerlo, se que soy de lo peor pero...

—¡Si, lo eres!—se giro con un movimiento brusco, un poco impresionante para tener una taza llena entre sus manos sin derramar nada—, tu quisiste venir aquí, y me prometiste que estarías bien y me juraste decena de veces que estabas bien, que me extrañabas tanto como yo lo hacia, y fueron todas mentiras, ni una sola verdad salio de tu boca en todo este tiempo, ¿de que quieres hablar?, no quiero escucharte mentir otra vez.

La voz cruda de Dallon lo hizo estremecer como nunca, jamas lo había visto verdaderamente molesto, y no sabia como calmarlo, solo quería sollozar disculpas hasta que todo estuviera bien, pero ademas de ser infiel, quería quedarse con Frank, pero su novio estaba ahí, el novio que no veía hace meses, y solo deseaba olvidarse de todo lo que había hecho. 

Frank era tan especial ante sus ojos, tan espontaneo y dulce, a veces siendo tierno y a veces sensual, totalmente comprometido a comenzar la relación mas cariñosa que pudiera con Gerard, y Gerard estaba dudando de sus propias decisiones. 

—Uh... yo no voy a-... no voy a mentirte, perdóname—Dallon a pesar de parecer tan frío en ese momento, el pelirrojo sabia perfectamente que era tan emocional y sensible, seguramente se moría por llorar y gritar pero se estaba conteniendo, se contenía porque ni siquiera se consideraba con fuerzas para hacer algo.

Los ojos azules, brillantes por las lagrimas contenidas, lo observaron directamente, sabia con esa mirada que lo perdonaría, claro que lo haría, Dallon lo amaba, lo amaba con todas sus fuerzas, y Gerard recordaba la calidez de sus abrazos, sus palabras bonitas. No necesitaba esa mirada en ese momento, iba a doblegarlo por completo, y no quería que eso sucediera, de verdad quería mantener sus ideas claras y continuar con Frank como tanto lo planeo. Pero las cosas no siempre salen como se planean.