La repartidora (Camren)

Prólogo

Como cada mañana, cada día, durante ya tres años de mi vida, son la una de la tarde y me dispongo a entregar los pedidos de la floristería "Cabestrab". Qué clase de nombre es ese, os preguntaréis. Pues bueno, simplemente es la fusión de mis dos apellidos: Cabello Estrabao. Mis padres, que son unos modernos... ¿Mi nombre? Camila.

Vendemos, llevamos a domicilio, e incluso tenemos página web, y además podemos tratar de devolverles vitalidad o hacernos cargo de ellas por un tiempo, somos una especie de hospital-guardería de plantas. Somos apasionados de la naturaleza, aparte de que el dinero nos urge.

Al llegar de Cuba, cuando tenía alrededor de seis años, mis padres tuvieron la idea de montar el pequeño negocio ya que carecían de demasiados estudios para empeñarse en otra cosa. Realmente nunca ha prosperado, de hecho yo misma tuve que abandonar la escuela a los catorce años para ayudar. Pero tranquilos, aprendí lo que más necesitaba en el mundo: leer.

Me monto en una bici rosa de paseo la cual tiene una gran cesta delante, bastante bochornosa a decir verdad, ya que la bicicleta fue un regalo de nuestra vecina, la cual a los dieciséis años sigue siendo aficionada a las Bratz, donde coloco las entregas. Qué más puedo pedir. Sobre la cesta colocamos un pequeño velo para proteger las plantas de "ataques" externos. Doy una voz que avisa que me marcho y empiezo mi rutina.

Tengo suficientes entregas para que con suerte, al regresar, me de tiempo de verla entrar en casa.

Cada día paso por su puerta esperando poder verla aunque sea un instante, aunque ella no me vea a mí.

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Tengo ideas flotando por mi cabeza y quería al menos plantearos un poco de qué tratará. Tengo casi seguro que Camila será la única narradora de esta historia. ¿Qué os parece? :)