| 𝐔𝐧 𝐧𝐢𝐧𝐣𝐚 𝐞𝐧𝐭𝐫𝐞 𝐡𝐞𝐫𝐨𝐞𝐬 - 𝐃𝐮𝐥𝐜𝐞 𝐯𝐞𝐧𝐠𝐚𝐧𝐳𝐚 |

𝐔𝐧 𝐜𝐚𝐦𝐩𝐚𝐦𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐢𝐧𝐟𝐞𝐫𝐧𝐚𝐥 - 𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐

[Afueras del complejos del campamento]

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Un silencio bastante claro se hizo presente en el lugar donde se encontraban todos los miembros de la clase 1-A, todos se encontraban bastante callados por lo estupefactos que habían quedado debido al grito de cierto peliverde el cual demostraba una enorme preocupación por su compañera de clase Kyouka Jirou, mas que por su propio bienestar cosa que daba mucho que pensar, aunque algunos solo pensaron que se debía a ese instinto de héroe que caracterizaba al susodicho, para otros pocos parecía ser algo mas, mientras que la gran mayoría simplemente no podía pensar en que estaba ocurriendo en realidad entre aquel par, ya que se les había visto demasiado juntos últimamente...

No es que fuera algo escandaloso o demasiado juntos, sino que para personas que normalmente nunca antes habían tenido una relación importante o relevante como lo sería una amistad era bastante inusual verlos tan juntos, lo que desconocían era que en realidad Izuku y Jirou si llevaban un buen tiempo conversando, siendo mas exactos, su relación de amistad la cual era bastante buena se extendía al inicio de clases luego del examen de ingreso...

Pero la razón por la cual no se les veía juntos en el salón de clase o en el instituto era por lo discreto que solían ser ambos al momento de verse, no por alguna razón aparente, meramente para evitar molestias o eso le había explicado Kyouka al peliverde que simplemente asintió y decidió acatar el consejo que le había dado la contraria.

El joven se encontraba sentado en aquella camilla luego de haber dado un grito tan fuerte, y no era de menos, no podía concentrarse de forma adecuada, su vista aun continuaba algo desenfocada y nítida por estar recién levantándose luego de haber quedado inconsciente durante al menos 1 hora, sin embargo eso no fue impedimento para que el chico en cuestión observara hacia donde se encontraba Jirou...

Sin saber que era ella pero que debido a su figura, aunque su visión aun no estuviera adecuadamente bien ni siquiera lo suficiente como para reconocer al profesor Aizawa que se encontraba a su lado. Este al notarla no dudo en levantarse de la camilla aun cuando su cuerpo se encontraba con cortaduras y algunas heridas, nada grave a excepción de su espalda que si parecía haber recibido fuertes golpes, pero nada del otro mundo que fuera alarmante.

Jirou estaba por su parte sonrojada, todos habían esperado la reacción de esta, mientras que la gran parte de alumnos estaba preparado para que clavara sus Jack en el cuerpo del joven aspirante a héroe como había hecho un muchísimas ocasiones con Kaminari, otros simplemente estaban expectantes con algunas ideas de lo que podría llegar a ocurrir, pero nadie se esperaba la reacción de la roquera, algo tan tierno y a su vez femenino como sonrojarse.

Sin duda alguna dejo a todos desconcertados, incluso a su profesor ya que conocía bien a sus alumnos y sus aptitudes, ver a la chica sería y serena estando sonrojada y sin actuar violentamente como hacía con su compañero Denki, era algo totalmente nuevo para ella y algo completamente extraño para el resto de alumnos que no pudieron hacer mas que observar lo siguiente que estaba por ocurrir.

Jirou no tuvo tiempo de reacción ni nada similar, quizás porque aun se encontraba en shock o por el hecho de que el susodicho frente a ella se encontraba caminando en su dirección sin la parte superior de su camisa ya que esta había terminado en el suelo por el horrible estado en el que estaba, dejando que se pudiera notar todo su cuerpo muy bien entrenado.

Desde un abdomen aparentemente trabajado por años o esa era la impresión, hasta un fuerte y bien formado pecho que solo era acompañado por su espalda perfectamente alineada, repleta de algunas heridas, no podía negarse, pero dios, quien lo observara... no dudaría en decir que había sido esculpido por dios mismo, quizás esa era la razón por la cual no tenia reacción alguna y por la cual no reacciono tampoco cuando el peliverde la tomo de los hombros y le dirigió la palabra con su clásica sonrisa.