La vida de Izuku Midoriya, algo normal y nada alarmante, pero todo cambiara durante el campamento de entrenamiento. Aquel chico alegre y capaz se topara con la verdadera realidad y lo que pueda ocurrir cuando el mundo se dispone a acabar con todo aq...
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Los días habían pasado poco a poco, teniendo distintas situaciones entre los compañeros de aquel salón quienes con el pasar de los días lograron volverse mas y mas unidos, y claro, ¿Cómo no hacerlo?, Mina por su lado era la chica mas sociable y amigable de todas, logrando hacer amigos con una facilidad impresionante, mientras que por el otro lado estaba un peliverde tímido cuando se trataba de lidiar con otras personas, pero que debido a su forma de ser cuando llevaba el traje o la situación lo requería.
No era nada extraño verle actuar de forma serena y tranquila, aunque fuera muy poco el tiempo que se mantenía de esa forma, gracias a Mina comenzó a perder ese constante nerviosismo, claramente teniendo momentos bastante peculiares con la contraria para lograrlo, cosa que sin darse cuenta había comenzado a hacer efecto.
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Durante el segundo día hubo una situación particular donde sin querer al tocar la puerta del cuarto de Ashido-chan cuando iba a buscarla, no se percato de que estaba algo abierta, dejando ver a una peli rosada acostada en su cama con su pijama normal, aquella compuesta meramente por un short demasiado corto y una camisa que solo parecía cubrir sus pechos siendo ligeramente trasparente, dándole paso a la imaginación.
Aquello que no esperaba Midoriya era que tal situación había sido planteada por la chica de piel rosada de manera muy astuta, logrando hacer uso del tiempo en el cual el contraria llegaba a su cuarto a despertarla para ponerlo en un momento comprometedor, y todo fue a peor cuando esta conscientemente para lograr conocer las reacciones del peliverde comenzó a llamarlo mientras fingía estar dormida y moviendo sus piernas de forma incomoda termino dejándolas entre abiertas dándole una vista esplendida a su querido compañero que solo veía desde la puerta tragando saliva son pesadez...
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