Epílogo.

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La noche parecía no querer acabar.

La oscuridad envolvía la habitación, la brisa cálida de primavera entró por la ventana y sacudió las cortinas con suavidad. Baekhyun dio un respingo y abrió los ojos. Su rostro estaba apoyado contra el pecho desnudo de Chanyeol, quien despertó ante su sobresalto.

-¿Hyung...? ¿Tuviste una pesadilla otra vez? -preguntó preocupado y adormilado.

-Si... -murmuró, lanzando un leve suspiro -Lo siento, otra vez yo...

Las manos del menor tocaron la espalda ajena y acariciaron la piel expuesta, atrayéndolo contra su pecho.

-Está bien -contestó, rodeándolo completamente y abrazándolo en el acto -Sólo es un sueño, hyung -le dijo tranquilamente, besando su cabeza -Todo está bien.

Un año había pasado. A pesar de tratar sus pesadillas y dificultades con respecto a lo sucedido en el pasado, aún había mucho en qué trabajar. Baekhyun estaba mejorando, pero a veces, sus traumas volvían a él como fantasmas dispuestos a llevárselo al mismísimo infierno.

Terminar la preparatoria había sido todo un desafío, pero lo había logrado y comenzado la universidad. A diferencia de Chanyeol, había escogido una institución de informática, por lo que asistían a universidades distintas. Ya no oía rumores ni nadie lo molestaba, pero todavía, en ocasiones, sentía el fastidio y opresión en el pecho. Habían sido dos años de la muerte de Harin, pero el chico seguía tan presente como el mejor amigo y compañero que siempre había sido. Aunque ya lo había superado, aún conservaba algunos recuerdos que le traían a colación el rostro del joven.

El sol se acercó mucho tiempo después y sus rayos iluminaron el lugar. Cuando abrió los ojos, el espacio a su lado estaba frío. Frunció el ceño y se sentó de golpe en la cama. La habitación de Chanyeol seguía tan acogedora y luminosa como siempre. Escuchó el sonido de las tazas abajo y bostezó, restregando sus ojos con pereza. Su cabello negro estaba revuelto y cuando buscó su camiseta entre las prendas dispersas sobre el colchón, descubrió las marcas de besos en su torso. Sus mejillas se tornaron de un color rosado y no pudo evitar sonrojarse al recordar la noche anterior.

Desde la primera vez, Chanyeol había comenzado a tomar la iniciativa, sorprendiéndolo por completo. Quizás era el exceso de confianza que tenía, la escasa vergüenza y timidez repentina; o tal vez ambas. Prácticamente el menor se mostraba más seguro con respecto a todo lo que conllevaba su relación, la audacia ya era parte de él. Ya llevaban un año saliendo, los días habían pasado tan rápido que ni siquiera se había dado cuenta, quizá porque en lo único que estaba pendiente era en Chanyeol y en cómo este lo hacía feliz.

Cuando terminó de vestirse y asearse, bajó las escaleras. Shinhye estaba de viaje en Busan por su trabajo, por lo que hacía dos días de que él había estado prácticamente conviviendo con su novio.

-Oh, despertaste -dijo llamando su atención. El pelinegro le sonrió y caminó descalzo hacia el alto quien lo recibió con los brazos abiertos, dándole un gran abrazo -Feliz cumpleaños~ -le dijo en voz baja, dejando un cálido beso sobre su hombro izquierdo.

-Me felicitaste como diez veces anoche... -rió -De todos modos, gracias~

-¿Diez veces?

-Si...

Chanyeol rascó su nuca frunciendo los labios pensativo.

-¿Lo hicimos diez veces anoche? ¿Es por eso que tienes esas ojeras, hyung? -se burló divertido.

-Eres un tonto~ ¿A qué hora despertaste?

-Ah, no hace mucho -respondió ordenando una pila de papeles y hojas -¿Quieres algo de café? Puedo hacerte el desayuno si quieres, no pensé que despertarías tan temprano hoy, así que...

 𝒍𝒐𝒗𝒆𝒍𝒚 𝒄𝒉𝒂𝒏𝒚𝒆𝒐𝒍 ➳ chanbaekWhere stories live. Discover now