◌ VI

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|VI :dressed like that?

En los meses siguientes, Mae comenzó a acudir a Hernold's y los distintos lugares de las carreras con más frecuencia. De vez en cuando se encontraba a Trevor, Caiden y Wyatt por los pasillos de la secundaria, pero no compartía palabra con ninguno de ellos a no ser cuando Caiden o Trevor le comunicaban la hora y lugar de las carreras. No porque ellos no quisieran, sino que Mae procuraba evadirlos lo más que podía. No sabía por qué, pero no quería que nadie viera que compartía más tiempo de lo debido con los muchachos. Sentía que tal vez esa información podría caer en manos equivocadas y llegar a los oídos de su padrastro. Y qué sabía Mae lo que él podría hacer luego de enterarse que su hijastra se la pasaba de aquí para allá con tres muchachos mayores que ella.

Sabía que los tres estaban en último año, Caiden era el único de los tres que jamás había tenido problemas con sus estudios, mientras que Wyatt y Trevor habían recursado año dos veces. Lo que Mae no entendía era por qué Caiden estaba metido en el ambiente criminal si era una de las personas más inteligentes que había conocido y podría tener un buen futuro con sus estudios. Incluso, se pasaba el año entero con calificaciones muy bajas por no realizar las tareas y no asistir, y aún así lograba pasar de año. Mae admiraba su inteligencia, era increíble.

Conforme pasaban sus idas al bar criminal, Mae se sentía más cómoda con el grupo y bebiendo con ellos. Incluso, su primera borrachera allí fue de todo menos humillante. Se la pasó bien, bailando y bebiendo, excepto cuando tuvo que vomitar el alimento que había ingerido y al otro día, cuando la resaca hacía doler su cabeza. Despertó en el apartamento de Eloise, quien fue casi obligada a quedarse con Mae en lugar de pasarse la noche con un muchacho que conoció.

—¿Te duele la cabeza? —cuestionó Eloise cuando la vio levantarse del colchón tendido en el piso del comedor adyacente a la cocina, presionándose las sienes. Ni siquiera tenía sábanas.

—Un poco, sí.

—¡Bien! —exclamó ella, con expresión enfadada, lo que hizo que Mae se confundiera—. Así es como se siente mi corazón luego de no haber podido pasar la noche con el amor de mi vida...

Luego, comenzó a llorar. O eso creyó Mae, porque la pelinegra escondió su cabeza en sus brazos apoyados sobre la encimera del bar de la cocina mientras sollozaba, para luego alzarla con expresión totalmente seria.

Toda esa actuación era demasiado para el cerebro recién despabilado de la muchacha, así que simplemente se quedó mirándola boquiabierta con los ojos abiertos, sin entender qué sucedía ni saber qué hacer.

—Era una broma —explicó Eloise tranquila. Tomó una taza de la encimera y se sentó en el sillón ubicado al lado del colchón donde Mae durmió.

Eloise le tendió la taza y Mae la aceptó aún algo confundida. El calor bajo sus manos era reconfortante.

—Para tu resaca.

—Gracias —agradeció honesta.

—Lamento lo del colchón —agregó Eloise—. Yo tampoco estaba en mis cinco sentidos anoche, que digamos...

A Mae se le escapó una risa y tomó un sorbo del té. Recordaba haberla visto llorar por no poder pasar la noche con un muchacho, ya que Caiden le había insistido en quedarse con Mae.

—Conque el amor de tu vida, ¿eh? —bromeó y esta vez fue la pelinegra quien rio.

—Ay, por Dios. Qué vergüenza.

Escondió su rostro, aún con restos de maquillaje, en sus manos y volvió a reír.

—He pasado por cosas peores borracha, ¿sabes? Una vez me lancé a los golpes con una chica porque llevaba el mismo top que yo, y me corté el cabello en el baño del bar... Oh, por Dios. Eso fue un desastre, había pelos por todas partes.

MAEWhere stories live. Discover now