Capitulo XII: El despertar

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(Boris)

Día dos: Me quedaban solo tres noches, el tiempo corría muy rápido y debía protegerla de William Bathory, al mismo tiempo que ella debía matar a la abominación.

...

Estaba tendido sobre una cama desconocida, las paredes rosas se me hacían irritante, pero pronto recordé que estaba en la casa de Laura.

Ella se encontraba al pie de su cama esperándome con una bandeja de té aromático humeante y unos panecillos de canela. Olían delicioso, nadie se había tomado esa molestia por mí... No desde que mi abuelo murió.

-¿No preguntarás dónde están mis padres?- Preguntó confundida alzando una ceja, lo cual me divertía un poco. Me frote los ojos tras su interrogativo.

- Te dije, he estado observándote y no, no soy un acosador. Eres una posible víctima del vampiro más antiguo de este mundo, después de Caín claro. - Mi voz sonaba soñolienta

-¿Dormiste aunque sea un poco?-L pregunte. Ella llevaba unos pantaloncillos negros de elástico (leggins lo llamaban las mujeres) y una sudadera delgada de mangas largas de color blanco; su tez blanquecina se perdía con el color del top.

-¿Crees que dormiría con un montón de polvo en mi habitación?- Ella se cruzó de brazos y movió la bandeja sobre mis piernas para que comiera.

-De juzgar por tu cabello húmedo y los enormes círculos negros bajo tus ojos, diría que no has pegado ni un ojo. Y te has bañado recién. Gracias por el desayuno, ¿Ya has comido? - Cogí la taza de té humeante y me lo llevé a la boca.

-Vaya, que gran observador eres, ¡bravo! Son las dos de la tarde ¿tú qué crees? Desayuné hace horas y tuve que poner la alarma de casa por si alguno de nuestros amigos se les daba la gana de irrumpir en mi casa. Sabes, sería más fácil si tuviera sexo con cualquiera de la escuela, o no; creo que mejor es el suicidio! - cuando oí esas estúpidas palabras salir de su boca me atoré y comencé a toser.

Ella se alarmó, quitó la bandeja que estaba sobre mis piernas y agarró el vaso de agua que tenía, siempre al lado del velador.

- ¿Estas mejor?- ¿Estaba preocupándose por mí? Acaso.

- Mira niña, estoy arriesgando mi vida para poder salvarte de tu destino y sí, ya estoy bien. Por favor no vuelvas a decir esas estupideces, ¿qué hay de tus padres? - Ella bajo la mirada con tristeza.

- Ellos ni siquiera recuerdan que hoy es mi cumpleaños. - Abrí los ojos como platos tras la confesión. ¿Qué clase de padres tenía?

- Perdóname, no sabía que hoy... pero, ¿por qué?...bueno, ¡FELÌZ CUMPLEAÑOS! - Me paré de la cama y la abracé con fuerza. Ella no me devolvió el abrazo parecía una tabla, podría jurar que estaba llorando.

-Estoy acostumbrada, Boris. Solo termina el desayuno, estaré abajo. Por cierto, tengo que ir de compras por comida. Vuelvo en...- No la deje terminar la frase. Saliendo ella sola se convertiría en el blanco del peligro.

-¡No te atrevas me quedan cuatro noches más y podrás ser completamente libre! Es más podrías, si deseas convertirte en miembro oficial de nuestra Orden de la Sangre. Nos vengaríamos de muchos vampiros ¿no crees? - Ella sonrió tras la idea absurda, pensó que era broma, pero si supiera que lo que dije había sido cierto.

-¿Entonces, irás conmigo?- Ella estaba cogiendo uno de sus bolsos y una chaqueta de pelos marrón del ropero. Era sábado y todo estaba tranquilo .

-Dame unos minutos e iré contigo, me prestas tu baño, ya sabes para....

-Todo tuyo , estaré abajo viendo T.V. , por cierto sé que no tienes 18 años como yo. Viéndote de cerca tu rostro no tiene la lozanía de uno joven, ¿qué edad tienes? Busqué lo que te sucedió cuando eras bebe en internet , salía la fecha; solo quiero que me la confirmes. - ella se quedó sujetando la puerta con el cuerpo fuera de la habitación y asomando la cabeza con una sonrisa sincera, al parecer no estaba molesta.

-Laura, tengo 25 años, ¿eso es todo?- Baje la mirada hacia la cama con vergüenza.

-Vaya, tendrás que decirme qué cremas usas o es sangre igual que usó Elizabeth. Te espero abajo. - Ella cerró la puerta tras irse riendo, también comencé a reír. Esa chica era genial, desde el primer día que la vigilaba la veía leer e irse a ese parque a fumar. Era tan tranquila, linda y era imposible no enamorarse de ella. Pero, tenía un carácter difícil y eso me gustaba.

Elegida para la eternidadTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon