Capitulo XXI :Quinta y ultima Luna sangrienta

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(Laura)

Me Respiros profundos y de pronto agitados. Me levanté impaciente de la cama como si me hubieran golpeado contra un camión.

¿Cómo había llegado hasta mi cama? Yo estaba en la alfombra.

Tenía un camisón blanco, pero no era el mismo que llevaba ayer, era muy extraño.

Las cortinas estaban cerradas, ya era de noche, ¿pero cómo?

Veía hacia el despertador eran las seis de la tarde no había ido a la escuela y hoy sería la última Luna llena, la última Luna. La última luna llena que vería.

Estaba exhausta. Me asomaba por la ventana, las nubes eran grises e iba a llover, el viento levantaba algunas hojas secas que caían sobre el pasto que provenían del árbol de enfrente de la casa.

Me fui directo a la ducha y gocé de los últimos instantes, el agua que recorría mi cuerpo, el sentir del jabón sobre mi piel , disfruté cada segundo, cada minuto como si me estuviera despidiendo de esta vida.

Cuando había terminado de bañarme, me envolví en toallas y note que las plantas de mis pies estaban llenas de heridas, que estaban cicatrizando.

-¿Cómo me hice esto? - Cerré los ojos con impaciencia tratando de recordar algún accidente. Quizá me lo habría hecho cuando me empujaron y caí golpeándome la cabeza contra la puerta.

Encendí un cigarrillo, con solo prenderlo hacía que mis gritos mentales se ahogaran dentro de mi acompañado del humo, fumar me daba tranquilidad a pesar de la atmósfera de hostilidad que me rodeaba.

No podía confiar en nadie. Era muy joven para morir y mi vida recién comenzaba.

Dejé el cigarrillo sobre el cenicero y me vestí con unos pantalones de mezclilla y una camiseta rosa acompañadas de zapatillas negras.

Había sonado mi móvil anunciando la llegada de un mensaje de texto. Tenía muchos sin responder, eran de Boris y llamadas perdidas pero este era un video.

Era un club nocturno extraño con personas que vestían de negro, góticos podría llamarlos. ¿Quién habría podido mandarlo? Pero él estaba allí, Boris estaba allí, con una chica y la besaba. Mi corazón se hizo pedazos, el mundo se me vino abajo, no era posible, era un peso indescriptible sobre mi pecho que me impedía respirar.

La chica no era cualquiera, era una mujer. Yo estaba mareada quizá en cualquier momento me desmayaría y perdería la conciencia. Las lágrimas empaparon mi rostro, me las limpie con el brazo y la reconocí.

-¡Maldito hijo de puta! - Las lágrimas brotaban solas. La mujer era Malec, la marcada de Caín, él estaba en conspiración con ese bando, él había ocasionado toda la persecución. Todo había sido una trampa, él nunca estuvo en peligro en mi casa. Estaba apunto de volverme loca, qué mierda estaba sucediendo. Me volví a limpiar las lágrimas de decepción. William había tenido razón, él nunca me quiso como lo dijo en su casa.

Aún tenía el collar sobre el cuello que él me obsequio y lo arranqué con todas mis fuerzas, este cayó sobre la alfombra.

Caí de bruces sobre la alfombra, quería gritar de la impotencia, ¿por qué fui tan estúpida? ¿Por qué?

Mi cabello estaba mojado, sentía la humedad traspasar la camiseta, un remolino de recuerdos comenzaron a golpear mi cabeza haciendo ese momento insufrible.

Toc , toc

Alguien llamaba a la puerta, debía bajar para ver quién era. No quería estar sola, pero mis padres no regresarían de su viaje, este se había extendido y probablemente ya no estaría cuando ellos regresaran. Guardé la compostura y observé minuciosamente mi aspecto, estaba hecha mierda.

Elegida para la eternidadKde žijí příběhy. Začni objevovat