Capítulo XVIII: El guardián de la noche

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-Veo que te ha entrenado bien Kirsch. Debo admitir que yo fui quien asesino a la Sra. Kirsch, la destrocé con mis propias manos, tenía ese mismo estúpido collar que traes ahora. En cuanto al padre, a él lo hice ver mientras moría la desdichada, lentamente. Él no quiso decirme donde estaban los diarios de mi hermana Elizabeth, prefirió sacrificar la vida de su esposa, su compañera de toda la vida por unos libros que no eran de su pertenencia. Mis vástagos lo sostenían mientras le arrancaba los tristes vestigios de vida y ¿sabes qué? Lo disfrute. - El hecho de que William revelara los horribles asesinatos para mí no era una sorpresa, pero si perturbador que disfrutara la matanza a sangre fría.

Te voy a refrescar la memoria. - Mientras se cruzaba de piernas, notaba que sus ojos no estaban en el presente. Quizá, habían viajado hacia algún lugar en el pasado, se me revolvió el estómago, cuando me contó sobre los padres del pobre Boris. Él quería mi sangre y nada más que eso, no veía el motivo del por qué me había llevado hasta ese café público; para decirme idioteces. Y entonces empezó con la parte interesante.

-Cuando tenías 13 años, ibas directo al supermercado, lo recuerdo como si hubiera sido ayer; los vampiros tienen buena memoria, ¿sabes? , ibas con un vestidito azul se te veía tan pura y tierna, pero unos pedófilos estaba siguiéndote el rastro. Sé que no lo recuerdas porque te borré la memoria, luego del incidente. Pero ahora lo recordarás todo. Ellos te siguieron cuando salías del lugar, era muy tarde y el cielo estaba oscuro, ibas con dirección a casa y como siempre tus padres estaban ausentes. - Él alzó sus manos como si intentaran de descubrirme el rostro de un velo inexistente y pronto sus palabras se hicieron sordas. Estaba yo en un frío callejón, sola con el vestido empapado de sustancias asquerosas, tras un basurero verde oscuro escondiéndome de esos monstruos.

-Te diste cuenta muy tarde que te estaban siguiendo, para llegar a casa tenías que pasar por un parque muy oscuro, esa era la única ruta que te llevaría sana y supuestamente a salvo. Estabas cruzando el parque con los paquetes de comida que habías adquirido. El viento soplaba con fuerza y hacía que tus cabellos marrones se movieran al compás del aire puro, las luces eran tenues y para alumbrarte llevabas tu móvil, estabas tan asustada y pensabas seguramente en tu mamá que no se encontraba en casa. Uno de los idiotas estaba acercándose a ti, pero te paralizaste del miedo.

-¿Deseas que continúe? Porque por lo visto ya recordaste, hummm..., creo dejare que hables, pero no grites porque si no ,en un instante habrá una masacre en este café.- El alzó un dedo apuntándolo hacia mi boca , ya no me sentía pesada y trate de articular palabra.

-Sí lo recuerdo ahora..., estaba cruzando el parque y uno de ellos había dicho "de esta no te escapas". - Las lágrimas comenzaron a asomarse hacia mis ojos, el recuerdo era muy hostil y vivido para mi cuerpo tan frágil, quería desmoronarme en esa mesa de café, sin importar nada.

-Así es , en vez de correr te quedaste petrificada , ellos se acercaban más y más a ti , yo estaba escondido tras unos árboles , estaban a punto de cogerte y tu seguías sin moverte , sabes me pregunté porque eras tan estúpida para no correr - sus palabras me lastimaron aún más. Trague saliva dolorosamente.

-No fui estúpida, mis pies no me respondían y probablemente si corría caería sobre el asfalto y...- Mi voz era temblorosa al recordar aquel episodio. Él me interrumpió prosiguiendo con la historia.

-Noto que todo ya te vino a la mente , te vi en peligro así que salí de los arboles porque siempre andaba vigilándote; eres importante para mí , tu sangre es la que necesito para la inmortalidad y seguir con el legado de los Bathory , la raza superior a los de Caín. Pero algo salió mal, Laura; tanto vigilar a mi presa, tantos acechos por la ventana de tu cuarto para saber si te encontrabas bien, verte crecer desde que eras una bebé, despertó esos sentimientos asquerosos que a los humanos los vuelven débiles; la maldita ternura y la compasión por un ser de baja categoría como tú, me hizo menos vampiro de lo que era .- Estaba en estado de shock , siempre me sentía protegida, pero pensaba que era dios apiadándose de mí por la falta de atención de mis padres. El siguió con la historia.

Elegida para la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora