Capitulo XIV: Segunda luna llena

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Entré a mi casa y todas las luces estaban apagadas solo podía divisar rayos débiles debido a la luna llena.

-¡Boris!- Grité sin escuchar respuesta. Estaba caminando a tientas y me dispuse a subir las escaleras hacia mi habitación.

Estaba caminando hacia mi habitación, cuando comencé a escuchar unos sonidos extraños. Tenía miedo y estaba a punto de salirme corriendo de casa. Pero tenía que ser fuerte, la puerta de mi habitación estaba entrecerrada, me recorrió unos escalofríos por todo el cuerpo. Cuando la abrí por completo desde el lugar pude ver hacia la ventana; podía ver hacia la Luna llena de color roja, lo cual me dejo un poco atontada. El ambiente de mi habitación era gélido ,pero asumí que era porque Boris había tal vez dejado la ventana abierta; pero ¿Acaso él no la había cerrado el día del ataque de Skylar?.

Comencé a analizar la escena de mi habitación hasta que vi un bulto. La boca se me abrió mientras soltaba un gritillo. - ¡Dios mío! - Entre en pánico. Estaba sudando, reprimí otro grito en la garganta que se fue ahogando con el miedo. Fui corriendo hasta donde él se encontraba, pero cuando lo mire a la cara me di cuenta que no era Boris.

-¡Niña tonta! - Exclamo el sujeto tirado en mi alfombra. Era tan pálido y de rostro perfecto, cabellos marrones y ojos tan grises como el color de la Luna ( La Luna en color grisácea normal) ¿Quién era?

Fue cuestión de segundos cuando la expresión facial le cambio de repente. Sus ojos se volvieron como dos agujeros negros y le salían de la boca unos colmillos afilados.

Se puso de pie en un brinco. Fue cuestión de segundos cuando me cogió por la garganta con una mano mientras que con la otra me apretaba contra su cuerpo. No lo había visto venir, todo fue muy rápido. No podía respirar y mis pies dejaron de tocar el piso.

- ¿Con que tú eres la niñita nacida bajo la Luna sangrienta? , JA , no veo nada interesante en ti, si no fuera por los rumores que andan circulando por allí .No te preocupes yo no bebería tu sangre, yo solo terminare con tu insignificante vida.- Comenzó a estrangularme con una mano, la fuerza que ejercía era impresionante y estaba quedándome sin aire. Jadeaba y pataleaba, pero eso empeoraba mi situación. Mis pulmones no recibirían más aire. Algo dentro de mí comenzó a quemar, todo se estaba volviendo borroso.

"No, no esto no puede pasar así, no puedo ser tan inútil "

-Esos rumores, en que le darás la vida eterna al viejo William son tan aterradores para nuestro clan que debemos destruirte. Qué lástima, serás un desperdicio sanguíneo cuando ya estés fría sobre el suelo. -Su voz era de ultratumba, pero tenía todos los dones de seducción.

Cuando Boris dormía por la mañana, sin que él supiera había vaciado una de sus botellas de agua bendita en uno de mis frascos de perfume con rociador por si surgía algún contratiempo. Sabía que en cualquier momento sería atacada por William y el agua bendita seria lo único que lo podría paralizarlo pero pensándolo bien eso no ocurriría por lo que Boris me había comentado. Esa botella estaba solo reservada para él. Pero ahora el juego había cambiado.

El rociador estaba en uno de los bolsillos de mi chaqueta. Tenía que distraerlo a como dé lugar.

Balbuceaba para distraerlo, sabía que lo vampiros eran vanidosos y estúpidamente confiados.

-¿Cómo dices? ¡Ay no te escucho! , que pena que... - Saqué el frasco de mi bolsillo y apreté el atomizador y el líquido fue directo a su rostro. Caí sobre el piso instantáneamente junto con aquella criatura, como si hubiera roseado con gas pimienta a un humano; él se cogía el rostro, mientras que sus mechones marrones se chamuscaban como si la sustancia fuera ácido para un humano. Las maldiciones salieron de su boca. Mi cuerpo estaba adolorido al igual que mi garganta. Tosía mientras me agarraba del cuello, luchaba para que el aire llegara a mis pulmones. Trataba de recuperar el aliento.

Poco a poco recuperaba la lucidez, cogí la cruz que también había dejado bajo la cama en la mañana por si alguien vendría a irrumpir en mi casa de nuevo, ¿no pasó mucho para ello no?

Sin compasión le clave la estaca en el corazón, una y otra vez hasta que sé que quedó hundida en uno de los huecos que le había hecho en el pecho. El vampiro soltó un grito horrendo, me estremecí por el sonido, me alejé lo más rápido que pude a arrastras por si se convertía en cenizas. Desde un lado de mi cama vi cómo el cuerpo se prendió en llamas, llegaban casi al techo. Pero, aun así no dejaba de gritar, las llamas lo consumían vivo. Los ojos se me abrieron como platos por la impresión. Tal vez, si no me hubiera alejado lo suficiente yo estaría quemándome viva como él .Unos segundos más tarde cuando los gritos habían cesado, en lugar del vampiro había restos de cenizas. Pero, el cuerpo despellejado seguía allí. Solo se había quemado parte de él y las cenizas venían de su traje. El gesto del rostro cadavérico era nauseabundo, era como si aún estuviera peleando por su vida a gritos. La piel ya no existía, recordé que en las historias de vampiros cuando quedaban de esa manera, debías de sacarles la cabeza de lo contrario ,estos revivirían. Y ahora tenía que hacerlo.

El estómago se me revolvió de tan solo pensarlo, las arcada llegaron a mi garganta. Mi cuerpo se estremeció, pero aun así lo cogí. El aroma impregnó mi habitación. Era peor que olor a basura podrida, comencé a respirar por la boca, lo agarré de la cabeza o restos de ella, estaba duro, jalaba y tiraba con fuerza; pero no pude arrancarle la cabeza , estaba aún muy fijo.

-¡Maldita sea!- Bufé.

Ir a la cocina por un machete era imposible, no debía perder tiempo y mucho menos podía dejar el cuerpo tirado en medio de mi habitación. Si revivía estaba en problemas.

Estaba estupefacta, acababa de aprender que había distintas clases de vampiros y morían de diferentes maneras, dependiendo de las características.

Los vampiros Bathory se secaban al matarlos y se repelían a su propio escudo heráldico familiar , uno podría matarlos solo con ello ; y bueno de los otros aunque no sabía de su procedencia daba por hecho que flameaban antes de morir quemados, pero a estos debías de sacarle la cabeza para que no revivieran , al menos eso creía.

"¿Boris, donde estás?"- Pensé con tristeza e ira, una lágrima rodó por mi mejilla de la impotencia que sentía.

"No Laura, debes terminar con esto"- Me decía a mí misma mentalmente. Esa escena era macabra. Ver un cuerpo calcinado en tú alcoba era un poco escalofriante.

Me incorporé determinada a hacerlo, pisaba el cuerpo con desesperación y con todas mis fuerzas, mientras jalaba una vez más de la cabeza. Me paré sobre su garganta o lo que quedaba de ella, hasta que escuche un "crack" ¿le había roto el cuello? No estaba segura. Estaba sudando y me encontraba aún adolorida.

Salí de la habitación vacilante y mareada.

-¡Boris, Boris!- Gritaba desesperadamente sin respuesta alguna.

Fui al cuarto de mis padres... no estaba allí.

Fui al cuarto de juego...tampoco estaba allí.

No había rastro de Boris por ninguna parte. Las habitaciones por las que había buscado, estaban intactas. No daban alteraciones o acontecimientos de peleas, ni siquiera que alguien hace poco hubiera estado presente.

-¡Mierda!- Dije con brusquedad, recordé que no había buscado en la biblioteca.

El corazón me latía a mil por hora, mi intuición me indicaba que algo estaba mal y que debía de entrar y si no estaba tal vez, tal vez si salía de la casa él estaría esperándome en la camioneta. Pero eso era como soñar despierta.

Pero si él estuviera afuera, él hubiera regresado por mí al ver que aún no salía de mi casa, ¿o no?

Elegida para la eternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora