~ XLVIII ~

1.1K 106 34
                                    


3 horas después

Nadie se esperaba que Rosé estuviera recién entrando en su sesión de terapia, la que tardó una hora y treinta minutos, y que después de eso, cuando llegó la hora de decirle lo que había sucedido (con más detalles que a Baek, ya que no sabía de las crisis) explotara en un enojo sobrehumano, en el cual insultó a Min, a Hobe, a Jin, a Tae, a JungKook, incluso, a la chica que pasó llorando, lo cual tardó una hora y treinta más. Pero como era debido, pedido por Baek y sabiendo las consecuencias de no hacerlo, esperaron pacientemente todo ese tiempo antes de irse hacia las habitaciones blancas, sabiendo de ante mano (por Hope) que JiMin seguía dormido por el relajante que le inyectaron.

-Rosé, por favor, ya explotaste, ya insultaste a todo lo que se movía, ahora, por favor, mantén el control y no perturbes la tranquilidad que se encuentra tras esta puerta de seguridad.-

Rogó TaeMin, sabiendo que en realidad YoonGi no tenía ánimos de evitar otro incidente, ya que, aún que no se notara, los insultos si le llegaron profundo, porque sabía que ella tenía razón, sabía que debería haber estado más atento a JiMin, sobre todo porque se saltó el medicamento de la tarde, lo que ya debería haberle hecho ir a verificar que pasaba.

Recibiendo un asentimiento por Rosé, quien era abrazada desde la cintura por Baek, dieron una última inhalación los cuatro presentes, para luego atravesar la última puerta de seguridad que los alejaba de las habitaciones blancas.

Baek se espero muchas cosas del "famoso JungKook" pero jamás se imaginó que el primer encuentro que tendrían sería así. El menor se encontraba sentado en el suelo, abrazándose las piernas mientras mantenía notorias marcas de golpes por su rostro y rasguños en su cuello. Ante los ojos de Baek, JungKook solo era un niño indefenso, que seguramente atravesó por mucho antes de lograr llegar hasta donde estaban ahora. En su imaginación, era un hijo de puta que se creía lo mejor del mundo, por lo que sabe, si era así, el Jeon JungKook que estaba en los expedientes que mandó a investigar era tal cual como se lo imaginaba antes, por algo tenía esa percepción de él, pero ahora... El chico ahí sentado era un bebé indefenso, con la mirada perdida y sin rumbo alguno, tenía una mirada vacía, como si le acabaran de quitar todas las ganas de vivir.

Desde otro punto, esta Rosé, ella ya había visto a JungKook demacrado cuando JiMin estaba en urgencias, la visión de Jeon así ya no le afectaba en nada, en cambio, estaba concentrada en no saltarle encima para degollarlo por casi matar a su hermano. Estaba tan sumergida en sus pensamientos, que ni siquiera noto cuando Baek la soltó.

-Gracias.- Dijo Byun, haciendo una leve reverencia frente a JungKook.

Impulsado por el hecho de que ese muchacho había aguantado cada uno de los golpes de JiMin sin devolverle ni uno solo, y que estuvo a su lado en todo momento, evitando que el rubio lograra cometer una locura, BaekHyun se acercó al menor y le agradeció de todo corazón. El conocía lo que era capaz de hacer JiMin, entonces reconocía que si no hubiera estado Jeon con él, el rubio hubiera encontrado la manera para acabar con todo.

-Muchas gracias por cuidar a JiMin esta vez.- Repito Baek, antes de volver a colocarse derecho bajo la atónita mirada de todos los ahí presentes.

-Yo... Yo...- Susurró Jeon, sin saber que hacer.

Le acaban de agradecer por algo que él hizo por instinto, por un acto reflejo, el proteger a JiMin estaba tan interiorizado en él, que ni siquiera pensó en que es lo que estaba haciendo cuando recibía los golpes, solo estaba aferrándose a lo único que tiene un valor en su vida. No había nada que agradecer en realidad.

You're good? [KookMin]Where stories live. Discover now