La Primera Nevada. (Finalizada)

❄️Siempre estarás junto a mi❄️

❄️Pov. Autora❄️

Un dolor desgarrador, un dolor que se mete entre los pliegues de tu piel y se aferra a tus tendones tirando de ellos de manera despiadada, abriendo llagas mientras escarba más profundo, apretando tu corazón hasta el punto en que no puedes respirar y sólo ruegas que tu vida termine en ese instante para que aquella amarga y cruel sensación se detenga, gritas, lloras agonizas, te retuerces en una miseria que parece no tener fin, te quedas sólo en una oscuridad fría y horrorosa, sólo, adolorido, roto.

Ese tipo de dolor era el que sentía Wang Yibo en ese instante, acostado en aquel lecho que había compartido por un tiempo junto a la persona que amaba, aferrado a las sábanas, enterrando su rostro en la almohada de su amor, tratando de absorber lo que quedaba de su esencia, Wang Yibo lloraba sin sonido alguno, su voz ya no salía, su garganta estaba lastimada, sus ojos ardían y estaban hinchados, sus manos sangraba de tanto golpear el suelo y las paredes, estaba sólo, lo único que necesitaba en su vida ya no lo tenía a su lado, su amor, su alma gemela se había ido para siempre.

- ¡Bao Bao!.- La señora Wang golpeaba la puerta.- ¡Bao Bao! Por favor abre.

- Yibo...hijo...- El señor Wang golpeaba.- Abre, papá está aquí...

- No nos hagas esto por favor...- La señora Wang lloró.

- No llores querida.- El señor Wang abrazó a su esposa.- No podemos llorar en este momento, debemos ser fuertes para nuestro hijo.

- Ya lleva tres semana ahí dentro.- La señora Wang se aferró a su esposo.- Tengo miedo...Xiao Zhan era lo más preciado para Yibo y el...- Lloró.

- No te asustes...- Beso su frente.- Nuestro hijo estará bien...- Golpeó la puerta.- Yibo...sólo queremos verte, abrazarte, prestarte nuestros brazos para que llores...hijo...

El señor Wang se sobresaltó al escuchar un estruendo proveniente de adentro del departamento, todo su cuerpo se tensó y sin pensarlo dos veces pateó la puerta derribandola de un solo golpe, el patriarca de los Wang corrió hacia dentro pero sus pies se detuvieron al ver con horror lo que tenía en frente, su hijo más pequeño, aquel que siempre había sido un hombre fuerte y valiente se encontraba a punto de morir, su cuerpo pendía en el aire mientras que una sábana rodeaba su cuello, soltando un grito de miedo el señor Wang corrió hacia su hijo al cuál cargó entre sus brazos mientras la temblorosa señora Wang lloraba de manera histérica y desataba aquellas sábanas.

Wang Yibo había decidido acabar con su vida, para el ya no había nada, no había punto de retorno y si lo había no quería tomarlo, sólo quería irse junto a la persona que amaba, quería perseguirlo, estar a su lado, ya no quería estar en un mundo donde Xiao Zhan no estuviera, había pasado tres semanas desde que los rescatistas habían terminado sus labores y le daban la trágica noticia de que el cuerpo de su esposo nunca apareció, en ese momento fue cuando Wang Yibo entendió que Xiao Zhan no regresaría más, que no cruzaría aquella puerta con su hermosa sonrisa y que no lo abrazaría, se había ido para no regresar.

Los señores Wang corrían a toda prisa en dirección al coche mientras gritaban el nombre de su hijo, el cuerpo de Wang Yibo era cargado por su padre, su pulso era débil y sus labios empezaban a tener una tonalidad oscura, poco a poco Wang Yibo estaba abandonando la vida, pero en su destino no estaba partir ese día, en la historia de Wang Yibo ese no era el final escrito.

"Yibo...Yibo"

"Zhan Zhan...Zhan Zhan"

"¿Por qué lloras?

"¿Por qué me dejaste? ¿Por qué?"

" Yo no te he dejado...nunca lo hare"

"Ahora estaré contigo"