❄️Desastre.❄️

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Sentados sobre la cama completamente desnudos y cubiertos por la oscuridad Wang Yibo y Xiao Zhan se veían a los ojos, no dejaban de sonreirse mientras veían como los ojos del otro resaltaba en aquella oscuridad gracias al brillo que emitían, eran felices.

- ¿Que dijiste?.- Zhan sonreía.

- Quiero que en enero regresemos a China.- Yibo sostenía su mano.- Me gustaría llevarte a ese lugar.

- ¿Nuestro lugar especial?.- Zhan sonrió con suavidad.

- Se que no quieres recordar nada del pasado pero...

- Me gustaría.- Zhan interrumpió.- Claro que quiero ir...- Sonrió.- A pesar de que ya no quiero regresar a atrás, eso no quita que obvie las cosas que son importantes y si dices que ese lugar es especial para ambos yo quiero ir...quiero verlo...

- Entonces está decidido.- Yibo sonrió con emoción.

- Ahora querido esposo...- Dibujo media sonrisa.- ¿Podemos continuar?

- Eres un conejito tan atrevido.- Beso su nariz.

- Cuando dije que quería cabalgarte hasta el amanecer no mentía...

- Desvergonzado...

- Si que lo soy...- Zhan asintió.

- Bien...- Yibo se levantó de su lugar y camino hacia la mesa de noche.- Debo complacer a mi querido esposo.

- ¿Que haces?.- Zhan lo observaba.

- Haciéndolo más interesante...- Camino de regreso a la cama y se colocó a espaldas de Zhan.- No te asustes...- Sonrió.- Puedo asegurar que te gustara...- Coloco una venda en los ojos de Zhan.

- Con misterio y todo...- Zhan sonrió.

- No tienes permitido quitarla.

- No pienso hacerlo...- Tarareo de manera coqueta y se sorprendió al sentir que sus manos eran apresadas.- ¿Que crees que haces?.- Pregunto de manera agitada.- ¿Wang Yibo?

- Te dije que me desquitaria...- Susurro en su oído.- Conejito...

❄️❄️❄️Un 18 cortito❄️❄️❄️

Wang Yibo deslizó sus manos por el rostro de Zhan, palpando con la punta de sus dedos aquel rostro en un toque suave y delicado, aquellos dedos empezaban una trayectoria, cada vez más se adentraba a zonas las cuales eran sensibles y provocan espasmos en Zhan quien se mordía con ligereza el labio inferior, aquellos dedos tenían un toque sutil pero capaz de hacer que la piel se erizara.

Los dedos de Yibo jugueteaban con los vivos y despiertos pezones de Zhan, a aquel juego también se unía su lengua, lamiendo con suavidad y lentamente mientras que los dedos de los pies de Zhan se tensaban y sus piernas se estiraban, aquellas lamidas lo estaban empujando poco a poco en un frenesí.

Los labios de Zhan se entreabrieron y todo su cuerpo se tenso en el momento en que sintió como aquel extraño líquido cubría su erección, un liquido frio, un tanto viscoso y el cual desprendía un dulce aroma pero lo que más lo hizo agitarse fue sentir como aquella lengua que una vez jugueteaba con sus pezones empezaba a pasearse por su erección, el cosquilleo en el cuerpo de Zhan aumentaba con cada lamida, Wang Yibo limpiaba con su lengua cada rastro de aquella miel que había derramado sobre la erección de Zhan, subiendo, bajando, las lamidas se hacian mas intensas a medida que los gemidos de Zhan se hacían presente.

Wang Yibo motivaba aquel punto de su esposo al mismo tiempo que engullía a Zhan una y otra vez, con succiones fuertes que hacían delirar al gimiente Zhan quien empezaba a suplicar por mas mientras arqueaba sus caderas y sus manos se apretaban entre si, allí estaba el, atrapado, sin poder tocar, sin poder ver, privado del derecho de palpar esa piel que tanto amaba y lo hacia enloquecer, sin poder enterrar sus dedos en la gran espalda de su esposo, sin poder morder sus hombros como cada vez que hacían el amor, solo podia estar alli gimiendo y mordiendo sus labios mientras era consumido cada vez más.

La Primera Nevada. (Finalizada) Where stories live. Discover now