Dix

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Louis está deprimido.

No cree necesitar ningún especialista para saberlo, es lo bastante consciente como para darse cuenta de que su llanto constante no es normal. Tampoco sale de casa, se pasa las mañanas durmiendo hasta realmente tarde, come a destiempo y cuando no quiere nada para cenar decide ponerse una bufanda al cuello y salir a la pastelería y comprar para llevar.

A veces no le contesta las llamadas a Niall y solo responde mensajes de manera realmente evasiva, cosa que el beta no merece, pero Louis no tiene mucho para ofrecer.

No sabe qué sucede, no tiene idea de por qué se encuentra de esa manera y se siente excesivamente solo, quiere creer que es culpa de Zayn, de la sombra de lo que alguna vez ellos fueron, pero curiosamente cada vez que lo recuerda o piensa en él, no siente cosa alguna.

Nada, ni una chispa, ni un revuelto en el estómago, ya no se le eriza la piel y mucho menos suspira. Ya no le interesa en lo más mínimo y aunque eso es verdaderamente grandioso, Louis no sabe cual es la causa de su profunda tristeza.

Es algún día de enero y es bastante tarde ya, ha tomado comida china hace una hora o quizás dos y ha decidido estirar las piernas un rato, así que se ha puesto una chaqueta muy gruesa y un gorro y ha salido.

Camina por las calles de Londres, están un tanto vacías y nieva de manera incesante, agradece mentalmente haberse cubierto, porque últimamente el frío sólo lo hace sentir un poco más triste.

Se muerde los labios y castañea tan solo un poco, dobla la esquina y se palpa el bolsillo del pantalón asegurándose de que tiene su billetera ahí, entonces decide que ir a la repostería por un pastel de queso no le hará daño, probablemente le haga engordar, pero Louis no piensa en eso porque puede ponerse a llorar.

Él ha estado llorando por cosas realmente simples, como por ejemplo, un fin de semana estuvo mirando por la ventana y vio a una persona que a la distancia se parecía a Niall. Se echó a llorar en pleno marco a lágrima viva y no se detuvo hasta que se sintió adormecido por la hinchazón en sus ojos.

Fue bastante triste, sobre todo porque despertó con marcas en los brazos y dolor en la espalda y el cuello.

Cuando llega a la pastelería ve las luces encendidas y se siente aliviado de que aún está abierto. Se acerca al ventanal y se alza ligeramente sobre la punta de sus pies para ver el interior, tiene que limpiar con la tela de la chaqueta el vidrio empañado por el frío y mira a Harry dentro.

Está limpiando las mesas, hay algunas sillas encima de la madera y de vez en cuando se balancea o chasquea los dedos porque está escuchando música. Se le escapa una sonrisa, la primera en toda la semana, porque le causa ligera gracia verlo mover las caderas de aquella manera y mover los labios al ritmo de lo que sea que está escuchando.

A Louis le agrada Harry aún cuando en realidad no son amigos, al menos no de manera oficial. Él cree que la relación que llevan es de cliente y vendedor porque las veces en que ha ido a su local las cosas son bastante simples entre los dos, de vez en cuando se preguntan cómo van en el día o si hay algo nuevo aun cuando si lo hubiera, no tendrían idea de que hablan, y así está realmente bien porque no están las complicaciones que ser amigos conllevan.

Louis no se siente tan mal cuando está alrededor de Harry, no entiende por qué, pero tiene menos ganas de llorar cuando lo tiene alrededor, quizás sea porque no quiere pasar la vergüenza de andar lloriqueando con un casi desconocido o porque Harry desprende un olor a vainilla y coco que le hace sentir sedado, o tal vez se debe a que el alfa es lo bastante amable como para no mencionar el aroma crudo que suelta por culpa de su tristeza y no pregunta nada al respecto, lo cual le calma.

Es extraño, Louis no quiere pensar en eso.

Decide que es momento de dejar de mirar por el ventanal, la campanilla suena bien claro cuando empuja la puerta de cristal y Harry de inmediato se gira, entonces sonríe con tanta suavidad que es como si lo hiciera en cámara lenta. Se le han bajado los hombros y tiene una postura tan relajada que casi parece contento de verlo, Louis aprieta los labios.

—Louis, hola.

—Hola, Harry.

—Ven, siéntate, ¿qué quieres que te traiga?

—Un pastel de queso, por favor.

El alfa asiente y camina hacia el mostrador para cruzar tras de él. Louis toma asiento en la mesa que Harry estaba limpiando y coloca sus manos juntas sobre su regazo como lo hace casi siempre. Respira lentamente mientras aguarda y hay tanto silencio que de pronto se siente un poco desanimado, porque se ve a sí mismo sólo en un lugar en donde podrían estar muchas personas ajenas a él.

Tiene que volver a inhalar despacio y alza la mirada cuando escucha los pasos de Harry. Se acerca, le coloca un plato con una gran rebanada de pastel de queso y una botella de jugo de naranja.

—Sólo pedí el pastel— Le dice frunciendo un poco las cejas.

—El jugo va por la casa.

Y le sonríe, tan amplio que Louis no lo entiende. Se sienta con él en la mesa, apoya los codos en la madera y lo observa mientras come su postre. Permanecen callados porque en realidad nunca han pasado de unas cuantas líneas de conversación, así que Louis no está muy seguro de si debe decir algo.

Por un segundo desea estar en su pueblo, porque ahí todo el mundo se conoce y entonces se puede preguntar por los demás y buscar algún tema para charlar, pero en una ciudad tan grande como Londres es realmente difícil así que Louis no sabe muy bien qué hacer.

Harry chasquea la lengua.

—¿Te gusta? No habías pedido pastel de queso hasta ahora.

Louis se encoge de hombros.

—Supongo que se me ha antojado, está muy rico por cierto.

—¿Antojo? Oh, ¿estás esperando un cachorro?

La pregunta de Harry lo toma de sorpresa, y él tampoco parece muy contento o siquiera cómodo con lo que sale de su boca. Los ojos de Louis se abren y niega repetidas veces mientras da un sorbo al jugo.

—No. No estoy, yo no, uff ni siquiera tengo alfa— Explica, o al menos lo intenta.

Harry frunce un poco los labios y baja la mirada hacia la prenda que cubre su cuello.

—No lo sabía, siempre tienes esa bufanda puesta, pensé que estabas enlazado.

—No lo estoy.

—¿Has tenido una relación alguna vez?

—Sí.

— ¿Y qué sucedió?

Al omega se le nublan las cejas y piensa que Harry debe entender su manera tan cortante al responder, que no es más que una forma de decir que en serio no quiere hablar sobre eso. Suspira, o más bien se llena los pulmones de mucho aire y siente un nudo en la garganta, tiene que tragar varias veces para ver si se suaviza pero no.

Harry espera por su respuesta.

—Nosotros, bueno, él terminó conmigo un tiempo antes de que yo me mudara aquí por la universidad. Supongo que, él quería cosas que no pude darle y me dejó.

Baja la mirada a su pastel de queso, y de repente ya no tiene nada de hambre porque se siente demasiado triste ahora, y no es por el recuerdo de Zayn pidiéndole un lazo que no podía darle, no se trata del dolor en el corazón que sintió cuando se dio cuenta de que estaba perdiendo a la única persona que jamás lo quiso.

No, él se siente demasiado mal ahora por la manera en la que los ojos verdes del alfa que tiene enfrente le miran, y lo único que ve reflejado en ellos es pena pura.

Y entonces Harry habla.

—Oh, pobre omega.

Louis se echa a llorar.

Bite ✦ omegaverse [ls] | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora