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Vingt-sept

Entonces Louis tiene esta realmente triste despedida con Niall porque cuando el adiós sale de sus labios y consiguen abrazarse uno de los dos ha empezado a llorar y por consecuencia el otro también ha comenzado, por lo que ahora se encuentran entre brazos sin decir nada más que diminutos "te echaré de menos" como si no se volvieran a ver nunca más ni a seguir con sus usuales llamadas telefónicas en donde se ponen al día con lo que sea que esté sucediendo incluso si no es nada especial.

En algún instante Louis abre sus ojos empapados y ve como Harry sonríe suavemente mientras los mira abrazar a su mejor amigo, y Josh, bueno, Josh hace un esfuerzo por no llorar tampoco porque él nunca ha sido bueno con las despedidas al igual que Niall y es posible que en cualquier momento se eche a lágrima viva.

Resulta ser bastante graciosos cuando Harry le extiende la mano para agradecerle por haberlo tratado tan bien durante su estadía y Josh en lugar de estrecharla como cualquier otra persona, lo que hace es tirar de su brazo y abrazarlo, y es posible que a Louis le guste tantísimo la idea de que sus amigos se han encantado con el alfa casi tanto como lo está él.

Harry se ríe en voz alta, Louis lo hace en silencio.

—Muchas gracias por todo, Harry— Dice Josh en un sollozo casi patético.

—Y Louis por haber traído a este ángel de la cocina— Agrega Niall. —¡Ya podré comer sin miedo a morir!

Josh se aparta de Harry y mira al beta con el ceño fruncido.

—Cariño, estoy justo aquí. No tienes que ser tan rudo.

Y Niall va a abrir la boca para responder, pero Harry da un paso adelante y sonríe amablemente.

—Muchas gracias a ustedes. Han sido muy amables conmigo a pesar de ser la primera vez que nos conocemos.

—Oh, no es nada. Aquel que haga feliz a Louis es siempre bienvenido en nuestro hogar.

Hay una sonrisa brillante en el rostro del omega por la complicidad de su mejor amigo y se seca las mejillas antes de volver a darle un último abrazo a Niall y luego pasar a Josh.

Esta vez no se llora, y de pronto se escucha la bocina de un coche abajo.

—Ese debe de ser nuestro taxi— Dice Louis en voz alta.

Harry busca sus bolsos, se cuelga el suyo en el hombro y está por cargar el de Louis, pero él no se lo permite y lo persuade con un beso en los labios que consigue distraerlo lo suficiente para quitársela de las manos y enganchársela.

El alfa le pica la mejilla con el dedo y le da otro beso por ser tan tramposo, Niall les abre la puerta y cuando la cruzan Louis mira hacia atrás una vez más para decir adiós con un movimiento de mano.

El beta le lanza un beso y ellos deben simplemente dejar todo eso atrás porque el taxi les dejará. Salen del edificio, Harry abre la puerta del coche y él es simplemente tan alto que tiene que inclinarse hacia abajo para poder verle la cara al chofer.

—Buenos días. ¿Puede abrir el baúl, por favor?— Le pide, tan amable como él solo.

El señor resulta no serlo tanto, porque ni siquiera responde el saludo antes de abrir la cabina trasera y darle una mirada poco amigable al alfa. Él no le presta atención, por supuesto, y aunque Louis quiere decirle al taxista que no debe comportarse como un imbécil decide que lo mejor será simplemente no dejarle nada de propina.

Harry mete sus bultos en el baúl y se meten al coche.

Louis le da su dirección, el auto se pone en marcha y en el fondo él desea que les hubiese tocado Noah de nuevo, pero eso no importa ya, porque ellos aprovechan el instante para encontrar el camino a los brazos del otro en el asiento y Louis consigue hundir los dedos en los rizos tiernos del alfa.