Imperfecto

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Me imagino que nadie habla a puertas cerradas a alguien que respetuosamente dice "joven Kim"

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Me imagino que nadie habla a puertas cerradas a alguien que respetuosamente dice "joven Kim".

“¡Joven Kim!”

Ahora caía en la cuenta de la vacilación que había tenido la mucama la primera vez que hablé por teléfono: ¡Qué grotesco!

Pensándolo bien, era una prueba más de que ese tipo de llamado no era totalmente novedoso: evidentemente, la primera vez que alguien preguntó por el "joven Kim" la mucama, extrañada, debió forzosamente haber corregido, recalcando lo de señor.

Pero, naturalmente, a fuerza de repeticiones, la mucama había terminado por encogerse de hombros y pensar que era preferible no meterse en rectificaciones.

Vaciló, era natural; pero no me corrigió.

Volviendo a la carta, reflexioné que había motivo para una cantidad de deducciones.

Empecé por el hecho más extraordinario: la forma de hacerme llegar la carta.

Recordé el argumento que me transmitió la mucama: "Que perdone, pero no tenía la dirección."

Era cierto: ni él me había pedido la dirección ni a mí se me había ocurrido dársela.

No era posible atribuir su actitud a una inconcebible pereza, y entonces era inevitable una conclusión: SeungMin deseaba que yo fuera a la casa y me enfrentase con el novio.

Pero ¿por qué?

En este punto se llegaba a una situación sumamente complicada: podía ser que él experimentara placer en usar al novio de intermediario; podía ser el novio el que experimentase placer; podían ser los dos.

Fuera de estas posibilidades patológicas quedaba una natural: SeungMin había querido hacerme saber que estaba con alguien para que yo viera la inconveniencia de seguir adelante.

Estoy seguro de que muchos de los que ahora están leyendo estas páginas se pronunciarán por esta última hipótesis y juzgarán que solo un hombre como yo puede elegir alguna de las otras.

En la época en que yo tenía amigos, muchas veces se han reído de mi manía de elegir siempre los caminos más enrevesados: Yo me pregunto por qué la realidad ha de ser simple.

Mi experiencia me ha enseñado que, por el contrario, casi nunca lo es y que cuando hay algo que parece extraordinariamente claro, una acción que al parecer obedece a una causa sencilla, casi siempre hay debajo móviles más complejos.

Un ejemplo de todos los días: la gente que da limosnas; en general, se considera que es más generosa y mejor que la gente que no las da.

Me permitiré tratar con el mayor desdén esta teoría simplista.

Cualquiera sabe que no se resuelve el problema de un mendigo con un peso o un pedazo de pan: solamente se resuelve el problema psicológico del señor que compra así, por casi nada, su tranquilidad espiritual y su título de generoso.

Hair Band /HyunMinWhere stories live. Discover now