Engañando a un ciego

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—Hay muchas maneras de amar y de querer —respondió, cansado—

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—Hay muchas maneras de amar y de querer —respondió, cansado—. Te imaginas que ahora no puedo seguir queriendo a Mino hyung como hace años, cuando empezamos a salir, de la misma manera.

—¿De qué manera?

—¿Cómo de que manera? Sabes lo que quiero decir.

—No sé nada.

—Te lo he dicho muchas veces.

—Lo has dicho, pero no lo has explicado nunca.

—¡Explicado! —exclamó con amargura—. Tú has dicho mil veces que hay muchas cosas que no admiten explicación y ahora me dices que explique algo tan complejo. Te he dicho mil veces que Mino hyung es un gran compañero mío, que lo quiero como a un hermano, que lo cuido, que tengo una gran ternura por él, una gran admiración por la serenidad de su espíritu, que me parece muy superior a mí en todo sentido, que a su lado me siento un ser mezquino y culpable. ¿Cómo puedes imaginar, pues, que no lo quiera?

—No soy yo el que ha dicho que no lo quieras, tú mismo me has dicho que ahora no es como cuando comenzaron a salir. Quizá debo concluir que cuando comenzaste a salir con él, lo querías como dices que ahora me quieres a mí. Por otro lado, hace unos días, en la heladería, me dijiste que yo era la primera persona a la que habías querido verdaderamente. —Kim me miró tristemente. —Bueno, dejemos de lado esta contradicción —proseguí—. Pero volvamos a Song. Dices que lo quieres como a un hermano. Ahora necesito que me respondas a una sola pregunta, ¿te acuestas con él? —Kim me miró con mayor tristeza. Estuvo un rato callado y al cabo me preguntó con voz muy dolorida.

—¿Es necesario que responda también a eso?

—Sí, es absolutamente necesario —le dije con dureza mientras me acercaba a su rostro.

—Me parece horrible que me interrogues de este modo. —comentó mientras se alejaba un poco

—Es muy sencillo: tienes que decir sí o no. —respondí mientras tomaba su mentón con brusquedad.

—La respuesta no es tan simple: se puede hacer y no hacer.

—Muy bien —concluí fríamente mientras me alejaba —. Eso quiere decir que sí.

—Muy bien: sí.

—Entonces lo deseas.

Hice esta afirmación mirando cuidadosamente sus ojos; lo hacía con mala intención; era óptimo para sacar una serie de conclusiones.

No es que yo creyera que lo desease realmente, aunque también eso era posible dado el temperamento de Kim, sino que quería forzarle a aclarar eso de "cariño de hermano".

SeungMin, tal como yo lo esperaba, tardó en responder. Seguramente, estuvo pensando las palabras. Al fin dijo.

—He dicho que me acuesto con él, no que lo desee.

Hair Band /HyunMinWhere stories live. Discover now