ƁƦ | ❝Nada es más doloroso para la mente humana que un gran y repentino cambio❞
Flashpoint ha desafiado las reglas de la realidad, creando un mundo donde la magia sólo se ve opacada por la maldad que ésta trae consigo.
Camila Rojas, una joven perio...
—Estoy envenenado. La mierda se expande. Afecta aún a los más sanos.
»Lo arruiné todo. Cuando regresé en el tiempo. Ya pasó antes. Me persigue una maldición. Soy la razón por la que todo está mal ahora. Por la que Wally se siente perdido. Por la que Cisco no tiene hermano. Por la que esto no funciona.
Wally se detuvo en aquel estacionamiento, encontrando a Barry parado en medio de la calle, mientras la lluvia caía por sus hombros y sostenía una bengala en su mano.
—Barry, escúchame —dio un solo paso adelante, temiendo que sus movimientos lo alteraran—. Este no eres tú. No estás pensando en este momento y sé que no quieres hacerlo...
—¿Y si lo hago? ¿Y si hacer esto es lo mejor que puedo hacer por los demás? —En ese momento recuerdos de toda su vida hasta convertirse en Flash invadieron su mente, llenándolo de sentimientos oscuros hacia el hombre que se había convertido; arruinando las vidas de las personas que eran importantes para él—. Puedo arreglarlo. Eliminaré el veneno.
Barry miró el objeto en su mano, cerró los ojos y pensó que ya todo terminaría. El sufrimiento que provocaba en cada persona a su alrededor.
Y dejó que se deslizara por sus dedos.
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«15 horas antes»
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Central City, 09 de octubre de 2016. 8:00 a. m.
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Estaba inquieto. Durante toda la clase Wally se sintió ansioso, mirando el reloj de su muñeca cada cierto tiempo. Pues ahora con su fantástica habilidad metahumana, las palabras del señor Schuester eran diez veces más lentas y cien veces más frustrantes. Realmente fue un logro terminar la clase en una pieza y con el trabajo hecho.
Para el descanso ya estaba hambriento, en serio hambriento. Había pasado los últimos años observando los cambios de Barry debido a sus poderes, y uno en particular llamó su atención: la necesidad de consumir miles de calorías para mantenerse con energía y poder correr. Él no lo había hecho a gran escala y ya se sentía como si no hubiera comido en días. Por lo que tan pronto terminó la clase, fue a la cafetería, donde sus dos amigos ya se encontraban en su mesa de costumbre.
—¿Cuál es el menú de hoy, Jug?
Oh, Jughead Jones y la comida, la relación más sólida que alguien podría encontrar. El chico pasaba gran parte de su vida consumiendo una cantidad obscena de comida, sin aumentar un gramo de masa. Muchas eran las teorías que lo rodeaban ante eso.
Desde los inicios de su amistad, aquel grupo tenía la costumbre de compartir la comida traída por Jughead de... ¿Exactamente de dónde lograba conseguir esas cantidades? Ese era otro misterio, ya que parecía que podía sacar un emparedado de su gorro en cualquier momento.
