capítulo 14 (parte 1)

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El día de clase ya había terminado, y aunque eso significaba que los estudiantes tendrían que llegar a sus casas y seguir con el estudio, ya fuera haciendo deberes, esquemas o simplemente repasando, el hecho de no estar seis horas seguidas sentados en una silla les hacía un poco más felices... Aunque todo volviera a repetirse al día siguiente hasta que llegara de nuevo el fin de semana.

Aries, Leo y Sagitario, quienes habían terminado todas sus respectivas clases y no tenían ninguna otra actividad extraescolar, se encontraban caminando por el pasillo con algo de prisa, ya que todos los días, nada más sonar el timbre que confirmaba el fin de las clases, los pasillos se congestionaban de chicos y chicas deseosos de salir por la puerta principal, y pobre de ti si te quedabas atrás...

Los tres amigos charlaban despreocupadamente sobre lo más relevante que les había pasado en las horas anteriores, que no era mucho, mientras que decidían si ir a la biblioteca a hacer los ejercicios de matemáticas o si se los pedirían a alguien al día siguiente cinco minutos antes de que los recogiera la profesora.

— Leo, sabes que ya no podemos hacer eso —dijo Aries mientras miraba a su amigo.

El mencionado asintió cabizbajo mientras que Sagitario le daba palmaditas en la espalda.

— Este es el precio de hacerse mayores —dijo el moreno, haciendo que Leo riera ligeramente.

Nada más pasar por el umbral de la puerta principal del instituto, después de casi cinco minutos esperando a que los alumnos más jóvenes salieran corriendo por ella, un mensaje llegó al móvil de Aries, y con él un corto sonido. La pelinegra sacó el teléfono de su mochila rápidamente y observó que se trataba de Libra, por lo que sus mejillas se sonrojaron casi al instante.

Leo y Sagitario se dieron cuenta del repentino silencio de su amiga y de su atención implacable en la pantalla del teléfono, por lo que decidieron molestarla como de costumbre.

— ¿Qué haces que no sueltas el móvil en todo el día? —dijo Leo, intentando captar de nuevo la atención de Aries, quien ni siquiera le miró.

— Seguro que está hablando con el novio... —añadió Sagitario, a la vez que le daba pequeños codazos a Leo para que estuviera atento a la reacción de la pelinegra.

Como si algo horrible hubiera sucedido, Aries se paralizó, quedándose quieta en medio de la calle.

— No exactamente... —dijo la pelinegra, evitando el contacto visual con sus amigos.

Leo y Sagitario se miraron entre ellos, sin comprender qué estaba pasando.

— ¿A qué te refieres con "no exactamente"? —dijo Sagitario, ligeramente más serio que antes.

La pelinegra cogió del brazo a ambos de sus amigos y los llevó a un sitio más apartado, donde el tráfico de estudiantes que volvían a sus casas era menor, y por lo tanto, menos oídos podrían escuchar lo que estaba a punto de decirles.

Aries les miró fijamente a los ojos durante un par de segundos, mentalizándose del gran paso que estaba a punto de dar. Ni Leo, ni Sagitario, ni prácticamente nadie que no fuera la familia de Aries sabía que ella es bisexual, por lo que era su pequeño secreto. Aries sabía que no tiene nada de lo que preocuparse, que es totalmente normal, pero aún así tiene miedo por cómo sus amigos puedan reaccionar.

— No se lo digáis a nadie, ¿vale? —dijo Aries mientras que se sentaba en un banco de madera y les indicaba a sus amigos que hicieran lo mismo.

— Aries, me estás asustando —contestó Leo.— ¿Estás bien?

Sagitario también miraba con rostro de preocupación a la pelinegra, aunque estaba preparado para cualquier cosa que su amiga pudiera decirles.

agridulceWhere stories live. Discover now