capítulo 15

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Los días siguieron pasando uno tras otro y los estudiantes seguían y seguían estudiando. Puede que el último año antes de entrar a la universidad fuera más complicado de lo que pensaban, pero nunca hay que perder la esperanza. Había estudiantes que habían decidido dejárselo todo para el final, otros ir al día y algunos simplemente intentaban sobrevivir y entregar las cosas al menos unos cuantos minutos antes de la fecha límite. 

Éste último caso se aplicaba al grupo de Piscis, Escorpio y Cáncer, quienes, a pesar de tener vidas sociales un tanto ajetreadas, siempre encontraban el tiempo necesario para acabar sus tareas y de ésta manera contentar a todos sus profesores.

En el día de hoy, o mejor dicho, en la tarde de hoy, el grupo se había reunido para estudiar en casa de Cáncer, aunque la verdad es que estaban haciendo de todo menos estudiar. De vez en cuando hay que tomarse un descanso, ¿no?

— ¿Algún cotilleo que no me hayáis contado todavía? —dijo Cáncer apartando su libro de inglés de la mesa y dejando sobre ella un plato con galletas de chocolate recién hechas.

Escorpio y Piscis se miraron uno al otro, obviamente ocultando algo a su amiga.

— ¡Más os vale soltarlo ya! —dijo la pelirroja al darse cuenta de que sus amigos estaban evitando su pregunta anterior de todas las maneras posibles, incluso felicitándola por el sabor de las galletas.

Escorpio resopló, estaba claro que debía ser el primero en hablar.

— Puede que no te haya contado algo... —dijo el pelinegro después de dar un mordisco a la galleta, todavía caliente ya que apenas acababa de salir del horno.

Cáncer, quien desconocía al completo lo que la iba a decir, le miraba detenidamente mientras que Piscis, quien ya sabía lo que iba a decir, contemplaba a su amiga e intentaba no reírse al ver lo concentrada que estaba.

— Hace un par de semanas conocí a una chica que se llama Tauro, —comenzó a decir Escorpio.— a lo mejor la conoces porque es compañera de natación de Piscis.

— ¿Es la chica rubia que siempre va contigo? —le preguntó Cáncer a Piscis, haciendo que ambos chicos asintieran a la vez.

— Bueno, yendo al grano —continuó Escorpio, viendo cómo Cáncer seguía cada palabra que decía.— Hemos salido juntos un par de veces y hablamos prácticamente todos los días...

— Además, ya la ha llevado en su moto —dijo Piscis cortando al pelinegro, lo que provocó un suspiro por parte de Cáncer.

— Entonces esto va en serio —dijo la pelirroja, haciendo que tanto Escorpio y Piscis rieran ligeramente.

— Creo que me gusta... —añadió Escorpio, evitando el contacto visual con sus amigos.

Cáncer y Piscis se miraron mutuamente, contemplando a un Escorpio casi desconocido, ya que ellos no recordaban que al pelinegro le hubiera gustado nadie de esta manera antes, y menos que lo haya dicho tan abiertamente. El pelinegro solo había tenido algún que otro lío, nada serio, pero su situación con Tauro era rara incluso para él.

— Pero Piscis también tiene algo que contarte —dijo Escorpio desviando el tema hacia su amigo, tomando a éste por sorpresa.

— Cierto —contestó Cáncer al instante mientras que le dedicaba una mirada algo intensa al peliazul.

Piscis carraspeó, se pasó la mano delicadamente por el pelo y comenzó su discurso.

— ¿Os acordáis del chico que os dije que había conocido por Internet? —preguntó Piscis, esperando la afirmación de ambos de sus amigos.— Pues hace una semana o así quedé con él en la cafetería que está cerca de la biblioteca y la verdad es que no fue muy agradable.

agridulceWhere stories live. Discover now