Capitulo 24

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Melany


No cabe duda que mi abuela era una de las mejores mujeres y personas en el mundo y no se como funcionaba ese sexto sentido suyo pero ahora estaba tan feliz, cuando tenia unos segundos de querer cortarme hasta las venas, amaba demasiado a mi abuela.

No perdi ni un momento mas antes de hablar con ella, necesitaba escucharla y necesitaba darle las gracias por tan hermoso regalo. 

—¿Hola?—Escuchar de nuevo su voz me hacía sentir mil cosas dentro la amaba demasiado. 

—Muchas gracias, abuelita. 

—Veo que si te llego mi regalo, tuve que amenazar a tu madre para que te lo llevara.

Ella mejor que nadie conocía la situación, conocía como me trataba mi madre, aun así no se había querido meter mucho pero sabía que me amaba y a pesar de todo veía por mí a cada momento que podía.

No la juzgaba ya que ella ya crio a sus hijos, lo único que sentía por mi abuela era un amor tan profundo que no sé qué sería de mí el día que no la tuviera a mi lado. 

—Me imagino abuelita muchas gracias es hermosa—No podía apartar la mirada de aquel anillo, era sencillo pero significaba tanto para mí, porque era de mi abuela. 

—Pequeña sabes que te quiero mucho.

Mi abuela era ese tipo de señora adulta que era todo amor, que no tenía odio para nadie, aunque mi madre siempre quiso que mi abuela me odiara, jamás lo logro.

—Lo se abuelita. Creo que eres la única en este planeta que me quiere.

Eso había salido un tanto amargado de mi parte, pero con los recientes acontecimientos sentía todo un mar de emociones que quería desaparecer. 

—Claro que no—El tono de mi abuela no dejaba espacio a discusiones.

Pero esta vez era yo la que tenía la razón.

—Menciona a dos personas aparte de ti que me quiera.

Silencio.

—A eso me refiero abue.

No quería amargarme y mucho menos deprimirme por algo que estaba totalmente fuera de mi control. Yo era como era y sabía que podía contar con mi abuela y Mine. 

—Algún día cielo llegara el día en que todos aquellos a los que te despreciaron se arrepentirán de ello.

Esperaba que mi abuela tuviera voz de profeta.

—Lo se abuelita pero por ahora te dejo, gracias por el regalo. 

—De nada, cielo. Recuerda que te amo y confió en ti.

Dolía un poco colgar el teléfono con mi abuela, porque la veía como mi ejemplo a seguir una mujer llena de amor para todo el mundo y una persona incondicional en mi vida, la amaba como a nada y como nadie. Pero no podía vivir dependiendo de ella toda mi vida, la amaba sí, pero yo era un ser independiente.

—Me voy.

Nunca había perdido esa costumbre de avisar aunque no les importar. 

—Espero que no vuelvas—Ashley siendo Ashley era un horror. 

—Ruego porque eso suceda.

Hable nada más para mi mientras salia de la casa plasmando una sonrisa en mis labios al ver a mi mejor amiga lista para la fiesta. Mi sonrisa creció aún más cuando pude escuchar Sean Paul y fue la mejor sensación del mundo, sabía que tendríamos una noche increíble.

Cuando subí al auto Mine puso mala cara por un par de segundos antes de hablar.

—Te tardaste años—Mi amiga no tardó mucho en poner el auto en marcha. 

—Lo lamento, llamada con la abuela.

Mine conocía lo que la abuela significaba para mí y sabía que después de eso me dejaría tranquila.

—Solo te perdono porque era tu abuela.

Y así como así estábamos listas para pasar una noche increíble. 

 

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