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Capítulo 70. Matar al lobo

El lugar es más pequeño, parece un escenario de artes marciales más pequeño. La diferencia es que su oponente se ha convertido en una bestia sedienta de sangre, y en este momento He Yan no tiene armas, ni siquiera el palo de bambú partido en dos.

Una luz de excitación lleno los ojos del lobo, este es un animal inteligente y cruel, en este caso, los humanos sin duda morirán.

Había una pequeña sonrisa irónica en los labios de He Yan. Dios realmente la trata muy amablemente: ¿cómo podría organizarle este tipo de situación tan difícil? Ella no es una guerrera milagrosa, ¿cómo podía salvarse cada vez?

Esta es probablemente una trampa colocada por cazadores para atrapar conejos o zorros. Puede que haya estado por demasiado tiempo y ahora está cubierta por ramas y hojas secas. Quién sabría que cuando ella y el lobo estuvieran peleando aquí, caerían sin ninguna forma de salir.

El lobo se puso de pie lentamente, y He Yan también quería ponerse de pie, pero sabía que estaba mal cuando se movía. Cuando cayó, su pierna amortiguo la caída y ahora estaba adolorida.

Tenía que apoyarse en el muro de piedra para mantenerse de pie.

El lobo se inclinó, su garganta dejo escapar un aullido bajo. He Yan lo miró con la espalda apoyada contra la pared de piedra y sin moverse. El lobo dio unos pasos y corrió hacia He Yan.

El lobo abrió el hocico mostrando sus filosos dientes y le pareció oler el desagradable olor pescado muerto. Los ojos de He Yan parecían recordar ver los huesos que habían sido devorados por lobos en el costado de la carretera en el pasado. Cuerpos mutilados y completamente irreconocibles, solo partes de carne podrida.

Justo en momento crítico, He Yan estiró su brazo izquierdo violentamente, y el lobo corrió hacia su cuello, y fue alejado por su palma. Esta palma usó algo de fuerza, pero después de todo, no pudo luchar contra la bestia, su prioridad era proteger su cuello, al momento siguiente, su brazo fue mordido por el lobo.

No necesitaba mirar para saber que no era una mordida ligera, pero en este momento no le importaba en absoluto. En cambio, avanzó, como si intentara meter su brazo más profundamente en la boca del lobo. La boca del lobo no se aflojó, y la mano derecha de He Yan se movió hacia adelante.

Un grito salió de la boca del lobo, y el astuto y persistente lobo estaba cayendo en la trampa, sus ojos estaban arañados por piedras afiladas y la sangre salpicaba por todas partes.

He Yan soltó su mano, y había una pequeña piedra en su palma, con un extremo afilado al final lleno sangre.

Ella apuñaló los ojos del lobo.

Desde el momento en que cayó en la trampa, ella estaba buscando en todas partes cualquier cosa que podía usar para defenderse. Desafortunadamente, solo había piedras dispersas en el pozo de la trampa, y simplemente encontró la que podía utilizar.

El lobo perdió su par de ojos, no podía ver nada y debido al dolor severo no podía preocuparse por nada más, solo lucho en el pozo y se volvió loco. He Yan apretó los dientes y se apoyó en el muro de piedra, usando toda su fuerza para presionar la cabeza del lobo. Ella sostuvo la piedra nuevamente y cortó severamente la garganta del lobo.

La sangre salió lentamente, primero tibia, hasta que gradualmente, salía un poco más fría.

Se sentó lentamente, sin más energía en todo su cuerpo. El lobo mordió el brazo izquierdo, y la sangre estaba pegada a la manga, la pierna izquierda no se podía levantar y el cuello todavía estaba rasgado. No lo pienses, ella también estaba avergonzada por el momento, pero solo miró al lobo muerto, y su corazón estaba lleno de tristeza.