Capítulo 2 👑

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Alayna

El cielo de la mañana era gris, el viento helado me congelaba las mejillas y copos de nieve azotaban mi largo cabello oscuro. Era la segunda vez en años que venía a visitarla. Me arrodillé ante su lápida, dejando el ramo de rosas blancas. Seguían frescas y hermosas.

Alyona Smirnova

No tenía muchos recuerdos de ella, pero los pocos que conservaba eran felices. La imaginaba contenta en un lugar mejor dónde no sentía dolor ni soportaba los menosprecios de mi padre. Era una mujer libre. A veces me preguntaba seriamente qué pensaría de mí.

Madre siempre había deseado que me casara, construyera una familia y tuviera hijos propios. Si supiera que estaba rota por dentro y no merecía ser amada. Vivía por un solo propósito y no me arrepentía.

Lo que sucedió en Italia hacía tres años, cambió mi perspectiva sobre la vida. Todas esas chicas que Luca se propuso a salvar, yo las liberé. Sacrifiqué mucho para lograrlo y perdí al único hombre que había amado. ¿Qué pasaría si no hubiera intervenido? Me encogí ante el pensamiento y suspiré. Estaban a salvo, era lo único que importaba. Nunca lamentaría mi decisión.

Sabía perfectamente en qué me metía y el precio a pagar. Fueron meses de duro trabajo, estrés, sufrimiento y hasta lágrimas. No quería arrastrar a Luca conmigo, él merecía una recuperación tranquila, lejos de lo que yo significaba.

Estaba mejor sin mí.

Quedó demostrado cuando reinició su vida en poco tiempo.

Me superó muy rápido.

—Ya no recuerdo cómo era tu rostro, pero pienso mucho en ti. Caleb me dijo que soy tu viva imagen y me siento orgullosa. Odiaría parecerme a esa escoria—Miré el cielo con una sonrisa—. Dónde sea que te encuentres espero que no estés decepcionada de mí.

Busqué en mi bolso la caja de cigarros y me metí uno en la boca antes de encenderlo. Era difícil con el viento violento, pero finalmente lo logré y le di una larga calada.

—Hasta pronto, mamá—mascullé—. Volveremos a vernos algún día.

Observé su lápida por última vez antes de girarme y dirigirme a la salida. Sentí una extraña sensación en mi nuca, como si alguien me estuviera espiando. Exploré la zona con mis ojos, pero no encontré nada fuera de lugar. Probablemente solo era paranoia. Tres años y nadie logró encontrarme. Caleb era el único que tenía mi dirección en caso de que sucediera alguna emergencia.

Me había convertido en un maldito fantasma, perdida entre la densa nieve de Siberia. Encontré paz cuando terminé mi trabajo y decidí tomarme un descanso. Mi vida ahora era tranquila sin crímenes de por medio. Tenía todo lo que necesitaba y no quería nada más.

Esa voz maliciosa en mi cabeza susurró que era una mentirosa. Los primeros días de la separación fueron llenos de ansiedad, tortura y dolor. Comprobaba mi celular cada minuto, deseando escuchar los miles de audios que Luca me había enviado.

No escuché ninguno, todavía conservaba una carpeta dónde los audios fueron archivados. Luca era el amor más grande y puro que había experimentado, pero también el daño más irreparable que me habían causado.

Fue mi destrucción.

Era un alma rota y solitaria, pero siempre encontraba la forma de superar cualquier obstáculo. Esto no terminaría conmigo. Era mi nuevo comienzo y decidí tomarlo. Fue mi decisión. De nadie más. Ahora tenía que vivir con las consecuencias.

No importaba lo que deseara mi corazón desesperadamente.

Nunca importó.

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El Rey Oscuro [En Librerías]Where stories live. Discover now