Capítulo 7 👑

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Alayna

Horas después, el Jet empezó a descender en la pista de aterrizaje. No pude dormir durante el trayecto del viaje, me entretuve con mi iPhone mientras Declan follaba con la azafata. Idiota desagradable.

Hice lo posible para ignorar los gemidos que mayormente fueron opacados por el ruido de las turbulencias. Me invitaron a unirme, pero lo rechacé como una buena mujer decente. Estaba en mi época de sequía sin dudas. Era difícil que alguien lograra complacerme, a menos que lo hiciera yo misma.

Declan regresó con el cabello alborotado mientras me puse el abrigo. El clima en New York era insoportable y me helaba la sangre. Las puertas del Jet se abrieron y le eché un vistazo al irlandés antes de dirigirme a las escaleras.

—Seguiré con mi vida cuando esto termine—Le advertí—. Más vale que olvides la propuesta de que voy a servirte a ti o tu hermano.

Sus ojos me recorrieron y una sonrisa se extendió por su apuesto rostro.

—No habrá problemas de mi parte, pero no puedo asegurarte lo mismo de Derek. Lo siento—Se disculpó sin sonar sincero—. ¿Crees que tienes escapatoria?

—¿Crees que tú puedes dominarme?

Ubiqué el bolso sobre mi hombro antes de pasar por su lado. La azafata se acercó para recoger algunos utensilios que utilizamos. Declan se despidió de ella con un beso en la mejilla y bajamos. Los asistentes de vuelo se encargaron de las maletas y un auto todo terreno estaba estacionado en la pista. Había mucha nieve y viento que enrojecieron mis mejillas.

—Aún no hemos terminado, Alayna. Deberías reconsiderarlo—Declan se apresuró a mi lado—. Puedo pagarte la suma que desees.

—No tengo precio, Declan. Si tuviera uno, jamás podrías pagarlo. Ya deja de hacer el ridículo.

—No voy a rendirme.

Detuve mis pasos, mirándolo con las cejas arqueadas. ¿Por qué seguía insistiendo cuando le dije que no en varias ocasiones? Me repugnaban los hombres que no respetaban la decisión de una mujer. No era no.

—Entonces pierdes tu tiempo.

Me abrieron la puerta del auto y entré, aferrándome a mi abrigo. Declan se unió a mi lado y encendió un cigarro mientras el conductor nos sacaba del aeropuerto.

—Vamos a hospedarnos en una de las propiedades que mi familia tiene aquí—informó—. Falta un día y deberíamos relajarnos primero. ¿Qué opinas?

Miré por la ventana.

—Como prefieras, solo mantente fuera de mi camino.

Resopló una carcajada, negando con la cabeza.

—Tienes un sentido de humor muy atractivo.

—¿Siempre eres tan insistente?

—¿Siempre eres tan terca?

Controlé la rabia mientras rebusqué en mi bolso y saqué un libro para ignorarlo. No quería escucharlo. Declan, sin embargo, siguió hablando mientras yo leía el capítulo diez. El drama que perseguía a las hermanas March era más interesante que darle atención a este idiota.

—Las mujeres que él suele meter en su cama controlan su lengua—comentó Declan—. Tienes que ser dulce y paciente. No un volcán a punto de erupcionar.

Bajé el libro y lo miré un breve segundo.

—No te preocupes, soy una experta en el arte de la manipulación.

—Habrá muchas mujeres hermosas en la fiesta. Lo primordial es llamar su atención.

Regresé a mi libro.

El Rey Oscuro [En Librerías]Where stories live. Discover now