Capítulo 8

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La Bestia estaba parada frente a la puerta de la habitación que ahora, contra su voluntad, pertenecía a Taehyung. Junto a él esperaban los miembros principales de su personal, listo para ayudar en caso de ser necesario. Los miró con furia y luego, levantó una garra, tocó la puerta dos veces.

—¡Vas a acompañarme a cenar! —dijo, sin esperar una respuesta por parte de Taehyung —. ¡No es una petición!

En su carrito, Hoseok tosió discretamente.

—Con gentileza, JungKook —sugirió—. Recuerde que el chico perdió a su padre y su libertad en un solo día.

—Si —coincidió Yoongi—. La pobre criatura debe estar ahí dentro con un susto de muerte.

La Bestia suspiró. Estaba empezando a cansarse de la repentina arremetida de consejos. Aún así, tocó la puerta de nuevo.
Esta ves escuchó una respuesta.

—Un Segundo. — la voz de Taehyung se oía amortiguada por la pesada puerta.

—¿Ve? —dijo Yoongi, con alegria —. ¡Ahí lo tiene! Ahora, amo, no olvide ser amable...

—Gentil...—agregó Hoseok.

—¡Encantador! — terció Jimin.

— Meticuloso — agregó Jin.

— Y cuando abra la puerta —concluyó Yoongi—, regálele una sonrisa galante. Ande, ande..., muéstreme una sonrisa.

«¿Mostrarle una sonrisa?» se preguntó la Bestia. ¿Acaso Yoongi se había vuelto loco? Hacia años que no sonreía. No había tenido razones para hacerlo.
Sonrió pero más que sonrisa era algo que daba miedo, como bien se dijo, hace años que no sonreía.

La Bestia les disparó una mirada de advertencia. Ya había tenido suficiente. El personal quería que invitara a Taehyung a cenar. Y lo invitaría a cenar.
Lo que no iba hacer, no obstante, era desperdiciar más tiempo tratando de sonreír. Tocó la puerta una vez más y habló.

—¿Me acompañarás a cenar?

Esta ves la respuesta de Taehyung fue rápida.

—¿Me hiciste tu prisionero y ahora me pides que cene contigo? —Su voz sonaba más cerca, como si estuviera justo detrás de la puerta.—. ¿Estas loco?

Cuando las palabras de Taehyung se registraron en la mente de la Bestia, su expresión se oscureció, sus garras se apretaron a los costados y sus labios se retorcieron, esta vez para formar un rugido.
Con un gran suspiro, la Bestia intentó una vez más. Su cuerpo se estremeció por el esfuerzo y su quijada se apretó con violencia, pero logró decir en un tono que no sonó nada mal:

—Sería un gran placer que me acompañaras a cenar.
La respuesta de Taehyung fue inmediata.

—Sería un gran placer para mi...—dijo, a través de la puerta cerrada— que te fueras.

Esa fue la cereza del pastel. Las cejas de la Bestia temblaron. Su cola se agitó. Sus garras brillaron. Y enseguida, mientras los empleados retrocedían, levantó una pata y golpeó la puerta con todas sus fuerzas. El pasillo pareció estremecerse.

—¡Te dije que me acompañarás a cenar! —rugió, ya sin un ápice de amabilidad.

Taehyung no se inmutó. Golpeando la puerta desde el otro lado, dio su réplica.

—¡Y yo te dije que no! ¡Prefiero morir de hambre antes de comer contigo!

—¡Como gustes!—grito JungKook en respuesta—. ¡Muérete de hambre! —Se dio la vuelta y le gruño al personal. Ellos lo habían metido en este embrollo—. ¡Si no quiere comer conmigo, entonces no comerá nada!

El Bello y la Bestia ღ KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora