Ocean Eyes -Regulus Black-

Capítulo 16

Regulus miraba fijamente a Genevieve, ambos sentados en la sala común de Slytherin, ninguno diciendo palabra alguna luego de que el menor de los Black la llamara, obligando a la rubia a dejar a una llorosa Aria atrás para descubrir que necesitaba su prometido.

-¿Que te propuso Sirius?-preguntó secamente, tomando a Genevieve por sorpresa.
-¿Sirius?-dijo confundida.
-Hablé con él hoy, me pidió que te dijera que su oferta sigue en pie-la seriedad no dejando su cara o voz-¿De que habla?
-Supongo que de lo que ya te comenté-respondió-la oferta de una salida.

Regulus no era tonto y siempre se había caracterizado por ser una persona observadora de detalles que los demás ignoraban. Asi que, naturalmente, estaba al tanto de las noches en las que su hermano se escapaba en busca de Genevieve. Consciente de la existencia de una relación entre ellos pero ignorante del alcance de sus sentimientos.

-¿Que hay entre ustedes?
-Nada-frunció el seño-No hay nada entre nosotros.
-Entonces-reformuló-¿Que hubo entre ustedes?
-Regulus...-susurró.

La mirada del chico se suavizó al ver el dolor en los ojos de Genevieve. Ella, por su parte, no estaba para nada sorprendida de que él lo supiera, después de todo, él siempre había sido el mas inteligente en su año.

-Necesito saber-dijo en tono suplicante, tomando asiento a su lado y sujetando su mano, desesperación en sus ojos-Si amas a Sirius necesito saber.

Genevieve lo miró fijamente, no muy segura de que decir ya que tampoco estaba segura de lo que sentía y lo que sabía, no lo quería contar, mucho menos a él.

-No amo a Sirius-susurró-ya no, al menos.
-¿Que te propuso?
-Dijo...dijo que podía ayudarme a romper el compromiso si eso quería.
-¿Y eso quieres?-preguntó, dolor evidente en su voz.
-No-negó sin dudarlo un segundo-me casaré contigo Regulus.
-Solo por tu familia-río sarcásticamente.

Genevieve soltó su mano y se levantó del sofá mirando con furia, sorprendida de sus pensamientos y de las palabras que salieron de su boca a continuación.

-Yo no haré nada por ellos-dijo firmemente-no después de ocultarme por años la verdad sobre mi, verdad que ni siquiera sabría de no ser porque Bernie abandonó a mi dichosa "familia"
-Lo siento Gigi-susurró-no quise tocar este tema, lo siento.
-Me casaré contigo porque así lo deseo Regulus.

Dicho eso subió a su habitación sin dirigirle otra mirada a su prometido, quien se tomaba la cabeza, arrepentido de la forma en que había enfrentado esta situación y dolido de haber causado cualquier clase de molestia en la persona que quería. Querer, es demasiado pronto para amar.

-Escuché todo-dijo Aria en cuánto su amiga volvió a la habitación-no debiste irte así.
-Lo sé-suspiró-solo me molestó que insinúe que hago esto por mis padres.
-¿Acaso estas enamorada de él?
-No, si, no lo sé-caminó a su cama recostandose en ella-no quiero pensar en eso ahora.
-¿Entonces me vas a explicar que es eso que tu familia te ocultó?

Genevieve volteó a mirarla, sabiendo que nunca podría ocultarle nada a su mejor amiga y comenzó a relatar la historia.

A cientos de kilómetros del castillo, en una mansión de Londres mas comúnmente conocida como "Doherty Manor" el Señor Oscuro se reunía con sus seguidores, discutiendo cuales eran los próximos pasos a seguir durante los siguientes meses.

-Veo que han cuidado bien de mi ahijada-dijo Lord Voldemort en dirección a Charles y Colette.

Los mencionados sonríeron ligeramente, felices de complacer a su tan querido señor. Agatha miró con suficiencia a una envidiosa Bellatrix, que hechaba humo por las orejas ante la clara preferencia del hombre sobre la familia Doherty.

Tom Riddle ya no era el mismo hombre que era 17 años atrás, eso era un hecho. El paso del tiempo comenzaba a mostrarse en sus facciones y la oscuridad consumía su corazón mas y mas cada día.

Sin embargo, ver a Genevieve por primera vez en tanto tiempo, le devolvió su juventud y una sensación de calidez en su pecho que hace años no sentía.

La adolescente frente a él era la viva imagen de su querida amiga, madre de la niña. La mayor similitud estaba en sus ojos. Genevieve miraba a Regulus con la misma pasión con la que Genevieve miraba a Abraxas en su tiempo.

-Quiero que ella pase sus vacaciones de verano conmigo, hasta la boda-comentó, o mas bien, ordenó-Regulus igual.
-Será un honor, mi señor-asintió Orion.
-Por supuesto que si, mi señor-repitió la misma acción Charles.

Colette Doherty frunció el seño apartando la mirada. No quería que su amada hija quedara a su disposición, lejos de ella. No quería que ella supiera la verdad de su identidad. ¿Y si la odiaba? ¿Y si se alejaba?

Para ella, Genevieve era su hija tanto como Agatha. Tanto como Bernedice había sido en su momento.

Como odiaba al hombre a su lado, su esposo, quien había desconocido a su Bernedice en tanto ella decidió desafiarlos. Cómo extrañaba a su pequeña y cuánto deseaba tenerla en sus brazos, protegida del resto del mundo.

Deseaba poder enfrentarse. Decirle a Tom Riddle que él había abandonado a Genevieve y ya no volvería a tenerla y decirle a Charles Doherty que su hija debía volver a su lado inmediatamente.

Pero solo se limitó a repetir un "si, mi señor" luego de Walburga, el odio acumulándose en su interior al ver la satisfacción en los ojos de todos y cada uno de los hombres presentes.

Satisfacción de que tenían y siempre tendrían lo que quisieran, de que ellos daban las órdenes sin importar el lugar en el que estuvieran.

Deseaba ser otra mujer, una fuerte.

Que Merlín y sus hijas la perdonen.