'El Camino al Destino'

Capítulo 20: Cuando su corazón es vulnerable ...

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De acuerdo, Kikyo es OOC en estos dos capítulos. Pero tenga en cuenta que todavía la estoy rompiendo, y su OOC'ness es principalmente solo alrededor de Sesh. Pero espero hacerla más ahmmm... (temible) pronto. Sucederá cuando Sesshomaru termine de construirla. ¿No entiendes lo que estoy diciendo? - eso es bueno. Entonces puedes seguir la historia. (LoL).

Sesshoumaru - El camino al destino

Era temprano en la noche cuando Samaege, habiendo obtenido permiso, entró en la Habitación Rose para encontrar a Kikyo sentada en su futón mirando la pared izquierda de su habitación. Samaege se movió deliberadamente a través de su línea de visión y abrió las grandes ventanas en la pared al lado de la cabecera de su futón, a la derecha de Kikyo. El movimiento funcionó cuando Kikyo se volvió para mirar a Samaege.

"¿Ocurre algo Lady Kikyo?" Preguntó Samaege, la preocupación se reflejaba en su rostro.

Kikyo casi se pierde en sus pensamientos neutrales, pero logró salir y responder a la demonio. "No estoy bien." La última palabra salió un poco más contundente de lo que Kikyo había querido.

Samaege se quedó allí nerviosa, pero unos momentos después se arrodilló frente a Kikyo y colocó sus palmas sobre las de ella de manera reconfortante. Kikyo sonrió.

"Lord Sesshoumaru quiere que estés vestida y baja en exactamente una hora Lady Kikyo. ¿Estás lista para eso?"

"Será mejor que no lo desobedezco. Estoy dispuesto a hacerlo".

"Como invitado, sospecho que Lord Sesshomaru quiere que todos sepan que estás aquí. Estoy seguro de que quiere que todos sepan que eres humano, para que no digan nada después. Pero dudo que alguien se atreva a cuestionar Señor Sesshoumaru ". Samaege dijo con una sonrisa.

Esta vez Kikyo tuvo que usar una prenda extra; un abrigo largo y suelto como una bata abierta que llegaba hasta el suelo, sobre su ropa, y se mezclaba maravillosamente con su ropa rosa y blanca mientras colgaba suelta y suave a su alrededor. Kikyo se negó a usar cremas faciales o sustancias para hacerla lucir más bonita. Pero Samaege tenía que admitir que nada podría hacer a Lady Kikyo más bonita de lo que ya era; las cremas solo reducirían su brillo y belleza naturales.

Samaege luego escoltó lentamente a Kikyo por el pasillo y se detuvo en la parte superior de las escaleras que conducen a un pasillo más adentro del castillo. Kikyo escuchó el ruido de la gran multitud que se había reunido en el pasillo de abajo y sintió que un poco de nerviosismo se apoderaba de ella. Kikyo nunca recordó haber sido tan débil, y ciertamente no por culpa de algunos demonios. Una parte de ella sabía que tenía mucho que ver con lo que pasó esa mañana o más bien con lo que no pasó. Kikyo vio un flash de regreso y en él Sesshomaru se giró y se alejó ... dejándola consumida por su soledad y su pérdida de libertad.

De repente, Kikyo recordó que se había prometido a sí misma que estaría bien y que no necesitaba nada, ciertamente no la compañía del frío y arrogante Taiyoukai. Kikyo alisó el pliegue de su vestido y comenzó su lento descenso hacia el salón principal.

Tan pronto como Kikyo llegó al fondo, quedó completamente expuesta a la multitud de demonios. La multitud fue atravesada por una lanza de silencio; la inmovilidad había parecido golpear a todos los demonios de la habitación. Esta fue la primera vez que la mayoría, si no todos, tuvieron una visión cercana y clara de la mujer humana que se decía que era la aliada de su Señor. Algunos estaban en shock, otros con disgusto, algunos asombrados, algunos asombrados, pero muchos asombrados por su belleza, claramente descubierta por el color y el diseño de la ropa que usaba.

Muchas de las demonios femeninas tenían ojos llameantes y se arremolinaban celosamente a su alrededor. Sabían que era una humana, pero aun así su pura belleza había parecido conmocionar a muchos de sus machos en un silencio sereno. Ella no les agradaba; no les agradaba en absoluto.