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El Diablo era muy astuta, demasiado para los que jugaban esa noche.

Los ociosos nobles no se dieron cuenta de que habían caído en la trampa de Camila Sin hasta que se percataron de que no estaba presidiendo la mesa el crupier habitual. La dueña del establecimiento le restó importancia al asunto, y tal vez los habituales tramposos habrían comenzado a sospechar si el Diablo no los hubiera halagado y turbado con sus atenciones y las de las hermosas mujeres que los rodeaban.

También fue decisivo para el engaño que comenzara perdiendo ante los adinerados lores y pareciese desconcertada, por lo que ellos se confiaron cada vez más en sus apuestas. Todos los jugadores que compartían mesa habían caído muy fácilmente en las tretas del Diablo. Todos, excepto Lauren, esa mujer vestida como si fuera un joven despreocupado que miraba con ojos suspicaces cada movimiento que ella llevaba a cabo en el juego.

Lauren estaba nerviosa.

* * *

Por primera vez en la vida disfrutaba de un rival digno de ella, y tenía que poner todos sus sentidos en el juego para no ser engañada por los hábiles movimientos de Camila Sin. La astuta jugadora había comenzado perdiendo muy poco, después había ganado cantidades irrisorias ante las cuantiosas sumas de dinero que podría haber obtenido de los estúpidos borrachos que los acompañaban en la mesa.

Esa mujer quería algo, y sin duda sabía cómo conseguirlo. Trataba con cordialidad a los nobles que la adulaban, pero en verdad sus ojos contradecían todas sus risas y sus halagos, ya que los observaba reclamando un castigo.

Lauren, por su parte, intentaba desplumar a los tramposos que tantas veces habían jugado con Jessica, sin importarle lo más mínimo sus sutiles amenazas. Había decidido evitar ganar a la peligrosa Diablo, que no cesaba de analizar cada uno de sus movimientos y no dejaba de sonreírle con aires de superioridad a cada instante.

Por primera vez en años, Lauren sospechaba que podía llegar a perder, pero no por las habilidades de su contrincante, que parecían ser inmejorables, sino más bien por la lujuriosa forma en la que su anfitriona la observaba declarándose ganadora sin que las cartas hubieran sido repartidas aún.

Había llegado la hora.

* * *

Era el momento de sacar el as que todo jugador esconde bajo la manga y dar a esos estúpidos una lección. En cuanto a su bella y joven tramposa, le daría su lección en privado, e, indudablemente, disfrutaría enseñándole que nadie que entrara en su club podía hacer trampas sin enfrentarse a las temibles consecuencias que conllevaba intentar jugar con el Diablo.

Durante toda la partida, Camila había intentado calmar los ánimos de los necios, ánimos que ella avivaba al ganarles con una bella sonrisa que nunca abandonaba su hermoso rostro. Pero mientras Camila los sosegaba concediéndoles pequeñas ganancias, ella los ofuscaba poniendo en duda sus habilidades al ganarles con gran facilidad. Había que admitir que esos hombres, sin sus trampas, apenas valían la pena como jugadores, pero ella, su pequeña Lauren, era una rival digna de ella, aunque todavía tenía mucho que aprender.

Ésa sería la última mano, la mano decisiva que demostraría a cada uno de los jugadores por qué la apodaban Diablo. Esa noche tentaría a todos los presentes de tal forma que ninguno de ellos podría resistirse a continuar hasta el final, y, cuando dieran la vuelta a las cartas, ella indudablemente sería la vencedora.

* * *

Las apuestas, que habían ido subiendo cada vez más a lo largo de la noche, ya que en esa mesa no había límites, estaban alcanzando su máximo apogeo. Pero la diferencia de ganancias, que en un principio parecían equitativas, a lo largo de las horas había ido destacando a un incuestionable vencedor. Camila movía distraídamente unas fichas entre sus dedos mientras veía cómo sus adversarios contemplaban con desespero las apuestas, intentando igualar su valor. Sonrió vanagloriándose ante su triunfo por primera vez en la noche y apostó todas sus ganancias. El nobles entonces risueño, se ensombreció y, airadamente, mostraron su opinión sobre la última jugada de Camila.

Jugando con una tramposa #3 ♧Camren G!PWhere stories live. Discover now