9.

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Después de entrenar durante toda la mañana, nos duchamos y fuimos a comer.
Hablábamos animadamente, soltando bromas de vez en cuando.
En un momento dado, observé toda la estancia, pero no veía al capitán por ningún lado, lo que me pareció extraño.
Al terminar de comer me dirigía hacia el despacho de Levi para ver si se encontraba allí, pero me encontré con Armin por el camino.

-Hey, vamos ahora al salón, ¿vienes?

-Más tarde quizás, no me encuentro muy bien y voy a dormir un rato. -me excusé con lo primero que se me vino a la mente.

-Bueno... descansa, espero que más tarde te sientas mejor. -sonrió.

-Claro, gracias. -le devolví la sonrisa y cada uno siguió su camino.
Llegué a la puerta del despacho, y asegurándome de que no había nadie alrededor, toqué varias veces.
Escuché un "Adelante" desde dentro, así que entré, cerrando la puerta seguidamente.

-¿Estás bien? -pregunté, provocando que el pelinegro levantara la mirada del escritorio.

-Sí claro, ¿ha ocurrido algo? -frunció el ceño, apoyándose en el respaldo de la silla.

-No, nada... no te he visto por ningún lado en todo el día. -me acerqué a él, colocando mis piernas a cada lado de su cadera, sentándome encima. Rodeé su cuello con mis brazos y lo miré.

-¿Me echabas de menos, mocosa? -sonrió burlón, rozando nuestros labios.

-Qué va, sólo he notado la ausencia de alguien gruñendo constantemente, nada más. -sonreí y acto seguido mordí su labio inferior, tirando suavemente de él, provocando un gruñido de su parte. -¿Ves?

-Muy graciosa, pero no cuela -me besó suavemente- he perdido la cuenta de las horas que llevo trabajando. -dijo frustrado pasándose una mano por el pelo.

-Entonces... ¿por qué no te tomas un descanso? -mordisquée el lóbulo de su oreja, y luego descendí besando su cuello, recreándome en él. Moví mis caderas en círculos, rozándonos por encima de la ropa.
Levi jadeó, sujetándome fuerte del culo, mientras una dureza empezaba a notarse en su entrepierna. Acaricié su pelo con mis manos y le besé, enredando nuestras lenguas a la vez que la temperatura entre ambos subía.

De un momento a otro, un sonido proveniente de la puerta nos interrumpió.

-Mierda. -susurré.

Levi chasqueó la lengua, e indicó que me escondiera debajo del escritorio.

-Pasa. -escuché la puerta abrirse- ¿Qué demonios quieres ahora, maldita cuatro ojos? -gruñó con fastidio.

-No te enfades, vengo a traertre más papeles. -oí cómo Hange los dejó encima de la mesa.

-¿Prentendes que no me enfade cuando es la cuarta vez que vienes a traerme papeles en el día de hoy? -se quejó y me tapé la boca con la mano, aguantando la risa. Estos dos eran un show.

-Oh, respecto a la expedición, ha habido un cambio de planes... -Hange ignoró la pregunta anterior de Levi y empezó a explicarle cómo iba a ser la formación adoptada.
Dejé de escuchar su conversación en el momento se me pasó una idea por la cabeza, sonreí interiormente.
Acaricié los muslos de Levi, provocándole un pequeño sobresalto por el acto inesperado.
Dirigí mi mano a su miembro, masajeándolo por encima de la ropa, endureciéndolo más.

-¿Levi? ¿Me estás escuchando? -preguntó Hange.

-¿Huh? -carraspeó- Sí, sí.

-Empiezo desde el principio, no parecías muy atento. -dijo ésta, y se escuchó un pesado suspiro por parte del pelinegro.

Levi Ackerman (One shots) (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora